Ciudad del Vaticano, (Vis).-El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía, Su Santidad Abuna Matthias I, ha sido recibido por el Papa Francisco. Durante el encuentro, el Obispo de Roma ha subrayado que la visita del Patriarca refuerza los lazos fraternos que unen ya a ambas iglesias, mencionando como hitos del camino común hacia la unidad los encuentros del patriarca Abuna Paulos con san Juan Pablo II en 1993 y con Benedicto XVI en 2009 que lo invitó a participar en el Sínodo de los Obispos sobre Africa, como en la iglesia primitiva era praxis común que una Iglesia enviase a sus representantes al sínodo de las otras. Del mismo modo una delegación de la Santa Sede tomó parte en 2012 en el funeral de Abuna Paulos.
Por otra parte, como explicó Francisco, desde 2004 la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales están profundizando su comunión a través del diálogo teológico en la Comisión Mixta Internacional que en el curso de los años ha analizado el concepto fundamental de Iglesia comunión, entendida como participación en la comunión entre Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así, se ha constatado que existen muchas cosas en común: una sola fe, un solo bautismo, un solo Señor y Salvador, Jesucristo y tantos elementos de las tradiciones monásticas y de la liturgia. »Lo que nos une -dijo el Papa- es mucho más de lo que nos separa».
»Sentimos -prosiguió- que para nosotros son verdaderas las palabras del apostól Pablo: »Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se regocijan con el». Los sufrimientos compartidos han hecho que los cristianos, divididos por el contrario en muchos aspectos, se acercasen unos a otros. De la misma manera que el derramamiento de la sangre de los mártires se convirtió en la semilla de nuevos cristianos en la Iglesia primitiva, hoy en día la sangre de tantos mártires de todas las iglesias se convierte en semilla de la unidad de los cristianos. Los mártires y los santos de todas las tradiciones eclesiales ya son uno en Cristo; sus nombres están escritos en el único martirologio de la Iglesia de Dios. El ecumenismo de los mártires es una invitación a nosotros aquí y ahora a caminar juntos hacia la unidad cada vez más plena».
El Papa recordó que la Iglesia Ortodoxa Tewahedo ha sido desde el principio una Iglesia de mártires y que todavía hoy en día es testigo »de una violencia devastadora contra los cristianos y otras minorías en el Oriente Medio y en algunas partes de África. No podemos dejar de llamar una vez más, a los que tienen en sus manos la suerte política y económica del mundo, a la promoción de una coexistencia pacífica basada en el respeto mutuo y la reconciliación, el perdón mutuo y la solidaridad». También se refirió a los grandes esfuerzos que está haciendo Etiopía para mejorar las condiciones de vida de la población y para construir una sociedad cada vez más justa basada en el Estado de derecho y en el respeto del papel de las mujeres, y citó en particular el problema de la falta de agua, con sus graves consecuencias sociales y económicas. »Hay un amplio espacio para la colaboración entre las iglesias en favor del bien común y la salvaguarda de la creación, y no dudo -afirmó- de la disponibilidad de la Iglesia católica de Etiopía para trabajar junto con la Iglesia ortodoxa Tewahedo».
»Mi ferviente esperanza es que este encuentro dé origen a un nuevo tiempo de amistad fraternal entre nuestras Iglesias. Somos conscientes de que la historia ha dejado una carga de dolorosos malentendidos y de desconfianza, por lo que pedimos el perdón y la cura de Dios. Recemos unos por otros -concluyó el Pontífice- invocando la protección de los mártires y de los santos sobre todos los fieles confiados a nuestros cuidados pastorales. Que el Espíritu Santo siga iluminándonos y nos guíe hacia la armonía y la paz, fomentando en nosotros la esperanza del día en que, con la ayuda de Dios, estemos unidos en torno al altar del Sacrificio de Cristo, en la plenitud de la comunión eucarística».