Las periferias de los más necesitados son auxiliadas por nuestra Guardia Civil, frente al mal encarnado en el terrorismo de la ETA y en quienes de forma activa o por equidistancias antievangélicas no condenan sus asesinatos, secuestros, extorsiones y amenazas, frente al terrorismo islámico o frente a cualquier otra delincuencia. Como también es un modelo de valores cristianos contra los zarpazos de la naturaleza desbocada, que suele castigar a los más pobres. Así, evoca la Cartilla del Guardia Civil en su artículo sexto, la Guardia Civil «no debe ser temida sino de los malhechores; ni temible sino a los enemigos del orden. Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos».
En las más remotas aldeas como en las más pobladas urbes, en las carreteras, las cimas de las montañas, los bosques, costas y ríos, la Guardia Civil es una presencia evangélica en las periferias geográficas, sociales, culturales, económicas de España. Desde la aconfesionalidad constitucional, su labor participa de la preocupación de Jesucristo por la dignidad y derechos de los más necesitados, mujeres, ancianos, niños y enfermos, y en el cumplimiento militar de su deber cooperan en la construcción de la Ciudad de Dios en el mundo actual. Luz evangélica de la Guardia Civil porque, como los compañeros militares con los que comparten estudios y valores desde los primeros años de su formación castrense, ser militar es una vocación, no una profesión, que entronca con los valores cristianos que, con fe en Dios, o hasta sin fe, defiende la recta razón natural: vida, propiedad, libertad.
En el 175 aniversario de la creación por el duque de Ahumada de la Guardia Civil, con el agradecimiento del pueblo español, continúe la protección de la Virgen del Pilar, nuestra patrona, sobre nuestra Guardia Civil, sus familias y España.
Alberto Gatón Lasheras
Vicario episcopal de Defensa
Foto: María Pazos Carretero