La educación personalizada es un enfoque que ha ganado terreno en los últimos años, especialmente, cuando se trata de preparar a los estudiantes para uno de los pasos más significativos en su vida académica, la Universidad. A diferencia del modelo tradicional, donde todos los alumnos siguen un currículo homogéneo sin considerar sus habilidades, intereses o ritmos de aprendizaje, la educación personalizada busca adaptar la enseñanza a las necesidades específicas de cada estudiante. Con ello, no solo se mejora la comprensión de los contenidos, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades y competencias clave para su futuro académico y profesional.
El camino hacia la Universidad puede ser un desafío para muchos jóvenes que, a menudo, se enfrentan a un sistema educativo que no siempre tiene en cuenta sus fortalezas individuales. En este contexto, la educación personalizada ofrece la oportunidad de que cada estudiante puede progresar de acuerdo a su propio ritmo. Así, pueden profundizar en las áreas que más le interesan y reforzar que representan un desafío.
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Cada estudiante tiene una manera diferente de aprender, y la educación personalizada responde a esa diversidad, adaptándose a las distintas formas de pensar, habilidades y estilos de aprendizaje. Esto, además de mejorar el rendimiento de los estudiantes, promueve un ambiente inclusivo en el que todos tienen las mismas oportunidades de destacar. De esta forma, al ser capaz de ofrecer soluciones específicas a problemas particulares de aprendizaje, la educación personalizada ayuda a que los estudiantes se sientan más seguros de sus capacidades, lo cual es fundamental a la hora de ingresar a la Universidad, un gran paso y un entorno que puede resultar intimidante para muchos.
Pérez Guerrero, J y Ahedo Ruiz, J (2020) en “La educación personalizada según García Hoz” Revista Complutense de Educación, destacan que la educación que propone García Hoz (primer doctor en pedagogía en España) va más allá de los roles que se puedan asignar a los docentes y estudiantes en el proceso educativo, puesto que pretende que la tarea educativa se lleve a cabo mediante un encuentro muy personal. Por ello, la educación personalizada no es solo un aprendizaje y enseñanza personalizada, sino que el énfasis se pone en el alumno como persona, en el educador como persona y en la interacción entre ambos.
No obstante, es importante reconocer que implementar la educación personalizada en todos los niveles del sistema educativo es un reto, ya que requiere de recursos, mucho tiempo y una formación docente adecuada para poder ofrecer una atención individualizada que responda realmente a las necesidades de cada estudiante. Asimismo, esta metodología requiere un cambio de mentalidad en los docentes y en las instituciones educativas, que deben estar dispuestas a abandonar la idea de una enseñanza uniforme para adoptar un modelo flexible y centrado en el alumno.
En definitiva, la educación personalizada se presenta como una herramienta clave para garantizar que los estudiantes no solo estén preparados para ingresar a la Universidad, sino que también puedan tener éxito en ella. Al ofrecer un aprendizaje adaptado a las necesidades y características individuales de cada alumno, se favorece un desarrollo más completo y se les otorgan las habilidades necesarias para enfrentar con éxito el mundo académico y profesional. La Universidad no es solo un reto de conocimientos, sino también de autonomía, resiliencia y adaptabilidad, y la educación personalizada tiene el poder de preparar a los estudiantes para todos esos aspectos.
IAN PIPER
Director de Hastigns School.