CUARTA CONGREGACION GENERAL: LOS PADRES SINODALES HABLAN DE LAS PROPUESTAS ACTUALES SOBRE PASTORAL DE LA FAMILIA Y RECUERDAN LA SITUACION DEL CONTINENTE AFRICANO AZOTADO POR EL VIRUS DEL EBOLA
QUINTA CONGREGACION GENERAL: SITUACIONES CRITICAS INTERNAS A LA FAMILIA. LA CUESTION DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS. MISERICORDIA Y VERDAD PARA LOS DIVORCIADOS QUE HAN VUELTO A CASARSE
SEXTA CONGREGACION GENERAL: LA IGLESIA NO ES UNA ADUANA, SINO UNA CASA PATERNA Y NO DEBE MOSTRARSE INDIFERENTE ANTE LA DEBILIDAD
SEPTIMA CONGREGACION GENERAL: LOS DESAFIOS PASTORALES ACERCA DE LA APERTURA A LA VIDA
OCTAVA CONGREGACION GENERAL: LA EDUCACION CRISTIANA EN SITUACIONES FAMILIARES DIFICILES
NOVENA CONGREGACÍON GENERAL: ESCUCHAR MAS A LOS LAICOS
DECIMA CONGREGACION GENERAL: LOS DELEGADOS FRATERNOS
CUARTA CONGREGACION GENERAL: LOS PADRES SINODALES HABLAN DE LAS PROPUESTAS ACTUALES SOBRE PASTORAL DE LA FAMILIA Y RECUERDAN LA SITUACION DEL CONTINENTE AFRICANO AZOTADO POR EL VIRUS DEL EBOLA
Ciudad del Vaticano, 8 octubre 2014 (VIS).-Ayer tarde, durante la cuarta congregación general los padres sinodales discutieron sobre las propuestas actuales en la pastoral de la familia.
En primer lugar, se señaló el vínculo entre crisis de la fe y crisis de la familia afirmando que la primera genera la segunda. Y esto porque la fe se percibe generalmente como un conjunto de aportaciones doctrinales cuando en cambio es, ante todo, un acto libre por el que nos confiamos a Dios. De ahí, entre otras cosas, la propuesta de pensar en un »Vademecum», dedicado a la catequesis sobre la familia, para que ésta refuerce su misión evangelizadora. Además, se habló de la debilidad de la fe de muchos de los bautizados, causa de que muchos cónyuges lleguen al matrimonio sin ser plenamente conscientes de lo que éste lleva aparejado.
En segundo lugar, se trató de uno de los grandes retos a los que se enfrenta hoy la familia, es decir la »dictadura del pensamiento único» que pretende introducir en la sociedad una serie de valores que distorsionan el concepto de matrimonio como unión entre hombre y mujer. La crisis de valores, el secularismo ateo, el hedonismo, la ambición de poder destruyen la familia, la desnaturalizan, debilitan a las personas y, en consecuencia, hacen también más frágil a la sociedad. Por eso es importante lograr que los fieles recuperen la conciencia de su pertenencia a la Iglesia, porque la Iglesia crece por atracción y son las familias de la Iglesia las que atraen a otras familias.
Por su parte, la Iglesia, experta en humanidad, debe enfatizar la belleza y la necesidad que cada uno tiene de la familia, porque es irremplazable. Hace falta despertar en el ser humano el sentido de pertenencia al núcleo familiar. No sólo: La familia, en cuanto reflejo del amor de Dios -que no es nunca un amor aislado- se abre a los lazos y a las relaciones con los demás, convirtiéndose en el fundamento de la sociedad.
Se recordó también la importancia de la relación entre sacerdotes y familias. Los primeros acompañan a las familias en todas las etapas más importantes de la vida, compartiendo sus alegrías y sus dificultades; las familias, a su vez, ayudan a los sacerdotes a vivir el celibato como afectividad plena, equilibrada, y no como una renuncia. Pero además, la familia ha sido definida como “cuna de las vocaciones», porque es dentro de las paredes domésticas, en la oración vivida en común, donde surge frecuentemente la llamada al sacerdocio.
Asimismo se subrayó el vínculo entre el bautismo y el matrimonio. Sin una iniciación cristiana seria y profunda el significado del sacramento conyugal se ve disminuido. De ahí, la observación de que el matrimonio cristiano no puede ser sólo una tradición cultural o una exigencia social. Debe entenderse como una decisión vocacional, emprendida con una preparación adecuada que no se puede improvisar durante pocos encuentros, sino que exige tiempo.
Después la reflexión se extendió a la repercusión del trabajo en la dinámica familiar. Se trata – se afirmó- de dos dimensiones que hay que conciliar, debido también a los horarios de trabajo cada vez más flexibles, a los nuevos modelos contractuales, a las distancias geográficas entre el hogar y el lugar de trabajo. Además hay que tener en cuenta que con la tecnología el trabajo entra en casa haciendo más difícil el diálogo familiar.
Numerosas intervenciones, en particular las relativas a África, llamaron la atención sobre los muchos desafíos que enfrentan las familias en este continente: la poligamia, el levirato, las sectas, la guerra, la pobreza, el drama doloroso de la emigración, la presión internacional para el control de nacimientos. Problemas todos que socavan la estabilidad de la familia, poniéndola en crisis. Hay que enfrentar estos retos con una evangelización profunda, capaz de promover los valores de la paz, la justicia y el amor, unida a una adecuada promoción del papel de la mujer en la sociedad, a la esmerada educación de los niños y a la protección de los derechos de todas las víctimas de la violencia.
En la hora dedicada a las intervenciones libres – entre las 18.00 y las 19.00 horas – se retomó el argumento de la exigencia de un nuevo lenguaje en el anuncio del Evangelio, refiriéndose esta vez en especial a las nuevas tecnologías de los medios de comunicación. Por cuanto respecta a la indisolubilidad del matrimonio, se señaló que en nuestros días parece cómo si la ley se contrapusiera al bien de la persona. En realidad, la verdad del vínculo conyugal y su estabilidad están grabadas en la persona, por lo tanto, no se trata de contraponer ley y persona, sino de apurar cómo contribuir a no traicionar la propia verdad.
Se propuso, además, que se hablase de las familias que no han tenido el don de los hijos a pesar de quererlos, así como de las que viven en las regiones afectadas por el virus del Ébola.
Por último, se llamó la atención sobre la imagen de la Iglesia como luz, manifestando el deseo de que no fuese sólo la luz de un faro, que permanece fijo e ilumina a distancia, sino antorcha, es decir »luz amable» que acompaña a los seres humanos en su camino, paso tras paso.
QUINTA CONGREGACION GENERAL: SITUACIONES CRITICAS INTERNAS A LA FAMILIA. LA CUESTION DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS. MISERICORDIA Y VERDAD PARA LOS DIVORCIADOS QUE HAN VUELTO A CASARSE
Ciudad del Vaticano, 8 octubre 2014 (VIS).-En la quinta Congregación General, que tuvo lugar esta mañana en el Aula del Sínodo y a la que el Santo Padre no asistió debido a la audiencia general el debate continuó con los temas previstos en el Instrumentum laboris: »Los desafíos pastorales de la familia (parte II, cap. 2). La crisis de fe y la vida familiar / Situaciones críticas internas a la familia. Las presiones externas a la familia/ Algunas situaciones particulares ».
En primer lugar, el debate se centró en la Iglesia en el Oriente Medio y África del Norte. Ambas zonas viven en contextos políticos, económicos y religiosos difíciles que tienen graves repercusiones en las familias. Allí donde las leyes impiden , de hecho, la reunificación familiar y la pobreza conduce a la migración, donde hay fundamentalismo religioso y los cristianos no tienen los mismos derechos que los ciudadanos musulmanes, se plantean a menudo problemas difíciles para las familias que surgen de los matrimonios mixtos.
Efectivamente en estos contextos están presentes y aumentan los casos de matrimonios interreligiosos, los llamados »matrimonios mixtos». Se ha afirmado en el Aula que el desafío de la Iglesia es entender que catequesis ofrecer a los niños nacidos de esas uniones y cómo responder a la incógnita de los católicos que, unidos en un matrimonio mixto, quieren seguir practicando su fe. Estas parejas, según se ha dicho, no pueden dejarse de lado y la Iglesia debe seguir ocupándose de ellas. Un reto posterior es el de los cristianos que se convierten al Islam para casarse. También, en este caso, es necesaria una adecuada reflexión.
La cuestión no es sólo interreligiosa, sino a veces también ecuménica. Por ejemplo hay casos en que si un católico que ha contraído matrimonio canónico no logra obtener la declaración de nulidad, se pasa a otra confesión cristiana, volviendo a casarse en una iglesia que lo permita. En cualquier caso, y sin perjuicio del patrimonio común de la fe, se subrayó la necesidad de tomar el camino de la misericordia para las situaciones difíciles.
En cuanto a la cuestión de los divorciados que se han vuelto a casar, se ha evidenciado que el sínodo deberá ocuparse ciertamente de ella en su recorrido , con la prudencia que requieren las grandes causas, pero también conjugando la objetividad de la verdad con la misericordia por la persona y su sufrimiento. Hay que recordar que muchos fieles se encuentran en una situación de la que no son culpables..
Igualmente se reiteró el compromiso de la Santa Sede que no deja de hacer oír su voz en defensa de la familia en todos los niveles – internacional, nacional y regional – con el objetivo de resaltar su dignidad y de llamar la atención sobre sus derechos y deberes, señalando siempre, como afirmaba Benedicto XVI, que sus »no» son, en realidad, los »sí» a la vida. Por esta razón, se hizo hincapié en que la Iglesia debe combatir el silencio de las familias en la educación y en la religión porque no hay lugar para la vacilación. Hace falta un compromiso más fuerte en el testimonio del Evangelio y siempre es necesaria la creatividad en la pastoral.
También se habló de la contribución insustituible de los fieles laicos en el anuncio del Evangelio de la familia. Especialmente los jóvenes, los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades desempeñan un servicio de importancia vital, llevando a cabo una misión profética y contracorriente en la época actual. Escuchar a los laicos y creer más en ellos es, por lo tanto, esencial, porque es en ellos y con ellos, donde la Iglesia puede encontrar respuestas a los problemas de las familias.
Otro tema afrontado fue el de la precariedad laboral y el desempleo. La angustia por la falta de un trabajo seguro crea dificultad en las familias, así como la pobreza económica, que a menudo hace que sea imposible tener un hogar. No sólo: la falta de dinero a veces hace que se le ‘’divinice’’ y que las familias se sacrifiquen en aras del beneficio. Es necesario, en cambio, insistir en que el dinero debe servir y no gobernar.
De nuevo se volvió a reflexionar sobre la necesidad de una mayor preparación para el matrimonio, prestando también una atención específica a la educación afectiva y sexual, para fomentar una verdadera mística familiar de la sexualidad. Y se recordó la gran contribución de los abuelos en la transmisión de la fe en la familia. Siempre, en referencia a las personas mayores, los padres sinodales insistieron en la importancia de que el núcleo familiar acoja, con solidaridad, cuidado y ternura, a las personas de la tercera edad. La misma importancia debe darse a los enfermos, para acabar con esa »cultura del descarte», de la que a menudo nos pone en guardia el Papa Francisco.
SEXTA CONGREGACION GENERAL: LA IGLESIA NO ES UNA ADUANA, SINO UNA CASA PATERNA Y NO DEBE MOSTRARSE INDIFERENTE ANTE LA DEBILIDAD
Ciudad del Vaticano, 9 de octubre 2014 (VIS).- Durante la Sexta Congregación General, que tuvo lugar ayer miércoles, por la tarde, los padres sinodales continuaron el debate de acuerdo con el tema previsto en el índice del Instrumentum laboris: »Las situaciones pastorales difíciles (Parte II, cap. 3). Situaciones familiares / Acerca de las uniones entre personas del mismo sexo’’.
En primer lugar, se afirmó que la Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna y por lo tanto debe acompañar pacientemente a todas las personas, incluso a aquellos que se encuentran en situaciones pastorales difíciles. La verdadera Iglesia Católica cuenta con familias sanas y con familias en crisis, de ahí que en el esfuerzo de santificación diaria no deba mostrarse indiferente ante la debilidad porque la paciencia implica la ayuda activa a los más débiles.
En cuanto al proceso de declaración de nulidad del matrimonio se registra, en general, la necesidad de agilizar los procedimientos (y de la incorporación de laicos más competentes a los tribunales eclesiásticos), pero también se señala el peligro de la superficialidad y la necesidad de salvaguardar siempre el respeto a la verdad y los derechos de las partes. También porque – como se ha dicho – el proceso no es contrario a la caridad pastoral y la pastoral judicial debe evitar ideas que culpabilizan para favorecer, en cambio,una discusión tranquila de los casos. Siempre a propósito de nulidad matrimonial se habló en el Aula del supuesto de recurrir a la vía administrativa, que no sustituye a la judicial, sino más bien la complementa. Asimismo se propuso que corresponda al obispo la decisión de cuales solicitudes de verificación de nulidad pueden tratarse por ese camino administrativo.
Se hizo un fuerte hincapié en la actitud respetuosa con los divorciados que se han vuelto a casar, porque a menudo experimentan también situaciones de malestar o de injusticia social, sufren en silencio y en muchos casos buscan a través de un camino gradual llegar a participar más plenamente en la vida eclesial. La pastoral, por lo tanto, no debe ser represiva, sino llena de misericordia.
Con respecto a la poligamia, se señaló, por una parte, que se trata de una realidad que disminuye gradualmente porque está favorecida por el contexto rural, mientras hoy avanza la urbanización. Por otra , se hizo notar que dado que hay polígamos convertidos al catolicismo que desean recibir los sacramentos de la iniciación cristiana, surge la pregunta de si hay medidas pastorales específicas para salir al encuentro de estas situaciones con el discernimiento oportuno.
También se retomó la cuestión de mejorar la preparación para el matrimonio, especialmente entre los jóvenes a los que hay que presentar la belleza de la unión sacramental, junto con una educación afectiva adecuada, que no sea sólo una exhortación moralista que termina generando una especie de analfabetismo religioso y humano. Y el camino matrimonial requiere el crecimiento real de la persona.
Durante la hora de discusión libre – entre las 18.00 y las 19.00 horas –las intervenciones se centraron en las experiencias y modelos concretos de pastoral para los divorciados vueltos a casar sirviéndose de los grupos de escucha. . Es importante – se reiteró – evitar cuidadosamente dar un juicio moral, hablar de »estado permanente de pecado», y tratar , en cambio, de que se comprenda que la no admisión en el sacramento de la Eucaristía no elimina por completo la posibilidad de la gracia en Cristo y que se debe más bien a la situación objetiva de la permanencia de un precedente vínculo sacramental indisoluble. Con esta perspectiva, se reafirmó en numerosas ocasiones la importancia de la comunión espiritual. En cualquier caso, se advirtió de que también estas propuestas tienen límites y que, ciertamente, no hay soluciones »fáciles» para esta problemática.
Por lo que se refiere a la pastoral de las personas homosexuales se insistió también en la importancia de la escucha y en la de los grupos de escucha.
Otras intervenciones trataron de la cuestión de los católicos que cambian de confesión cristiana, y viceversa, y de las consecuencias difíciles que se derivan de este hecho para los matrimonios interconfesionales y para la evaluación de su validez a la luz de las posibilidades de divorcio previstas por las Iglesias ortodoxas.
Recordando el Sínodo Ordinario celebrado en 1980 y dedicado al tema »La familia cristiana», se evidenció la notable evolución que se ha producido desde esa fecha en la cultura jurídica internacional, la necesidad de que la Iglesia sea consciente de este dato y que las instituciones culturales – como las universidades católicas – se confronten con esta situación para seguir desempeñando un papel en el debate actual.
SEPTIMA CONGREGACION GENERAL: LOS DESAFIOS PASTORALES ACERCA DE LA APERTURA A LA VIDA
Ciudad del Vaticano, 9 octubre 2014 (VIS).-La Séptima Congregación General, que tuvo lugar esta mañana, se dividió en dos fases: en la primera prosiguió el debate general sobre el tema de la tarde anterior, es decir «Las situaciones pastorales difíciles (Parte II, cap. 3). Situaciones familiares / Acerca de las uniones entre personas del mismo sexo «. En la segunda se trató el argumento sucesivo: “Los desafíos pastorales acerca de la apertura a la vida.»
Así, en la primera parte, los Padres sinodales reanudaron la reflexión sobre la cuestión del acceso al sacramento de la Eucaristía para los divorciados que se han vuelto a casar, reafirmando ante todo la indisolubilidad del matrimonio, sin compromisos, basada en el hecho de que el vínculo sacramental es una realidad objetiva, obra de Cristo en la Iglesia. Este valor debe ser defendido y tratado con una catequesis prematrimonail adecuada para que los novios sean plenamente conscientes del carácter sacramental del vínculo y de la naturaleza de su vocación. Sería además oportuno acompañar pastoralmente a las parejas después de la boda.
Al mismo tiempo, se insistió en que se deben considerar los casos individuales, las situaciones concretas -algunas de gran sufrimiento-, distinguiendo, por ejemplo, entre las personas que han abandonado a su cónyuge y las que ha sido abandonadas. El problema existe – se ha repetido varias veces en el Aula – y la Iglesia no lo deja de lado. La pastoral no debe ser exclusiva, «o todo o nada», sino misericordiosa, porque el misterio de la Iglesia es un misterio de consuelo.
Sin embargo, como se recordó, para los divorciados que se han vuelto a casar el hecho de no poder acercarse a la Eucaristía, no significa que no son miembros de la comunidad eclesial. Al contrario, se invitó a reconsiderar que hay varias responsabilidades que pueden ejercer. También se hizo hincapié en la necesidad de simplificar y acelerar los procedimientos para la declaración de nulidad matrimonial.
Acerca del concubinato en algunas regiones se constata que con frecuencia se debe a razones económicas y sociales, y no a una especie de rechazo de las enseñanzas de la Iglesia. A menudo, también, estas y otras situaciones de uniones de hecho se viven conservando el deseo de una vida cristiana y por lo tanto requieren una atención pastoral adecuada. Del mismo modo, reiterando la imposibilidad de reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo, los Padres sinodales subrayab la necesidad de un enfoque respetuoso y que no discrimine a los homosexuales.
También se volvió a hablar de la cuestión de los matrimonios mixtos, señalando que, además de las dificultades, es bueno tener en cuenta también la posibilidad, que estos ofrecen, de testimoniar la armonía y el diálogo interreligioso. Y se afrontó de nuevo, el tema del lenguaje para que la Iglesia sea capaz de involucrar a creyentes y no creyentes, y a todas las personas de buena voluntad en individuar patrones de vida familiar que promuevan el desarrollo integral de la persona y el bienestar de la sociedad. La propuesta – se ha dicho – es hablar de la familia con una «gramática simple» que llegue a los corazones de los fieles.
En la segunda parte de la congregación, se abordó el tema de la paternidad responsable, reiterando que el don de la vida (así como la virtud de la castidad) son valores fundamentales del matrimonio cristiano y subrayando la gravedad de un crimen como el aborto. Al mismo tiempo, se recuerdan las muchas tragedias que viven tantas familias; por ejemplo en algunos contextos asiáticos, donde se dan casos de infanticidio, violencia contra las mujeres o trata de seres humanos. Por lo tanto se insiste en la necesidad de enfatizar el concepto de justicia entre las virtudes fundamentales de la familia.
Después se abordó la cuestión de la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos en la fe y en sus enseñanzas. Esa responsabilidad es primordial – se ha dicho – y es importante prestarle la debida atención. Entre otras cosas, se ha observado que la atención pastoral de los niños puede crear un punto de contacto con las familias que se encuentran en situaciones difíciles.
A propósito de los niños , se subrayó el negativo impacto de los anticonceptivos en la sociedad, que ha dado lugar a una disminución de la tasa de natalidad. Frente a tal escenario – se ha dicho – los católicos no deben permanecer en silencio, sino dar un mensaje de esperanza: los niños son importantes, aportan vida y alegría a sus padres y fortalecen la fe y las prácticas religiosas.
Por último, se reiteró el papel fundamental de los laicos en el apostolado de la familia y en su evangelización, así como el de los movimientos laicos que pueden acompañar a los núcleos familiares en dificultad.
OCTAVA CONGREGACION GENERAL: LA EDUCACION CRISTIANA EN SITUACIONES FAMILIARES DIFICILES
Ciudad del Vaticano, 10 octubre 2014 (VIS).- Durante la Octava Congregación General que tuvo lugar ayer jueves por la tarde y siguiendo el esquema del Instrumentum Laboris, los Padres sinodales discutieron del tema «La Iglesia y la familia frente al desafío educativo (parte III, cap. 2) El desafío educativo en general / La educación cristiana en situaciones familiares difíciles».
En primer lugar, se reiteró la vocación a la vida como elemento fundamental de la familia; de ahí la invitación a los fieles a profundizar en el conocimiento de la encíclica de Pablo VI “Humanae Vitae” también para comprender mejor la importancia de la utilización de los métodos naturales de regulación de la fertilidad y de la no aceptación de la anticoncepción. Unión y procreación – se dijo – no están separadas del acto conyugal. Por lo tanto se reafirmó con decisión, la condena de la manipulación genética y la crioconservación de embriones.
Diversas voces pusieron de manifiesto la tendencia de algunos países y organizaciones en el mundo occidental de presentar, en particular en el contexto de África, algunos conceptos (incluyendo aborto y uniones del mismo sexo), como «derechos humanos» vinculando la ayuda económica y fuertes campañas de presión a la recepción de los mismos. En este sentido, también se evidenció que la expresión «derechos a la salud sexual y reproductiva» no tiene, en el marco del derecho internacional, una definición precisa y que puede terminar por abarcar principios que se contradicen entre sí, como la condena del aborto forzado y la promoción de aborto seguro, o la defensa de la maternidad y la promoción de la anticoncepción. Si bien carezcan de valor vinculante, la promoción de tales «derechos» supone un riesgo, porque puede influenciar la interpretación de otras normas, en particular en el ámbito de la lucha contra la discriminación de la mujer.
Se hizo de nuevo hincapié en la importancia de una adecuada preparación para el matrimonio, ya que su celebración parece reducirse cada vez más a la dimensión social y jurídica dejando en segundo lugar la religiosa y espiritual. También se dijo que a menudo los novios perciben el curso de preparación como una imposición, una tarea que hay que cumplir sin convicción y, que además es demasiado corto. Dado que, sin embargo, el matrimonio es una vocación para la vida, su preparación debe ser larga y detallada, como en el caso de la vida religiosa. Se habló también de que los novios adolecen con frecuencia de una escasez de conocimiento del valor sacramental del matrimonio. Tanto es así que la celebración del rito matrimonial –se apuntó- no es automáticamente la celebración del sacramento del matrimonio.
En cuanto a la simplificación de los procedimientos de los procesos de verificación de la nulidad del matrimonio se mencionó la Comisión Especial de Estudio para la reforma del proceso matrimonial canónico, instituida por el Santo Padre Francisco el 20 de septiembre de 2014. Se espera en un procedimiento más sencillo siempre que sea uno y único para toda la Iglesia. Por otra parte sobre la doble sentencia conforme consiguiente a la apelación obligatoria surgió la pregunta de si era posible dejar al discernimiento del obispo la determinación de apelar o no. Al mismo tiempo, se insistió en la necesidad de una mayor presencia de jueces laicos debidamente preparados, en particular de mujeres, en los tribunales eclesiásticos.
Después se reiteró la importancia de que también los sacerdotes estén bien preparados para la pastoral del matrimonio y la familia, y de que utilicen las homilías como un momento especial y eficaz para anunciar a los fieles el Evangelio de la familia. Hacen falta, se dijo, formación e información, porque la santidad espiritual del sacerdote, su creatividad y su relación directa con las familias son particularmente apreciadas por los fieles.
Una vez más se reflexionó sobre la relación entre emigración y familia, insistiendo en que la familia es un derecho fundamental que cada emigrante debe ver reconocido y se exhortó a los responsables de las políticas internacionales de emigración a proteger el derecho a la unidad familiar porque para los emigrantes la familia es un elemento esencial para la integración en los países de destino.
Durante la hora dedicada al debate libre – entre las 18.00 y las 19.00 horas – surgieron , en particular, tres temas: respecto a los divorciados que se han vuelto a casar, se puso de relieve la necesidad de un camino de penitencia, que esté acompañado de una reflexión sobre los divorciados que se han quedado solos porque a menudo sufren en silencio y están marginados de la vida social. En segundo lugar, se señaló la necesidad de proteger a los hijos de los cónyuges divorciados de las repercusiones psicológicas que el divorcio pueda tener sobre ellos. En este contexto, se señaló que a menudo una adecuada pastoral de los niños hace que sus padres se acerquen de nuevo a la Iglesia.
En tercer lugar se habló de la importancia de la relación entre la familia y la educación de los niños, con particular referencia al derecho de los padres a elegir el programa educativo más adecuado para que sus hijos puedan recibir una educación de calidad.
Por último, el Secretario General del Sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, anunció que en el transcurso de las ocho congregaciones generales, las intervenciones de los Padres sinodales fueron un total de 180, a los que hay que sumar las 80 durante las horas de debate libre.
NOVENA CONGREGACÍON GENERAL: ESCUCHAR MAS A LOS LAICOS
Ciudad del Vaticano, 10 octubre 2014 (VIS).- Esta mañana, durante la Novena Congregación General ha habido 15 intervenciones (6 de parejas y 9 de auditores), casi todos laicos comprometidos en los ámbitos de la pastoral familiar, la bioética y la ecología humana. Procedentes de diferentes países y en representación de casi todos los continentes los auditores han llevado al Aula su testimonio vivo, de apostolado familiar en la vida cotidiana.
En primer lugar, se recordaron las dificultades que viven las familias de Oriente Medio, en particular de Irak. Los numerosos conflictos repercuten gravemente en la familia, disgregada por la muerte de sus miembros, obligada a emigrar en busca de un lugar seguro para vivir, privada de futuro para los jóvenes -substraídos a la escolarización- mientras los ancianos se ven abandonados a sí mismos. La unidad de la familia cristiana en Oriente Medio está profundamente sacudida y este hecho afecta también a la cohesión social y nacional de los países de la región. Ante estos escenarios dramáticos la Iglesia representa un refugio seguro, una «familia de familias» que ofrece consuelo y esperanza. Y también es necesario preparar a las parejas casadas a ser «mediadoras» de paz y reconciliación.
Otro punto destacado por los auditores fue la necesidad de que la Iglesia escuchase más a los laicos a la hora de buscar soluciones a los problemas de las familias, en particular en lo que respecta a la esfera de la intimidad de la vida matrimonial. Por esta razón, se hizo hincapié en la importancia de la sinergia entre el mundo académico y el mundo pastoral, para no formar “técnicos», sino agentes pastorales que conozcan y sepan promover los temas de la familia y de la vida, a través de una sólida «visión antropológica católica del mundo».
Además, los auditores subryaron la necesidad de un mayor diálogo entre la Iglesia y el Estado, también a través del compromiso de fieles laicos que, lejos de ambiciones personales, sean capaces de promover la protección de los derechos de la familia y la defensa de la vida, trabajando en pro de un Estado de rostro humano. Los laicos deben ser activos y competentes en la defensa pública de los valores de la vida y la familia.
A continuación las intervenciones se centraron en la necesidad de formar de modo adecuado y permanente a los sacerdotes en los temas de la familia, en particular, la apertura a la vida, para que puedan explicar y hablar con naturalidad y claridad del amor conyugal. También porque se ha observado que si la planificación familiar natural se explica en detalle, destacando el valor positivo, se fortalece la vida de la pareja. En este contexto, se recordó que las homilías, bien preparadas, fomentan la participación de los fieles en la celebración de la Misa.
También se reflexionó en el Aula sobre la importancia del testimonio. Los jóvenes no necesitan tanta teoría pero entienden muy bien la centralidad de la familia cuando la demuestran sus miembros, testigos creíbles y sujetos de evangelización . Para ello, se ha insistido en acompañar a las parejas con una pastoral adecuada, incluso después del matrimonio y no sólo antes.
Los auditores han dado voz al sufrimiento de los que pierden a un familiar, como las personas viudas, los huérfanos o los padres a quienes muere un hijo. Para todos ellos es fundamental el acompañamiento de la Iglesia y de los grupos de escucha y ayuda , para que no se sientan desarmados frente a la profunda angustia de la pérdida, al temor de un «desierto» de los afectos, sino que permanezcan firmes en la fe.
Más tarde se habló de la importancia de una «ecología humana», que ayude a contrarrestar los efectos negativos de la globalización económica, a menudo portadora de modelos contrarios a la doctrina católica. Ha habido también una fuerte condena de todas las formas de violencia doméstica, en particular contra las mujeres, señalando que a menudo es perpetrada por los jóvenes.
Por último, se hizo hincapié en la necesidad de la comunicación dentro de la familia, porque la compartición entre los cónyuges, así como también en la educación de los hijos y sobre todo la oración en el hogar,
DECIMA CONGREGACION GENERAL: LOS DELEGADOS FRATERNOS
Ciudad del Vaticano, 11 de octubre de 2014 (VIS).- La Décima Congregación General se caracterizó por la audición de siete delegados fraternos de diversas confesiones cristianas. La intervención del octavo delegado, Su Eminencia Hilarión, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, tendrá lugar en los próximos días.
En sus intervenciones, los delegados fraternos expresaron al Santo Padre y a los Padres Sinodales su gratitud por haber sido invitados a participar en la asamblea. A continuación cada uno expuso el tema de la familia en el ámbito de su confesión cristiana.
En general los desafíos y las esperanzas que atañen al núcleo familiar son comunes a todos los cristianos. La familia es clave para la sociedad, es la base fundamental de la comunión en la justicia. Ciertamente no faltan dificultades: la crisis económica avanza, los medios de comunicación reducen los momentos de diálogo en el hogar, y a veces proponen modelos que inducen al adulterio. Las guerras, las migraciones, la globalización, el drama de enfermedades como el SIDA y el ébola, el fundamentalismo islámico presente en algunos países, ponen continuamente en peligro el bien de la familia, en todos los contextos.
También es común entre los cristianos la necesidad de una adecuada preparación para el matrimonio así como de una cuidadosa reflexión sobre el matrimonio entre creyentes y no creyentes. En cuanto a los divorciados y vueltos a casar, se ha reiterado que su acogida en la Iglesia puede dar nuevas esperanzas y favorecer un clima familiar más sereno, que a su vez redundaría en beneficio de toda la sociedad. Es esencial, por lo tanto que todas las confesiones cristianas escuchen a los que se encuentran en situaciones familiares difíciles ya que necesitan, día tras día, misericordia y compasión y las iglesias siempre quieren ayudar a los que sufren, teniendo en cuenta tanto la Santa la Escritura como los problemas del mundo contemporáneo.
Por cuanto respecta a las personas homosexuales , lejos de cualquier tipo de condena, se puso de manifiesto la voluntad de escuchar y comprender, reiterando al mismo tiempo que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. También se habló de la atención especial que merecen los niños nacidos en contextos difíciles y todas las víctimas de la violencia, especialmente las mujeres y los menores de edad , porque los cristiano tienen en común la defensa de los más vulnerables, de los que no tienen voz, tanto si son creyentes como si no lo son.
Otro tema central en las intervenciones de los delegados fraternos, fue el anuncio del Evangelio. La familia – se afirmó – es la primera escuela de fe, es el lugar donde se aprende a conocer y difundir la Buena Nueva, y por lo tanto es esencial que los cristianos compartan la »alegría del Evangelio», ese »Evangelii gaudium» frecuentemente recordado por el Papa Francisco.
Se encontraron algunas diferencias de enfoque, por ejemplo en el tema de la regulación de los nacimientos y a este respecto se subrayó la libertad de conciencia de los creyentes, siempre que se respete el significado del amor y el matrimonio. Además, en relación con el segundo matrimonio, los ortodoxos afirmaron que todavía representa una desviación y que se celebra, después de un período de acompañamiento de la Iglesia, para intentar que los cónyuges se reconcilien.
Después, los delegados fraternos de las Iglesias presentes en Oriente Medio dieron las gracias al Santo Padre por haber convocado el 7 de septiembre de 2013 la vigilia de oración por la paz en Siria y en otros lugares en el mundo. En este contexto, se volvió a hablar de la responsabilidad que compete a las familias cristianas en Oriente Medio por cuanto respecta a la evangelización en los países de mayoría islámica.
Todas las intervenciones concluyeron manifestando el deseo de que el Sínodo Extraordinario sobre la familia sea fructífero, también de cara a la Asamblea ordinaria programada para el 2015.