Francisco encuentra a una representación que está en Roma por la 40º reunión del IFAD
(ZENIT – Ciudad del Vaticano). Favorecer una mayor responsabilidad de los pueblos autóctonos en la economía, conciliando el derecho al desarrollo, social y cultural, con la protección de las características propias de los indígenas y sus territorios, con inclusión y no solamente consideración.
Este fue el punto central de la audiencia que el papa Francisco concedió este miércoles 15 en la ‘auletta’ contigua al aula Pablo VI en el Vaticano, poco antes de la audiencia general, a los representantes de los pueblos indígenas.
La delegación se encuentra en Roma en ocasión de la 40° sesión del Consejo de Gobernadores del IFAD (Fondo internacional de desarrollo agrícola), agencia especializada de las Naciones Unidas. El Papa invocó la bendición de Dios “a vuestras comunidades” y también para que “ilumine el trabajo de los que tienen la responsabilidad de la gestión del IFAD”.
Texto completo de las palabras del Papa
“Estimados amigos: Tengo el placer de encontrarme con vosotros al terminar los trabajos del 3.er Foro de los Pueblos Indígenas convocado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que celebra este año el 40 aniversario de su fundación.
Se han reunido para considerar de qué manera se puede favorecer una mayor responsabilidad de los pueblos autóctonos en la economía. Creo que el problema principal está en cómo conciliar el derecho al desarrollo, incluyendo también el de tipo social y cultural, con la protección de las características propias de los indígenas y sus territorios.
Esto se hace más evidente sobre todo cuando se trata de estructurar unas actividades económicas que pueden interferir con las culturas indígenas y su relación ancestral con la tierra. En este sentido, siempre debe prevalecer el derecho al consentimiento previo e informado, según exige el art. 32 de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Sólo así se puede garantizar una cooperación pacífica entre las autoridades gubernamentales y los pueblos indígenas, que supere contradicciones y conflictos.
Un segundo aspecto se refiere a la elaboración de directrices y proyectos que tengan en cuenta la identidad indígena, que presten una atención especial hacia los jóvenes y las mujeres.
Inclusión, y no consideración solamente. Esto implica que los gobiernos reconozcan que las comunidades indígenas son una parte de la población que debe ser valorada y consultada, y que se ha de fomentar su plena participación, a nivel local y nacional.
A esta necesaria hoja de ruta puede ayudar de manera efectiva el FIDA con su financiación y competencia, reconociendo que «un desarrollo tecnológico y económico que no deje un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso» (Enc. Laudato si’, 194).
Les agradezco por vuestra presencia y pido al Todopoderoso que bendiga a vuestras comunidades e ilumine el trabajo de los que tienen la responsabilidad de la gestión del FIDA.
Imagen:Francisco con los representantes de los pueblos indígenas
(Foto. Osservatore © Romano)