Gracias a las liberaciones de buitres negros desde 2007, Pirineos y la Sierra de la Demanda tienen de nuevo poblaciones de esta especie.
El Proyecto Gypaetus Monachus apuesta por el norte del Sistema Ibérico como nueva zona de reintroducción del amenazado quebrantahuesos.
El Proyecto Gypaetus Monachus, lanzado por la asociación naturalista GREFA para contribuir a recuperar las poblaciones europeas de las rapaces necrófagas amenazadas, está permitiendo el asentamiento del buitre negro en dos zonas del norte de España donde se había extinguido (Pirineos y la Sierra de la Demanda). Al mismo tiempo, este proyecto ha comenzado a estudiar posibles zonas de reintroducción del quebrantahuesos en el norte del Sistema Ibérico.
Gracias a este proyecto, una nueva colonia de buitre negro comienza a perfilarse en la Sierra de la Demanda, donde esta especie había desaparecido como reproductora. Este éxito ha sido posible gracias a la liberación de 31 ejemplares desde 2017 en el sector burgalés de estas montañas. De estas aves, 21 de ellas, es decir, casi el 70%, permanece en la misma zona en la que fueron liberadas, un dato que refuerza la posibilidad de que la especie se reproduzca en un futuro cercano en el área de reintroducción, que es el objetivo del proyecto. Además, la presencia de estos buitres negros ha atraído al lugar a un mínimo de ocho ejemplares procedentes de otras colonias españolas de la misma especie.
Otro logro derivado de las liberaciones de buitres negros en la Sierra de la Demanda ha sido la formación de 11 parejas hasta el momento, de las cuales 9 permanecen activas y 4 de ellas han comenzado a construir sus nidos durante la actual temporada de cría en las plataformas artificiales que el Proyecto Gypaetus Monachus ha instalado en los pinares de la zona. «Se trata de los primeros registros de nidificación de parejas territoriales de buitre negro de los que tenemos constancia en la provincia de Burgos desde la extinción de la especie como reproductora hace varias décadas», indica Lorena Juste, responsable del Proyecto Gypaetus Monachus en la Sierra de la Demanda.
Otro de los puntos fuertes del proyecto es su dimensión social. «Estamos consiguiendo revitalizar el medio rural de la zona donde trabajamos a través de numerosas actividades de carácter público dirigidas a involucrar a diferentes sectores de población, entre ellos ganaderos y cazadores, en la conservación del buitre negro», explica Juste.
Más de 60 buitres negros en Pirineos
Una acción similar destinada a crear otra nueva colonia de buitre negro en Pirineos se inició hace más de diez años a iniciativa del Proyecto Gypaetus Monachus. Hoy en día esta población pirenaica, ubicada en la reserva de Boumort (Lleida), bate año tras año su récord de reproducción: de las 20 parejas formadas, 14 están por estas fechas incubando sus puestas de un único huevo (típicas en esta especie) y 2 más podrían empezar a hacerlo en breve. Más de 60 buitres negros viven actualmente en esta colonia desde que se iniciasen las reintroducciones de ejemplares en 2007.
«Un indicativo de la buena evolución de la especie en Boumort es que, además de los buitres negros reintroducidos, cada vez hay más ejemplares silvestres, bien sea porque han nacido en la propia colonia o bien porque llegan aves de otras colonias, tanto españolas como francesas», afirma Émilie Delepoulle, responsable del Proyecto Gypaetus Monachus en Pirineos.
Un nuevo objetivo del Proyecto Gypaetus Monachus con el buitre negro en Pirineos será facilitar la expansión de la colonia gracias a la construcción de un cercado destinado a la alimentación de la especie fuera de la reserva de Boumort. Este cercado albergará varios ejemplares irrecuperables para la vida en libertad, que servirán como reclamo para otros buitres negros y para lograr el asentamiento de nuevas parejas.
Poblaciones de quebrantahuesos en comunicación
Uno de los principales retos del Proyecto Gypaetus Monachus es la recuperación en el norte del Sistema Ibérico del quebrantahuesos, especie catalogada en España como «En peligro de extinción». GREFA ha comenzado a realizar los primeros estudios para evaluar la posibilidad de llevar a cabo la reintroducción de la especie.
«Zonas de la provincia de Burgos y de La Rioja como las Sierras de la Demanda y Urbión y la comarca del Arlanza se vislumbran como hábitat predilecto para el quebrantahuesos, con numerosos avistamientos de ejemplares de diferente procedencia», indica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA e impulsor de la recuperación de los buitres europeos a través de proyectos de reintroducción.
Recientemente, tres quebrantahuesos coincidieron durante varias semanas en la Sierra de Urbión, dándose la circunstancia de que cada uno de ellos tenía un origen diferente: uno venía de la población natural de la especie en Pirineos y los otros dos procedían de los proyectos de reintroducción en Cazorla y el Maestrazgo castellonense. Precisamente este último, conocido con el nombre de Àlos, fue observado a mediados de octubre de 2018 sobrevolando la zona de reintroducción del buitre negro de la Sierra de la Demanda burgalesa.
«Una nueva población en territorio burgalés o riojano facilitaría mucho la comunicación de las poblaciones de quebrantahuesos entre los Pirineos, último reducto ibérico de la especie, y las zonas de Asturias, Andalucía y la Comunidad Valenciana donde hay en marcha proyectos para reintroducirla», prevé Álvarez.
La colaboración como punto fuerte
Una de las fortalezas del Proyecto Gypaetus Monachus son las alianzas que establece en cada uno de los territorios donde actúa con organismos, entidades, ONG y empresas a los que se invita a liderar o apoyar las acciones desarrolladas, como es el caso de la Generalitat de Cataluña en Pirineos y la Junta de Castilla y León en la Sierra de la Demanda. De hecho el proyecto cuenta desde 2016 con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, que ha sido decisivo para alcanzar los objetivos previstos.
¿Qué es GREFA?
Desde su creación en 1981, esta ONG ha atendido a más de 60.000 animales en su Hospital de Fauna Salvaje, radicado en Majadahonda (Madrid) y considerado el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad. En todo ese tiempo, GREFA se ha consolidado también como referencia internacional gracias a sus proyectos destinados a la generación de biodiversidad, con especial atención a la fauna autóctona con más problemas de conservación, a través de un extenso catálogo de acciones, como cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento vía satélite y vigilancia de nidos. Su labor ha sido reconocida por la concesión de dos de los premios sobre medio ambiente más prestigiosos de Europa, el de la Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad (2016) y el Fondena (2015).
Imagen: Un quebrantahuesos (izquierda) y un buitre negro
en un punto de alimentación pirenaico.
(Foto: PRBNC / Buseu Project)