Al inaugurar la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal del país, monseñor Diego Padrón, ha denunciado la violencia contra manifestantes y la carestía de todo tipo de bienes, que no se puede suplir con bolsas de comida que no solucionan «el hambre de un pueblo»
En Venezuela, el año 2017 «no lo hemos vivido, lo hemos sufrido». Este fue el balance del presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, monseñor Diego Padrón, al inaugurar el domingo la Asamblea Plenaria de esta institución, que se prolongará hasta el 12 de enero.
El también arzobispo de Cumaná recordó que, entre abril y julio, se han producido en el país más de 130 muertes violentas, 1.500 heridos y miles de detenidos, «llevados a la cárcel ilegalmente. Los últimos meses ha crecido y se ha extendido el malestar general del país, la comida y la medicina no solo escasean, sin que cuando aparecen aumentan exorbitantemente de precio».
Además, durante el año pasado se produjo la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, que el obispo calificó de «un engendro estratégico de carácter político que no es originaria, ni plenipotenciaria, puesto que lo originario es sólo el poder soberano del pueblo».
Protestas y saqueos
El presidente de los obispos manifestó además su preocupación por las recientes protestas y saqueos en algunos estados del país debido a la falta de alimentos y otras carencias. «Puede decirse que se va desarrollando paulatinamente en el país un proceso de convulsión social», agregó y criticó que el Gobierno de Nicolás Maduro pretenda resolver el desabastecimiento entregando bolsas de comida.
«El hambre de un pueblo, en particular, no se logra resolver estructuralmente ni con bolsas de comida, ni con bonos mensuales. Estas son medidas de emergencia aplicadas en poblaciones que han sufrido grandes inundaciones, terremotos y tsunamis», indicó. Monseñor Padrón resaltó además que la entrega de esos beneficios del Gobierno por «una parte son un paliativo», pero por otra «crean hábitos de mendicidad».
No aumentar la violencia
En ese sentido, pidió a los venezolanos encontrar «la justa y pronta respuesta al hambre en la solidaridad» y señaló que la «caridad de Cristo» les obliga también «a evitar acciones que contribuyan a aumentar la violencia, dañar la propiedad ajena y responder con odio y con armas las injurias sufridas».
Venezuela, afectada por una inflación de cuatro dígitos, ha registrado en las últimas semanas protestas por la falta de alimentos, medicinas, agua, gas y por la acumulación de basura.
Durante el mes de diciembre se generó además una escasez de gasolina en varios estados del occidente del país y el Gobierno venezolano decidió racionar la venta del combustible en al menos cinco regiones. La situación también se vio agravada por saqueos en varios estados, según han informado diputados opositores.
EFE/Alfa y Omega
Imagen: Monseñor Padrón pronuncia su discurso.
(Foto: CEV)