Francisco ya descansa en la sede de la Nunciatura Apostólica en Panamá. Durante el vuelo, ha llamado «muro del miedo» a la estructura que el presidente Trump quiere extender a lo largo de toda la frontera con México, y ha anunciado que viajará a Japón en noviembre
El Papa Francisco ha llegado al aeropuerto de Tocumen, en Panamá, alrededor de las 16:30 horas (hora local, 22:30 horas en España), en el avión de Alitalia que le ha traído desde Roma al pequeño país centroamericano para presidir los actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
A su llegada, el Santo Padre, sin dar síntomas de fatiga por el viaje, ha sido recibido por las máximas autoridades civiles y religiosas, encabezadas por el presidente de la República Juan Carlos Varela y su mujer, Lorena Castillo, y por el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor José Domingo Ulloa. El breve acto protocolario ha contado con el calor de los varios centenares de personas que han acudido al aeropuerto, procedentes de parroquias de todo el país, quienes han vitoreado al Santo Padre, han agitado banderas y han exhibido pancartas de acogida con textos como «Panamá te recibe con amor».
En la recepción, tras escuchar los himnos de Panamá y del Vaticano, el Santo Padre ha atendido una pequeña muestra de folklore local y ha roto el protocolo para acercarse y saludar a algunos de los presentes. El propio presidente Varela ha acercado a algún niño de corta edad hasta el Papa para que le bendijese.
Al concluir, Francisco se ha dirigido a la ciudad en un vehículo Toyota Prius, híbrido, en medio del entusiasmo del público, presente a lo largo del trayecto. Junto al hospital de San Fernando, el Santo Padre ha realizado un cambio de vehículo para montar en el papamóvil, que le ha permitido un contacto más cercano con la multitud congregada por las principales avenidas de la ciudad. El Papa se ha dirigido finalmente a la Nunciatura Apostólica para pasar la noche.
El Papa Francisco es el segundo Pontífice que visita Panamá. Juan Pablo II fue pionero, al estar presente en el país el 5 de marzo de 1983. Hoy, Juan Pablo II, ya canonizado, es uno de los ocho patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud.
Durante este jueves 24 de enero, el Papa visitará al presidente Varela en el palacio de Las Garzas y, posteriormente, mantendrá un encuentro con las autoridades, el cuerpo diplomático y representantes de la sociedad en el Palacio Bolívar. Posteriormente, a las 11 de la mañana (5 de la tarde en España), acudirá a un encuentro con los obispos centroamericanos en la Iglesia San Francisco de Asís. Por la tarde, a las 17,30 horas (23,30 horas en España) el Papa celebrará su primera convocatoria multitudinaria: la ceremonia de acogida en el Campo Santa María la Antigua, en la Cinta Costera.
Viaje a Japón en noviembre
En su saludo personal a los periodistas durante el vuelo, Francisco ha llamado «muro del miedo» a la estructura que el presidente Trump quiere extender a lo largo de toda la frontera con México, y ha anunciado que viajará a Japón el próximo mes de noviembre.
En conversación con un periodista italiano que ha estado recientemente en la frontera mexicana de Tijuana, el Papa ha parafraseado una idea del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, comentado que es «el muro del miedo”. Al escuchar que la barrera entra muy a fondo en el mar ha añadido que «el miedo lleva a la locura».
Francisco ha dado a un periodista japonés la noticia de que viajará a Japón el próximo mes de noviembre, lo cual confirma un ritmo extraordinario de viajes para este año en que hay anunciados ya cinco en el primer semestre: el que está realizando a Panamá, a Abu Dhabi del 3 al 5 de febrero, a Marruecos el 30 y 31 de marzo, a Bulgaria y Macedonia del 5 al 7 de mayo, y a Rumania el 1 y 2 de junio.
Recuerdo a un corresponsal fallecido
Antes de los saludos personales, el Santo Padre ha tomado el micrófono para recordar con afecto al veterano corresponsal de la agencia TASS en Roma Aleksei Bukhalov, fallecido recientemente. A lo largo de varios años, el periodista ruso presentó a Juan Pablo II al público de la Unión Soviética, y continuó su trabajo hasta hace muy poco.
Francisco dijo que «esta vez nos falta un colega al que yo quería mucho por su humanidad y porque no tenía miedo a la humanidad, incluso la baja, y hacia síntesis «dostoievskianas» que se echan en falta en nuestros días.
Una periodista española obsequió al Papa con rosas blancas, sus preferidas por su devoción a santa Teresa de Lisieux. Otra corresponsal española le entregó la fotografía de una viñeta periodística reciente sobre un niño de 14 años que huía de Mali y pereció ahogado en el Mediterráneo.
El niño migrante con buenas notas
La forense italiana Cristina Cattaneo, que hace un trabajo extraordinario para identificar a los fallecidos e informar a sus familias descubrió que el niño llevaba cosida a la ropa su boletín de notas escolares para demostrar en Europa que era un buen estudiante.
Este caso es uno de los que la forense relata en su libro «Náufragos sin rostro», que la corresponsal española entregó también al Papa, y que Francisco piensa comentar en público.
Como siempre, el Santo Padre demostró buen humor y optimismo ante la perspectiva de cuatro días de encuentros con un cuarto de millón jóvenes, en su mayoría latinoamericanos, que participan en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.
José María Navalpotro (Europa Press) / Juan Vicente Boo (ABC)
Foto: VaticanNews