Tras la oración mariana del Ángelus, el Papa recordó el 75 aniversario de las Convenciones de Ginebra y renovó su oración por la paz, esperando un despertar de las conciencias: durante los conflictos, la vida y la dignidad de las personas y de los pueblos deben ser respetadas junto con las estructuras civiles y los lugares de culto. Un pensamiento también para Marcelo Pérez, el sacerdote asesinado en México.
Ciudad del Vaticano, 27 de octubre 2024.- Insistió en el compromiso internacional de dar pasos concretos por la paz allí donde, sobre todo, las consecuencias de la guerra afectan a menores, civiles y lugares de culto. La vida es sagrada, repitió incansablemente el Sucesor de Pedro.
Respeto del derecho internacional humanitario
Tras la oración mariana, el Papa recordó que mañana, 28 de octubre, se inaugura en Ginebra la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que calificó de “importante”, 75 años después de los Convenios de Ginebra. Y expresó su esperanza, a la luz de los conflictos en el mundo donde miles de personas pierden la vida cada día, muchos de ellos niños.
Que este acontecimiento despierte las conciencias para que, durante los conflictos armados, se respete la vida y la dignidad de las personas y de los pueblos, así como la integridad de las estructuras civiles y de los lugares de culto, de acuerdo con el derecho internacional humanitario. Es triste ver cómo en la guerra, en algunos lugares, se destruyen lugares, hospitales y escuelas.
¡Demasiadas víctimas inocentes!
El Pontífice, desde la ventana del Palacio Apostólico, no olvidó invitar a rezar por la paz. Este domingo su doloroso pensamiento se dirigió a las pequeñas víctimas, los niños. Recordó el conflicto en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, “para que cese la escalada y para que prime el respeto a la vida humana, que es sagrada”.
Las primeras víctimas están entre la población civil: lo vemos todos los días. ¡Demasiadas víctimas inocentes! ¡Vemos todos los días imágenes de niños masacrados! ¡Demasiados niños! Recemos por la paz.
El sacerdote Pérez asesinado en México
El Papa Bergoglio se unió a lo que llama “la querida Iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, que llora al sacerdote Marcelo Pérez, asesinado el domingo pasado”. Recordó al sacerdote nativo con un afectuoso y amargo pésame:
Celoso servidor del Evangelio y del pueblo fiel de Dios. Que su sacrificio, como el de otros sacerdotes asesinados por fidelidad al ministerio, sea semilla de paz y vida cristiana.
El presunto autor del asesinato fue detenido, según anunció el 22 de octubre el gobernador del estado, Rutilio Escandón. Pérez estaba comprometido con la defensa de los derechos humanos y había denunciado repetidamente la criminalidad. La nueva mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, señaló que la investigación había sido asignada a la Procuraduría General de la República. Pérez, que tenía 51 años, fue asesinado tras celebrar una misa en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. Se beneficiaba de medidas cautelares de protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pertenecía a la etnia maya tzotzil y había sido amenazado en varias ocasiones, supuestamente por sus denuncias sobre narcotráfico y delincuencia.
Pensamientos para Filipinas azotada por la tormenta Trami
Y también Francisco expresó su cercanía “al pueblo de Filipinas golpeado por un ciclón muy fuerte”. Se trata de la tormenta tropical Trami, una de las más mortíferas y destructivas en el archipiélago del sudeste asiático en lo que va de año, que se ha cobrado cerca de 130 vidas mientras muchas zonas permanecen aisladas y la población necesita ser rescatada. Se espera que el número de muertos aumente.
Que el Señor sostenga a ese pueblo tan lleno de fe.
ANTONELLA PALERMO