VATICANO, (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco presidió este Jueves Santo la Misa de la Cena del Señor en el Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo a las afueras de Roma (Italia), donde lavó los pies a una voluntaria y once refugiados –entre ellos tres musulmanes y un hindú-; y en su homilía denunció que mientras Jesús, siendo el Maestro, lava los pies; en el atentado de Bruselas estuvo un Judas que detrás tiene a los traficantes de armas que quieren sangre y guerra, y no la fraternidad.
El Pontífice llegó al Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo (CARA por sus siglas en italiano) de Castelnuovo di Porto, donde son acogidos 892 refugiados, de los cuales 554 son musulmanes, 337 cristianos y dos hindúes.
Además de los tres musulmanes y el refugiado hindú, el Papa Francisco lavó los pies a tres cristianas coptas originarias de Eritrea, cuatro jóvenes católicos de Nigeria y una voluntaria católica de Italia.
La Misa se celebró en las afueras del centro y por medida de seguridad solo se permitió el ingreso de la prensa vaticana. También estuvieron presentes el imán musulmán que se ocupa de los refugiados y otro imán que trabaja en una ciudad cercana.
En su homilía, el Santo Padre destacó la convivencia pacífica que hay entre los refugiados de diferentes religiones, en contraposición con quienes, como en el ataque a Bruselas (Bélgica), solo buscan el odio y la guerra.
En ese sentido, el Papa quiso destacar dos gestos que se dan en la celebración del Jueves Santo; por un lado “Jesús que sirve, que lava los pies, él que era el jefe le lava los pies a los suyos, a los más pequeños”, y el por otro la actitud “de los enemigos de Jesús, de aquellos que no quieren la paz con Jesús, que toman el dinero con el que lo traicionan, las 30 monedas”.
Francisco dijo que esto mismo se repite hoy en día, pues mientras en el centro de acogida “todos nosotros juntos, musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos, hermanos, hijos del mismo Dios, que queremos vivir en paz, integrados, un gesto”; tres días atrás en Bélgica ocurrió “un gesto de guerra, de destrucción, en una ciudad de Europa, gente que no quiere vivir en paz”.
El Pontífice denunció que “detrás de ese gesto, como detrás de Judas estaban quienes habían dado el dinero para que Jesús fuese entregado; detrás de ese otro gesto están los traficantes de armas que quieren la sangre, no la paz, que quieren la guerra, no la fraternidad”.
En ese sentido, dijo a los refugiados que “ustedes, nosotros, todos juntos tenemos diversas religiones, diversas culturas, pero somos hijos de un mismo Padre, hermanos”. “Cuando yo haga el mismo gesto de Jesús, de lavar los pies a los doce, todos nosotros hacemos el gesto de la fraternidad y todos nosotros decimos, somos diversos, somos diferentes, tenemos diversas culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz. Y este es el gesto que yo hago con ustedes”, explicó.
Asimismo, dijo que aunque cada uno de los 892 refugiados tiene “una historia encima”, con “tantas cruces y tantos dolores”, a la vez “tienen un corazón abierto que quiere la fraternidad”.
Por ello los alentó a que “cada uno en su lengua religiosa rece al Señor para que esta fraternidad se contagie en el mundo, para que no hayan más las treinta monedas para asesinar al hermano y para que siempre haya fraternidad y bondad”.
A quiénes lavó los pies Francisco
En información difundida previamente por CARA, se pudo conocer brevemente quiénes fueron los once refugiados elegidos para el lavatorio de pies, todos ellos con “experiencias turbulentas y situaciones límite físicas y psicológicas en sus países donde reina el dolor y el sufrimiento, de los cuales escaparon para llegar a Italia”.
Así, el primero de ellos es Sira, un musulmán de 37 años y proveniente de Mali. Llegó a CARA hace menos de dos meses después de haber pasado por Niger y Libia. “Mohamed es otro de los musulmanes y ha cumplido hoy 22 años y llegó al centro de acogida también hace dos meses. Nació en Siria, del cual escapó hacia Libia y de ahí se embarcó a la isla de Lampedusa, a donde arribó el 11 de enero”, indicó CARA.
El tercer musulmán es Khurram, que cumplirá 26 años el 1 de junio y nació en Pakistán. Debió atravesar Irán, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Austria, hasta llegar a Caltanissetta (Italia), el 1 de septiembre de 2015.
El único refugiado hindú es Kunal de 29 años, que siguió el mismo camino de Khurram, pero partiendo de la India.
El Pontífice también lavó los pies a tres cristianas coptas originarias de Eritrea, que llegaron a (Sicilia) Italia luego de atravesar Etiopía, Sudán y Libia. La mayor es Luchia de 26 años y llegó el 7 de octubre de 2015. La segunda es Kbra que cumplirá 23 años el 1 de abril y llegó a la isla el 5 de noviembre. La menor es Lucía de 20 años y llegó el 4 de diciembre.
De los cinco fieles católicos, solo una es mujer. Se trata de la italiana Angela Ferri, de 30 años, proveniente de Stigliano y que labora en el centro de acogida. Los otros cuatro son jóvenes nigerianos, de los cuales dos son hermanos. Los cuatro son estudiantes y llegaron luego de atravesar Níger y Libia.
Los hermanos son Shadrach Osahon y Endurance de 26 y 21 años. Para salvarse se separaron por unos meses. El mayor llegó a Italia el 16 agosto de 2014 mientras el menor llegó el 17 de octubre del mismo año. Los otros dos nigerianos son Miminu Bright de 26 años y Osma de 22 años y licenciado en física.
Al final de la celebración, el Papa se acercó a saludar a varios de los refugiados, con quienes pudo intercambiar palabras gracias a tres traductores, uno de Afganistán, uno de Malí y otro de Eritrea.
Eduardo Berdejo