En un mensaje enviado a la red internacional Talitha Kum, reunida en los últimos días para la segunda Asamblea General, Francisco reitera la necesidad de combatir este fenómeno criminal «que respeta y no mira a nadie a la cara, garantizando grandes ganancias a personas sin escrúpulos morales».
Ciudad del Vaticano, 23 de mayo 2024.- Las guerras, el cambio climático, las disparidades sociales y económicas están en el origen de la trata de personas, «una de las plagas más terribles de nuestro tiempo», la calificó Francisco, quien en un mensaje a los participantes en la segunda Asamblea General de Talitha Kum, que concluyó ayer en Sacrofano, a pocos kilómetros de Roma, indicó la necesidad de combatir este mal «sistémico» mediante «un enfoque sistemático a múltiples niveles».
Desigualdades y vulnerabilidad
El Papa rinde homenaje al trabajo realizado por la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas, que desde hace 15 años trabaja junto a víctimas, supervivientes y personas en riesgo, y señala los conflictos, las grandes desigualdades e incluso el cambio climático como origen de este terrible fenómeno que «se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas obligadas a emigrar y de la condición de desigualdad en la que se encuentran especialmente las mujeres y las niñas».
La trata evoluciona constantemente
Francisco instó a Talitha Kum a continuar el camino junto a las víctimas, escuchándolas, ayudándolas a reaccionar y, al mismo tiempo, actuando contra la trata, «una actividad que respeta y no mira a nadie a la cara, garantizando grandes beneficios a personas sin escrúpulos morales». Además, la trata «evoluciona constantemente y siempre encuentra nuevas formas de desarrollarse, como ocurrió durante la pandemia».
La llamada a los gobiernos y a las instituciones
Para eliminar la trata, por tanto, «es necesario ser comunidad», como indica el tema de la Asamblea que el Papa recuerda en su mensaje: «Caminar juntos para poner fin a la trata: la compasión en acción para la transformación». Una misión que Talitha Kum ha llevado a cabo a lo largo de los años convirtiéndose, continúa Bergoglio, en «una red capilar y global» enraizada «en las Iglesias locales», y confirmándose como punto de referencia para las víctimas, sus familias y las comunidades más vulnerables. Una acción que con el tiempo se ha convertido también en «una fuerte llamada a la responsabilidad de los gobiernos e instituciones nacionales y locales». La recomendación del Papa es continuar por el camino de la prevención y la asistencia, «entretejiendo muchas relaciones preciosas, indispensables para combatir y derrotar la trata».
FRANCESCA SABATINELLI