Finalizada la primera parte del viaje apostólico, en el vuelo que lo conducía de Colombo a Manila, el Papa Francisco conversó durante 40 minutos con los periodistas que lo acompañaban en el avión respondiendo a sus preguntas sobre diversas cuestiones relativas no solamente a su viaje a Sri Lanka y Filipinas, sino también sobre los atentados ocurridos en París, la libertad religiosa y de expresión, la seguridad en los viajes papales y su nueva encíclica. De esta última dijo que posiblemente a finales de marzo estará terminada y que podrá salir en junio o julio.
Síntesis de algunas respuestas del Papa
Sobre los atentados suicidas y kamikazes que vivimos en la actualidad
»Detrás de cada atentado suicida -dijo- hay un elemento de desequilibrio humano, no sé si mental, pero humano. Hay algo que no funciona en esa persona. No tiene el equilibrio del sentido de su vida y la de los otros. Estas personas ofrecen su vida, pero no la ofrecen bien. Hay mucha gente que trabaja, como por ejemplo los misioneros que dan la vida, pero para construir. Aquí se da la vida auto destruyéndose, para destruir».
Sobre la seguridad en los viajes pontificios y las amenazas terroristas
»La mejor manera de responder es la amabilidad. Ser amable y humilde… A mi me preocupan los fieles y sobre esto ya he hablado con la Seguridad vaticana… ¿Si tengo miedo? Tengo un defecto, una gran dosis de inconsciencia… pero se que se toman medidas de seguridad prudentes y seguras».
Sobre la libertad religiosa y la libertad de expresión
»Las dos son derechos fundamentales -destacó- … veamos París, hablemos claro. Cada uno tiene el derecho de practicar la propia religión, sin ofender, libremente… no se puede ofender, hacer una guerra, matar en nombre de la propia religión, en nombre de Dios. A nosotros lo que sucede ahora nos asombra. Pero siempre, pensemos a nuestra historia, cuantas guerras de religiones hemos tenido… También nosotros somos pecadores en esto. Pero no se puede matar en nombre de Dios. Es una aberración… Cada uno no solo tiene la libertad, el derecho sino también la obligación de decir lo que piensa para ayudar al bien común… pero sin ofender. Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si mi amigo insulta a mi madre ¡Se lleva un puñetazo!. Es normal, no se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás… Hay un limite, y en la libertad de expresión también hay limites».