El fuego en la isla portuguesa causó al menos tres muertos y cientos de heridos
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha expresado su dolor por las víctimas del incendio que ha devastado durante varios días la isla de Madeira. Lo hizo a través de un telegrama enviado por el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, al obispo de la capital de la isla, Antonio Cavaco Carrillo.
El incendio en la principal isla del archipiélago del mismo nombre, situado en el océano Atlántico, ha amenazado incluso el centro histórico de la capital, Funchal, y ha dejado el saldo provisorio de tres muertos y al menos unos 300 heridos. Las últimas noticias de la Dirección Regional de Turismo de la isla portuguesa anuncian que ya no existen focos de incendios activos.
El Papa “consternado por la triste noticia de los terribles incendios”, pide al obispo de la capital que transmita a las familias de las víctimas su “participación en el dolor de aquellos que sufren el luto” y también su “solidaridad y cercanía espiritual de quienes perdieron sus hogares”, indica el telegrama dado a conocer hoy martes por la oficina de prensa de la Santa Sede.
Texto completo del telegrama:
“Excelentísimo y reverendo señor don Antonio Cavaco Carillo, obispo de Funchal.
Consternado por la triste noticia de los terribles incendios en la Isla de Madeira, el Santo Padre pide a vuestra excelencia que transmita a las familias de las víctimas su condolencia y participación en el dolor de todos los enlutados, así como su solidaridad y proximidad espiritual de quienes que perdieron sus hogares.
De modo particular, en ocasión de la fiesta de Nuestra Señora del Monte, su Santidad confía la diócesis de Funchal a la Santa Madre de Dios, que con su asunción a los cielos está más cercana de sus hijos aquí en la tierra, para interceder por ellos junto a Jesús, como un señal luminoso de la vida futura que esperamos.
Al mismo tiempo que pide al cielo consuele y restablezca a los heridos, y el coraje y la consolación de la esperanza cristiana para todos los afectados por la tragedia, y recordando especialmente a todos aquellos que trabajaron para combatir los incendios, el papa Francisco envía una esperanzadora bendición apostólica.
Traducción realizada por Zenit