Ciudad del Vaticano, (VIS).-En Gubbio, la ciudad italiana donde san Francisco amansó el lobo, todos los años en estas fechas se enciende el árbol de Navidad más grande del mundo. Situado en las faldas del monte Ingino está formado por partículas de luz de diverso tipo: 250 puntos luminosos de color verde trazan una silueta de más de 650 metros de altura dentro de la cual brillan 300 luces de varios colores y en la cima hay una estrella de mil metros cuadrados, formada por 200 luces blancas. El 7 de diciembre, al anochecer el Santo Padre, desde el Vaticano iluminó el abeto mediante un dispositivo electrónico y mandó un saludo a los que asistían al acto.
»Os deseo una Navidad santa y feliz -dijo- Cuando encendemos la luz del árbol de Navidad, queremos que la luz de Cristo esté en nosotros. Una Navidad sin luz no es Navidad. Que haya luz en el alma, en el corazón. Que haya perdón, que no haya enemistades, tinieblas… Que haya la luz de Jesús que es tan bonita. Es lo que os deseo a todos, ahora, cuando enciendo la luz del árbol de Navidad. Muchas gracias por vuestro regalo, es hermoso. Yo también os doy mis mejores deseos de paz y de felicidad.Si tenéis algo oscuro en el alma, pedid perdón al Señor. Navidad es una buena oportunidad para dejar limpia el alma. No tengáis miedo, el cura es misericordioso, perdona a todos en nombre de Dios, porque Dios lo perdona todo.Que la luz esté en vuestros corazones, en vuestras familias, en vuestras ciudades. Y ahora con este deseo, encendamos la luz y que Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo os bendiga. Feliz Navidad y rezad por mí».
La Plaza de San Pedro se viste de Navidad
Ciudad del Vaticano, (VIS).-Ha llegado mañana al Vaticano el abeto de Navidad que este año, con sus 25 metros y medio de altura, adornará la Plaza de San Pedro. El árbol, de la especie Abeto Blanco, proviene de Passo dell’Abbate, provincia italiana de Fabrizia (Calabria), y tiene una particularidad especial, un tronco doble o »gemelar», es decir, dos troncos unidos en uno.
La ceremonia de iluminación se llevará a cabo la tarde del 19 de diciembre a las 16.30 y este año coincidirá también con la iluminación y descubrimiento del Belén. Con el título »Il Presepe in Opera», el nacimiento, compuesto de casi 25 estatuas de terracota de tamaño natural, es un regalo de la »Fondazione Verona per l’Arena» y su escenografía se inspira en la lírica, arte que distingue a esa ciudad. De ahí el título que juega con la palabra opera (obra) y su doble significado en italiano, es decir: »El Nacimiento a la obra» porque el mensaje que transmite »actúa» y »El Nacimiento en la Opera» porque la escenografía procede de una obra lírica, concretamente del »El elixir de amor» de Gaetano Donizetti.