En la catequesis de hoy dedicada a la “pasión de evangelizar”, Francisco se centra en el “discurso misionero” de Jesús a los discípulos, e invita a dar testimonio con mansedumbre, humildad y sin mundanidad, que Dios está cerca.
Ciudad del Vaticano, 15 de febrero 2023.- “Ir mansos y buenos como corderos, sin mundanidad, juntos. Aquí está la clave del anuncio”: fue la indicación del Papa Francisco esta mañana, en la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI. En su quinta catequesis dedicada al tema de “la pasión de evangelizar”, es decir, el “celo apostólico” el Pontífice centró su reflexión en el pasaje evangélico de Marcos (3,14) que relata que Jesús «instituyó a los Doce – que llamó apóstoles – para que estuvieran con él, y poder enviarlos a predicar».
Francisco nota que hay un aspecto que parece contradictorio, porque Jesús llama a los discípulos “para que estén con Él y para que vayan a predicar. Se podría decir: o una cosa o la otra, o estar o ir”. Sin embargo, añade el Papa, “para Jesús no hay ir sin estar y no hay estar sin ir”, y explica el por qué.
La misión no se aprende en academia
“En primer lugar, no hay ir sin estar”, precisa el Papa, porque “antes de enviar a los discípulos en misión, Cristo – como dice el Evangelio – les ‘llamó’.
El anuncio nace del encuentro con el Señor; toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. No se aprende en la academia, ¡no, no! Comienza con el encuentro con el Señor. Testimoniarlo de hecho, significa irradiarlo; pero, si no recibimos su luz, estaremos apagados; si no lo frecuentamos, nos llevaremos a nosotros mismos en vez de a Él, y todo será en vano. Por tanto, puede llevar el Evangelio de Jesús solo la persona que está con Él.
“Igualmente, no hay estar sin ir”, añade el Papa, porque seguir a Cristo “no es un hecho intimista: sin anuncio, sin servicio, sin misión, la relación con Jesús no crece”. Y evidencia que poco después de haberles llamado, “¡ya les envía!” y esto, significa que “la experiencia de la misión forma parte de la formación”.
El discurso misionero de Jesús
Prosiguiendo con su catequesis, el Santo Padre afirma que Jesús cuando llamó a los discípulos, antes de enviarlos a anunciar, les dirigió un discurso contenido en el capítulo 10 del Evangelio de Mateo, conocido como “discurso misionero”, que es – explica – como la “constitución” del anuncio. De este discurso, – una página sola de Evangelio que el Papa aconseja leer hoy – extrae tres aspectos fundamentales: por qué anunciar, qué anunciar y cómo anunciar.
El anuncio parte de la belleza de lo que hemos recibido gratis
Refiriéndose al por qué anunciar, Francisco explica que la motivación está en «cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar»: «Lo recibieron gratis; denlo gratis» (v. 8). “¿Por qué anunciar? Porque gratuitamente he recibido y debo dar gratuitamente”, explica, y añade.
El anuncio no parte de nosotros, sino de la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito: encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir ser amados y salvados. Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo; pero en el mismo estilo, es decir, en la gratuidad. En otras palabras: tenemos un don, por eso estamos llamados a hacernos don; hemos recibido un don y nuestra vocación es hacernos don para los otros, está en nosotros la alegría de ser hijos de Dios, ¡debe ser compartida con los hermanos y las hermanas que todavía no lo saben! Este es el porqué del anuncio. Ir a llevar la alegría de lo que hemos recibido.
Anunciar que Dios está cerca de nosotros
Sobre el segundo aspecto, qué anunciar, el Obispo de Roma recuerda las palabras de Jesús que dice: «Vayan proclamando que el Reino de los cielos está cerca» (v. 7). Y esto, señala, “es lo que hay que decir, en primer lugar y ante todo: Dios está cerca”.
No se olviden nunca de: Dios siempre ha estado cerca del pueblo, Él mismo se lo dijo al pueblo. Dijo: ‘Miren ¿qué Dios está tan cerca de las naciones como yo lo estoy de ustedes? La cercanía es una de las cosas más importantes de Dios. Son tres cosas importantes: cercanía, misericordia y ternura. No olviden esto. ¿Quién es Dios? El Cercano, el Tierno, el Misericordioso. Esa es la realidad de Dios.
El Papa precisa además que acoger el amor de Dios “es más difícil porque nosotros queremos estar siempre en el centro, nosotros queremos ser protagonistas”. En cambio, “el anuncio debe dar el primado a Dios, en primer lugar y dar a los otros la oportunidad de acogerlo, de darse cuenta que Él está cerca. Y yo, atrás”.
Ser mansos y humildes como corderos
Finalmente, el cómo anunciar, el aspecto sobre el cuál Jesús se explaya más y “esto – afirma el Papa – es significativo, nos dice que la forma, el estilo es esencial en el testimonio”.
El testimonio no implica sólo la mente y decir algo, los conceptos: no. Implica todo, mente, corazón, manos, todo, los tres lenguajes de la persona: el lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto y el lenguaje del obrar. Los tres lenguajes. No se puede evangelizar sólo con la mente o sólo con el corazón o sólo con las manos. Todo implica. Y, en el estilo, lo importante es el testimonio, como Jesús quiere que hagamos.
“Yo los envío como como ovejas en medio de lobos” (v. 16), dice el Señor y Francisco explica que Él “no nos pide saber afrontar a los lobos, es decir ser capaces de argumentar, contraatacar y defendernos”. Los envía como corderos. «Nos pide ser así, ser mansos y con las ganas de ser inocentes, estar dispuestos al sacrificio”. “Y Él, el Pastor, reconocerá a sus corderos y les protegerá de los lobos”. “Si quiero ser del Señor, – precisa – debo dejar que Él sea mi pastor, y Él no es un pastor de lobos, es un pastor de corderos, mansos, humildes, amables con el Señor”.
Mostrar a Jesús más que hablar de Jesús
Siempre sobre el cómo anunciar, el Papa nota que llama la atención que Jesús, en vez de prescribir qué llevar a la misión, dice qué no llevar: «No se procuren oro, ni plata, ni calderilla en sus fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni aldeas» (vv. 9-10). Y sobre este aspecto, señala.
No lleves nada. Dice que no nos apoyemos en certezas materiales, que vayamos al mundo sin mundanidad. Esto es lo que hay que decir: voy al mundo no con el estilo del mundo, no con los valores del mundo, no con la mundanidad -para la Iglesia, caer en la mundanidad es lo peor que puede pasar. Voy con sencillez.
Jesús dice “que no nos apoyemos en las certezas materiales, ir al mundo sin mundanidad. Así se anuncia: mostrando a Jesús más que hablando de Jesús”. Y finalmente, yendo juntos, en comunidad.
La Iglesia apostólica es enteramente misionera y en la misión encuentra su unidad. Por tanto: ir mansos y buenos como corderos, sin mundanidad, juntos. Aquí está la clave del anuncio. Acojamos estas invitaciones de Jesús: que sus palabras sean nuestro punto de referencia.
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