El Papa Francisco agradece a los más de 25.000 voluntarios de la JMJ Lisboa por el “hermoso servicio” que han desarrollado en los últimos meses y les encomenda la tarea de ser “surfistas del amor”: “Que el servicio que han hecho a esta JMJ sea la primera de muchas olas de bien”.
Lisboa (Portugal), 6 de agosto 2023.- “Han trabajado durante meses, discretamente, sin ruido ni protagonismos. No sólo eso, han sido un ejemplo de equipo trabajando juntos. Pero el de ustedes, más que un trabajo, ha sido un servicio”. Son las palabras de agradecimiento del Papa a los jóvenes voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud con quienes se ha reunido en la tarde del 6 de agosto en Algés.
Se trata del último encuentro y discurso del Papa Francisco antes de partir rumbo a casa, pero cuyas palabras resonarán siempre. El Papa les recuerda que “quien ama sirve” y “quien ama corre a servir y a entregarse en el servicio a los demás, ¡y ustedes – les ha exclamado –corrieron eh!, corrieron bastante en estos meses”.
“Vinieron a Lisboa para servir y no para ser servidos”
“Yo pude ver el final nada más, ver mientras respondían a mil necesidades, a veces con el rostro marcado por el cansancio, otras veces un poco abrumados por las urgencias del momento, pero siempre noté una cosa: que tenían los ojos luminosos por la alegría del servicio”. Francisco ha querido resaltar que “hicieron grandes cosas con gestos pequeños”, como ofrecer una botella de agua a un desconocido, “y eso – ha dicho – crea amistad”. También les ha subrayado que corrieron mucho, pero no con la carrera frenética y sin rumbo que es a veces la de nuestro mundo, sino que corrieron una carrera que lleva al encuentro con los demás, para servir a los demás en el nombre de Jesús: “ustedes vinieron a Lisboa para servir y no para ser servidos, gracias, muchas gracias”.
El Papa da el secreto para ir “hacia adelante” en la vida
Francisco también ha querido decir unas palabras a los tres jóvenes voluntarios que han expuesto al Papa su testimonio en el que han hablado de un encuentro especial con Jesús. “Ustedes nos han recordado que el encuentro más hermoso, el motor de todos los demás, el que nos hace caminar en serio, que lleva adelante la vida, es con Jesús, es el encuentro más importante de nuestra vida, renovar cada día el encuentro personal con Jesús es el centro de la vida cristiana” les ha dicho el Papa.
Y este “renovar el encuentro personal cada día” es la clave para Francisco: “hay que renovarlo cada día para mantenerlo fresco, no solo en la cabeza sino en el corazón”. De hecho, les ha recordado que “un pequeño “sí” a Jesús puede cambiar la vida, pero también los “sí” dichos a los demás hacen bien; cuando son para el servicio, ustedes en el momento del cansancio continuaron y siguieron diciendo si para servir a los demás. Gracias por esto”.
Para poner en orden la vida se necesita “dilatar el corazón”
Comentando el testimonio de uno de los tres voluntarios, que ha asegurado que en la JMJ, con la ayuda de Jesús y de los hermanos, ha tenido la oportunidad de reordenar “la habitación de su vida”, el Papa le recuerda que precisamente “esta jornada sirve para reordenar nuestra vida”, pero no por la jornada – dice – “sino por Jesús que esta acá en medio de nosotros y se nos muestra”. “Para poner orden en la vida no sirven las cosas, las distracciones y el dinero – explica el Papa – es necesario dilatar el corazón”. “No tengan miedo, dilaten el corazón” insiste Francisco.
“Sean surfistas del amor”
Papa concluir, el Papa les ha dejado una imagen: “las grandes olas de Nazaré”, la localidad situada al norte de Lisboa, caracterizada por sus olas de hasta treinta metros de altura y que son una atracción mundial, especialmente para los surfistas que las desafían. “En estos días también ustedes han afrontado una verdadera ola; no de agua, sino de jóvenes como ustedes, que han inundado esta ciudad – les dice el Papa – pero, con la ayuda de Dios, con mucha generosidad y apoyándose mutuamente, ustedes han desafiado la gran ola” “Son valientes” les ha exclamado el Papa, invitándolos a seguir manteniéndose en las olas del amor y en las olas de la caridad y a ser surfistas del amor: “Esto es una tarea que les encomiendo en este momento, que el servicio que han hecho a esta JMJ sea la primera de muchas olas de bien; y cada vez serán llevados cada vez más alto, más cerca de Dios, y esto les permitirá ver desde una mejor perspectiva el camino de ustedes”.
MIREIA BONILLA
Ciudad del Vaticano
Vatican News