El Papa Francisco recibió a los directivos y al personal de la compañía aérea italiana que le permite partir para «confirmar a los hermanos en la fe, estar cerca de los que sufren, ayudar a los que se comprometen por la paz». «Dentro de dos semanas, les dijo, iré a Hungría, y después vendrán Marsella y Mongolia».
Ciudad del Vaticano, 14 de abril 2023.- Son las «alas del Papa», que permiten «al Sucesor de Pedro volar hasta los confines de la tierra llevando el Evangelio de la esperanza y de la paz», como para el último viaje de Francisco, el que realizó a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, donde el Papa llegó con el Airbus A350, la insignia de ITA Airways, y como para el 41º, que está a punto de realizar a Hungría – del 28 al 30 de abril próximos – «y luego vendrá Marsella, después Mongolia… y todas estas cosas que están en la lista de espera», les dijo.
San Pablo VI, primer pontífice que inició los viajes apostólicos
El Papa saludó así a los directivos y al personal de la compañía aérea que “aterrizaron” en el Vaticano, a los que también confió otro pensamiento suyo, «si San Pablo hubiera tenido la oportunidad de viajar en avión, ¿qué habría pasado?», probablemente lo que ocurrió con un Papa de su mismo nombre, San Pablo VI, «el primer Pontífice de la historia que tomó el avión para una peregrinación apostólica», era el 4 de enero de 1964 y embarcó en un DC8 de Alitalia, «esos DC8 que ahora están jubilados».
El Papa Montini había deseado tanto el viaje a Tierra Santa, breve pero intenso. Lo había anunciado con entusiasmo y emoción a los Padres conciliares, al final de la segunda sesión del Vaticano II. Aquel vuelo, con salida de Roma-Fiumicino y llegada a Ammán, inauguró los viajes papales en el mundo: una nueva forma de llevar a cabo el ministerio pastoral del Papa, que permitió al Obispo de Roma llegar a tantas personas que nunca habrían podido peregrinar a Roma.
Los viajes, una forma de misión del pontificado
Ocho – recordó el Papa – fueron los viajes realizados por Pablo VI durante su pontificado, a todos los continentes, ciento cuatro los realizados en sus veintisiete años de pontificado por el «buen» San Juan Pablo II, una «forma de misión que se ha convertido en parte integrante del pontificado», como para Benedicto XVI y el propio Francisco, todo ello gracias a la compañía aérea de bandera italiana que «suele acompañar al Sucesor de Pedro y a su séquito en el viaje de ida; y en algunos casos también lo hace en el viaje de vuelta y en los traslados internos, o de un país a otro dentro del mismo viaje».
Es un servicio muy valioso, que requiere competencia, cuidado y atención a muchos detalles, incluida la nada fácil logística: lo sabe bien el Papa, que – como ven – tiene algunos problemas de movilidad, ¡pero gracias a su ayuda sigue viajando!.
Los viajes del Papa, subrayó además Francisco, son importantes para encontrarse con personas, comunidades de fe, creyentes de otras religiones, así como mujeres y hombres de buena voluntad…
Reunirse personalmente, hablar en persona es diferente de estar presente con un mensaje, quizá un vídeo. No es lo mismo…
El agradecimiento del Papa se dirigió, por tanto, a quienes hacen posible que él viaje «para confirmar a los hermanos en la fe, para estar cerca de los que sufren, para ayudar a los que trabajan por la paz».
FRANCESA SABATINELLI
Vatican News.
Imagen: Audiencia del Papa a los directivos y al personal de la empresa Ita Airways.