Llevan siete años tomándonos el pelo y pretenden seguir haciendo lo mismo hasta que Conde Pumpido diga ¡basta!.
Lo de José Luis Ábalos (cada vez con más cara de Torrente V) no tiene un pase. ¿Se cree que el juez del Tribunal Supremo, el Fiscal Anticorrupción, los oficiales investigadores de la UCO, los periodistas que han levantado el supercaso de corrupción que le afecta son bobos de baba?.
Amén de no renunciar al escaño, la sinvergonzonería la ha llevado hasta la Sala del Supremo que le investiga. Echa la culpa a su asistente Koldo que, como buen corderito con problemas cerebrales, lo asume sin rechistar.
Vamos a ver, presuntos corruptos hasta la médula: ¿Alguien en su sano juicio puede tragarse que Aldama y Koldo sin el aval expreso del entonces ministro y jefe del PSOE pudieron hacer lo que presuntamente hicieron? Vamos a ver, caraduras al paño, ¿alguna cabeza medianamente amueblada puede pensar siquiera que Ábalos sin el aval y conocimiento de su jefe de fila Sánchez pudiera enriquecerse (presuntamente) y dominar todo el paisaje socialista plagado de detritus? ¡Por favor!
Decían que Ábalos es persona inteligente o muy inteligente. Ha demostrado, además de un tipo sin moral, sin formas y sin mínimas maneras, ser más bobo que aquel que asó la manteca con el dedo. Sus coartadas, facilitadas por el único valedor que le resta en el PSOE, Óscar Puente, las deshizo el fiscal de un plumazo.
Nada tiene de extraño, conociendo la catadura histórica del PSOE, que vayan a reducir el caso más grandioso de corrupción de España en los últimos tiempos –después de los amnistiados ERES–, que pretendan poner toda la responsabilidad del latrocinio en las gruesas espaldas del leñador navarro que es tan alto y fornido que difícilmente le llega el riego al cerebro.
¡Vivir para ver! ¡Qué repugnancia!
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 15.12.2024