La retirada de los donantes internacionales abre un escenario dramático para los hospitales de Sudán del Sur. Chiara Maretti: consecuencias desastrosas.
Rumbek, Sudán del Sur, 6 de julio 2022.- «De Rumbek, el Cuamm no se irá», se hace eco Chiara Maretti, responsable de Médicos con África en Sudán del Sur, de la decisión tomada por la organización unas semanas antes de lo que pondrá de rodillas al sistema sanitario del país: la retirada del Health Pooled Fund (HPF), consorcio internacional de donantes y principal financiador del programa sanitario en Sudán del Sur. A partir del 1° de agosto, una decisión dictada por las consecuencias de la pandemia de Covid, pero también por la continuación de la guerra en Ucrania, HPF recortará su contribución al hospital de Rumbek, un centro de referencia para todo el Estado de los Lagos, especialmente para las urgencias obstétricas y quirúrgicas, capaz de atender más de 23.000 ingresos en un año, que en 2021 registró más de 2.600 partos, un 131% más que en 2017.
En riesgo el 90% de la actividad
El año anterior, era 2016, el Cuamm comenzó su labor en ese mismo hospital, apoyando sobre todo los servicios destinados a madres y niños, y luego extendió su apoyo al resto de salas y departamentos también desde el punto de vista de la gestión, siempre en colaboración con el gobierno. «Si los donantes se echan atrás», dice el director médico Teran Madit Teran, «se cortará el 90% de nuestra actividad, y no sabemos cuál será el destino de este hospital a partir de agosto. Sólo para el año 2021, para el funcionamiento del centro, Hpf, a través del Cuamm, ha aportado más de un millón de dólares a las cajas del hospital, una cantidad inmensa para cubrir unas necesidades que, dentro de veinte días, serán transferidas en su totalidad al Gobierno. ‘Tenemos cinco socios en este hospital, incluido el Cuamm’, continúa Terán, ‘les pediremos ayuda, necesitamos todo, tendremos que pagar al personal, comprar medicamentos y combustible para los generadores’.
Sanidad privada de fondos
En este momento el sistema sanitario de Sudán del Sur», prosigue Maretti, «está completamente en manos de las ONG, con la ausencia total del Estado», por lo que Médicos con África Cuamm, hasta ahora, ha dirigido centros sanitarios repartidos por todo el territorio, además del hospital de Rumbek. Hay ocho grandes hospitales estatales en todo Sudán del Sur que dejarán de recibir apoyo y se entregarán a la gestión del gobierno que, señala Maretti, «ha declarado que no tiene fondos, por lo que los hospitales dejarán de tener apoyo con consecuencias desastrosas». No se puede ni imaginar el impacto que tendrá esto. A partir del 1 de agosto, ¿dónde irán los pacientes hospitalizados?» Y para Cuamm es imposible irse, sabiendo lo que va a pasar.
Un compromiso que exige pasión
Vincenzo Riboni, ex médico jefe de urgencias en Vicenza, no es ajeno a Sudán del Sur, donde ha estado en 2018 y 2019, pero «ahora es por más tiempo», señala. Hoy, en el hospital de Rumbek, es cirujano del Cuamm las 24 horas del día. Con el estetoscopio al cuello, recorre a toda prisa las salas, detenido a cada paso por el personal, los pacientes y los familiares, repite las terapias dos o tres veces a las enfermeras para asegurarse de que las han entendido, con el incierto inglés de los traductores habla con los pacientes y las familias y observa impotente cómo mueren por causas no tratables. «Aquí hace falta mucho trabajo», dice Riboni, «es un hospital difícil, por la gente, el tipo de personal y también la distribución logística. El compromiso es, por tanto, fuerte y pesado, «un compromiso», concluye el médico, «que exige atención, paciencia, fuerza de voluntad y también mucha pasión».
FRANCESCA SABATINELLI
Vatican News
Imagen: El hospital de Rumbek