Lo hizo en París al recordar a las víctimas del teatro Bataclán. Aseguró que el terrorismo no tiene patria, ninguna religión y ninguna fe
(ZENIT – Roma).- “He sufrido por las víctimas, por sus familias, por sus amigos. Deseo que el pueblo francés, libre, pacífico, enamorado de la vida, logre superar esta tragedia. Rezo para que Dios proteja a todos de todo mal”.
Estas son las palabras del gran imán de Al Azhar, la máxima autoridad del islam sunita, cuando participó el martes 24 de mayo en París en un acto en Bataclán, uno de los lugares de los atentados terroristas del 13 de noviembre de 2015.
Así, el gran imán Ahmed el-Tayeb rezó delante de la corona de flores que acababa de depositar el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, después de la conferencia “Oriente y Occidente diálogo de civilizaciones”.
Dicho encuentro ha sido promovido por San Egidio, Al Azhar, el Consejo musulmán de la alcaldía, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Ahmed el-Tayeb añadió: “Estoy aquí para declarar ante todos en el nombre del islam, que la sangre de todos los seres humanos debe ser preservada de holocaustos y sacrificios. La relación entre los seres humanos que Dios nos mandó tener, está basada en la paz, la fraternidad y la cooperación”.
Y aseveró que “el terrorismo no tiene patria, ninguna religión, ninguna fe. Yo, como todos los musulmanes, he sufrido al ver el derramamiento de sangre aquí como en todas partes, que ha sido producido por un virus maligno. Por lo tanto, todos, Este y Oeste, Oriente y Occidente, debemos permanecer unidos para combatirlo”.
El día anterior, el Gran Imán había sido recibido por el papa Francisco en el Vaticano: un encuentro que nació de la idea de que era necesaria la cooperación, especialmente en la educación.
Para San Egidio, ha sido “un momento de gran valor simbólico y de construcción real del tejido social y de la convivencia, para la cual Andrea Riccardi dedica sus energías”. Señalan además que el evento “contó con la participación significativa de una de las más altas autoridades del mundo musulmán”. Riccardi por su parte pidió una “integración positiva” que permita superar la “cultura del miedo”.
La Comunidad de San Egidio ha manifestado también su convicción de que “el diálogo se puede traducir en medidas concretas para curar las heridas que el terror ha abierto en la convivencia de los pueblos y de los individuos” y este gesto “representa una contribución concreta para una Europa que acepta convivencia entre los pueblos”. Fue la Comunidad de San Egidio la que puso en marcha hace más de un año el diálogo con la Universidad de Al Azhar.
Anita Bourdin (Zenit-Roma)