Tras la XVII Congregación General, en la que participó el Santo Padre, se desarrolló la última conferencia de prensa sinodal. Los Cardenales Mario Grech y Jean-Claude Hollerich, la hermana María de los Dolores Palencia Gómez, el padre Giacomo Costa y Monseñor Riccardo Battocchio respondieron a las consultas de los periodistas, vinculadas al documento final y a diversos asuntos de la asamblea.
Ciudad del Vaticano, 26 de octubre 2024.- “La sinodalidad puede incidir en procesos de paz en América Latina porque ayuda a bajar las polarizaciones”, comentó la Presidenta Delegada de la Asamblea Sinodal, Sor María de los Dolores Palencia Gómez, al final de la última conferencia de prensa sobre los trabajos de la segunda sesión.
Desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la religiosa mexicana apuntó que “en la medida que sepamos escucharnos y dialogar, podremos no llegar a conflictos y rupturas terminantes”. De hecho, en sus respuestas a los periodistas, se refirió a los desafíos que presentan los núcleos migratorios que están trascendiendo las fronteras. Esto implica “un respeto profundo de las creencias, la expresión cultural, de la forma de manifestar su confianza y su caminar delante de Dios”.
Según Palencia, ahora se abre una nueva misión de atender y acompañar a estos grupos que caminan. Desde esta perspectiva, plantea la importancia de aprender a escucharnos, a ver y conocer las necesidades del prójimo, “colocarse en sus zapatos, en su realidad, comprender su corazón y lo que necesita”. “Esto nos permitirá seguir caminando juntos y tomando decisiones”, añadió.
Para la vida consagrada, Gómez consideró que el gran reto es lograr que “el Sínodo toque las bases de nuestros pueblos”. Incluso fue más allá: sostuvo que el lenguaje, los textos y los documentos deben llegar a las comunidades y estas empezarán a tener su propia voz. “En la medida que el pueblo vaya siendo en verdad un sujeto, todas las estructuras y muchas cosas van a ir cambiando: el clericalismo, la organización en las parroquias, las maneras de comunicarnos”, acotó. Así, “saneará también las estructuras sociales”.
La madre sinodal manifiesta que en América Latina se debe retomar el desafío de la opción preferencial por los pobres, cuyos rostros cambian constantemente. “Cada vez podemos descubrir nuevas situaciones de vulnerabilidad”, afirma.
Apreciar la diversidad de dones, carismas y ministerios
En consonancia con los puntos del Documento Final, el Cardenal Mario Grech, Secretario del Sínodo, aludió al rol de guía en la Iglesia: “Es el rol por excelencia del pastor”, dijo y reconoció que debe ser ayudado y comparte la misión con los presbíteros y los laicos.
Grech relató que, en algunos de sus viajes, constató la existencia de varias diócesis en las que hay parroquias sin sacerdotes y reflexionó sobre la participación de los laicos en la animación de las comunidades. “Esto ya es una experiencia, no es un hallazgo de la asamblea sinodal”, sentenció. Justamente, admitió que la asamblea aprecia estos dones, carismas y ministerios y expresó su deseo de que se siga adelante en el reconocimiento de estos dones del Señor para su Iglesia.
La dimensión sinodal del ministerio petrino
Respecto de la decisión del Santo Padre de no publicar una exhortación apostólica postsinodal, el Purpurado aclaró que ello no quiere decir que el Pontífice no se vaya a pronunciar directamente sobre la asamblea. “Es un modo diferente”, indicó, ya que la sinodalidad no involucra únicamente a la parroquia o a la diócesis, sino a todos. “Y esto lo ha dicho el Santo Padre en el discurso final: también él quiere ejercitar su ministerio con este estilo”.
Sobre este aspecto monseñor Riccardo Battocchio, secretario especial de la asamblea, señaló que «por supuesto, el Santo Padre tendrá su opinión sobre las líneas adoptadas, pero se trata de un documento que afecta a todos». Aunque el texto no es normativo como una exhortación, «corresponde al magisterio de la Iglesia», explicó.
Grupos de estudio
En cuanto al funcionamiento de los grupos de estudio, Grech concedió que en el Sínodo se abordaron determinadas temáticas, si bien materialmente no era posible “resolver todo”. Muchos asuntos partieron de la asamblea y el Papa no dijo: “Dejémolos en el cajón”. Por el contrario, constituyó estos diez grupos para laborar en manera sinodal y confió la coordinación de ellos a la Secretaría General del Sínodo, recordó el cardenal.
«Hay fuertes resonancias entre el documento final y el trabajo que se ha hecho en estos grupos», apuntó el padre Giacomo Costa, secretario especial de la asamblea.
Escuchar la voz del pueblo
En otra consulta, el Cardenal citó la propuesta del parágrafo 135 del Documento Final, concerniente a la sugerencia de «iniciar una consulta con las Conferencias Episcopales y los organismos correspondientes de las Iglesias orientales católicas».
«El hecho de que continuemos la práctica de la escucha es ya una ‘gran ganancia'», planteó Grech, quien a su vez confesó que «hay un documento que no está escrito: la experiencia».
«Durante este año, la experiencia ha sido lindísima. El documento de síntesis ha ayudado, ha sostenido a la Iglesia presente en las Iglesias locales para intentar asumir este estilo de sinodalidad. Este es el primer fruto de esta experiencia sinodal, la llave para poder ir hacia otras temáticas».
Grech resaltó que «estamos en un proceso», donde todo no está claramente definido. «Hay algunos temas que necesitan una mayor profundización teológica y pastoral, pero estamos caminando. No es estático».
«Es un proceso que permanece abierto»
En una inquietud sobre el diaconado femenino, el Cardenal Jean-Claude Hollerich, Relator General del Sínodo, adelantó que es un tema que permanece abierto y debe ser estudiado en profundidad. «No es una decisión ‘por’, no es una decisión ‘en contra’, la cuestión permanece abierta», dijo.
En otra de sus intervenciones, en relación con las maneras de vivir la sinodalidad en una escala continental, Hollerich mencionó a Latinoamérica como una región que «ha encontrado un modo y funciona». En este sentido, mencionó al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM). Destacó que no se debería «copiar» el modelo, aunque la Iglesia en Europa sí puede inspirarse de esta experiencia, pero no significa hacer «una copia», insistió. Anticipó que esta forma sinodal se esparcirá por todos los países y señaló que debemos continuar el proceso.
Crear una «dinámica misionera»
Acerca de la presencia de más mujeres en la formación de los seminaristas, Monseñor Riccardo Battocchio, uno de los secretarios especiales de la asamblea, subrayó que «no es nada nuevo, pero es una manera de asegurar que la Iglesia avanza por este camino sinodal».
«Gracias por vuestro trabajo»
Antes de concluir la conferencia, el Cardenal Mario Grech agradeció a los profesionales de los medios de comunicación por su servicio. «Hemos llegado aquí gracias también a vuestra ayuda», aseveró, resaltando el rol de los periodistas en el anuncio del Evangelio.
SEBASTIÁN SANSÓN FERRARI