Después del parón por los compromisos internacionales de la selección española de fútbol, se reanuda el campeonato nacional de liga y lo hace con dos confrontaciones de primer nivel: Barcelona-Athletic Club y Real Madrid-Atlético de Madrid.
El Barça, líder en solitario de la clasificación, parte como favorito en este partido que, al margen de lo futbolístico, presenta la peculiaridad de que ambos equipos vestirán con los colores de sus respectivas banderas. El Barcelona lucirá la Senyera y el Bilbao la Ikurriña. Este hecho no ha gustado a numerosos aficionados que lo consideran una provocación en sintonía con el afán de independencia que pregonan un día si y otro también y al que se adhieren algunos jugadores de sus respectivas plantillas.
El fútbol, a pesar de su salvaje profesionalización, no deja de ser un deporte y los clubes tienen que estar más allá de las posturas políticas ya que sus seguidores pertenecen a las más variadas ideologías. Sin embargo, estos equipos se han convertido en un símbolo más del nacionalismo de sus regiones, especialmente el F.C. Barcelona. Casi podríamos decir que en el Nou Camp comparecen Cataluña frente al País Vasco con la bofetada de su indumentaria al resto de España.
Real Madrid y Atlético de Madrid son los protagonistas del partido más interesante de la tercera jornada de la liga. Son los finalistas de la Champions que ganó el Madrid. Son los contendientes de la Supercopa de España que ganaron los rojiblancos. Este encuentro, uno de los mejores que ofrece el campeonato de la regularidad, llega muy pronto, especialmente para los merengues que, tras la marcha de Di María y Xabi Alonso, busca el equilibrio en sus filas, mientras los del Manzanares mantienen la misma estructura del equipo que fue campeón de la liga la temporada pasada.
El clásico madrileño es un acontecimiento en el que la pasión se desborda en las gradas del estadio, en las calles y en las casas. Cada uno defiende sus colores y encuentra argumentos para creer en la victoria. Y los hay tanto de un lado como de otro. Que si marca Mandzukic, que si Griezman estará inspirado, que si Raúl Rodríguez va a demostrar su capacidad goleadora, que si Godín, Miranda o Raúl García aprovecharan una jugada a balón, que si Moya lo parará todo… piensan los Atléticos. Los madridistas, por su parte, creen en su BBC (Bale, Benzema, Cristiano) y en el talento de James, Kroost y Modric, y en su fortaleza defensiva.
No hay alineaciones, pero es más previsible la del Atlético del Cholo Simeone que la del Real Madrid de Carlo Ancelotti. Juegue quien juegue, estoy convencido, lo darán todo por conseguir el triunfo.
El Atlético saldrá a contener con una defensa rocosa, muy sólida, capaz de lanzar peligrosos contraataques. Otra de las armas de los colchoneros son las jugadas a balón parado de las que suelen sacar un gran provecho. La vehemencia con la que juegan les hace incurrir en acciones bruscas merecedoras de sanciones.
El Real Madrid saldrá a controlar el centro y a procurar abrir el juego por las alas para romper el muro que se van encontrar delante de la portería rival. Otra de las cuestiones es colocar hombres entre las líneas juntas y bien estructuradas de los colchoneros. Si lo consiguen gran parte del éxito está asegurado.
De todas formas, un partido Real Madrid – Atlético de Madrid es un choque sin pronóstico. Ganará el que mejor potencie sus virtudes. Y ojalá que el partido sea bonito porque así saldremos ganando los espectadores.
Cholo Hurtado