España Educa en Libertad denuncia esta nueva intromisión de los poderes públicos en la esfera íntima y moral de los menores, al margen de sus padres
Los medios de comunicación se hacían eco hace unos días de la adquisición de monodosis de lubricantes vaginales y anales, como material de apoyo a los talleres que se imparten a menores de edad en centros educativos de Sevilla, dentro del Plan de Promoción y Protección de la Salud Afectivo Sexual de dicho Ayuntamiento.
La Federación nacional España Educa en Libertad (ESEL) denuncia esta actuación de los poderes públicos con alumnos menores de edad, en una Nota de Prensa que reproducimos.
Esta campaña se enmarca dentro de las políticas que se han impuesto desde hace unos años en el ámbito educativo, y que suponen la intromisión de los poderes públicos, a través de determinados colectivos, en la esfera íntima y en la formación moral de los menores. A través de los servicios de organismos de Salud, Bienestar Social y otros similares se están poniendo en práctica dichas campañas de formación de la esfera íntima de los menores con un sesgo ideológico determinado, marcado fundamentalmente por los postulados de la ideología de género y de determinados lobbies.
En el Informe Técnico de Necesidad para el Suministro de Lubricantes del ayuntamiento sevillano se justifica así esta necesidad de repartir geles vaginales y anales a menores en los centros educativos: “la educación sexual en cualquier etapa de la vida (…) también tiene como objetivos, (…) reconocer sus derechos sexuales y reproductivos, (…) disfrutar de las relaciones eróticas…”.
Fuentes municipales han confirmado a distintos medios que “dichos programas se llevan a cabo desde el año 2008 en talleres programados para centros escolares de Sevilla”. Asimismo han confirmado que “para el desarrollo de estos programas se requieren diversos materiales de apoyo como modelados de vulva y penes, preservativos masculinos y femeninos, geles vaginales y anales, protectores de látex para sexo oral… todo ellos acompañado de folletos explicativos de su uso”.
No es un caso único: programas similares dirigidos a menores se desarrollan en todas las Comunidades Autónomas desde hace años, como llevamos tiempo denunciando desde España Educa en Libertad. En numerosas ocasiones (entre ellas durante el desarrollo de la actual ley de educación) ESEL ha solicitado a los diferentes poderes públicos que respeten y hagan respetar el artículo 27.3 de la Constitución Española que garantiza “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. La imposición de programas como el desarrollado en los centros educativos sevillanos (y otros similares en las diferentes comunidades autónomas) vulnera este derecho e incide en la esfera privada de los menores de edad, incitándolos a una erotización y a una actividad sexual precoz desde los presupuestos ideológicos y morales que les marcan los poderes públicos a través de las asociaciones en las que delegan el desarrollo y la impartición de estos cursos, talleres y actividades.
Hasta que ese respeto sea efectivo, y mientras se siga imponiendo el desarrollo de estos talleres y actividades en los centros escolares, animamos a los padres a que defiendan su derechos como primeros y máximos responsables de la educación de sus hijos y no permitan que nadie decida en qué términos debe enfocarse su formación moral. La educación de la afectividad y sexualidad de los menores no puede imponerse desde la escuela según los postulados ideológicos que decidan los poderes públicos, disfrazándolos dentro de un programa educativo o de promoción de la salud y el bienestar. Por eso, ahora que está empezando un nuevo curso escolar, animamos a todos los padres a acudir a sus centros educativos para exigir que sean informados previamente de cualquier actividad que vaya a desarrollarse con sus hijos para que, una vez conocidos los contenidos, actividades y materiales que se vayan a utilizar en los mismos, sean ellos quienes decidan si se ajustan a la educación moral que quieren para sus hijos y si van a tomar parte o no en dichas actividades, así como a que denuncien cualquier violación de sus derechos en el ámbito educativo de sus hijos.
En este momento en que los poderes públicos invaden de esta manera las esferas más íntimas de los menores, sin respetar los derechos que asisten a los padres y que han sido consagrados en la Constitución Española, corresponde a los padres protegerlos, defender estos derechos y hacer que se respeten, implicándose de forma muy activa en la educación de sus hijos, estando muy presentes en los centros educativos y muy atentos a cualquier contenido moral o ideológico que se les pretenda imponer.