El VII Encuentro Mundial de las Familias se llevará a cabo del 22 a 27 septiembre de 2015 en Filadelfia (Estados Unidos) y su tema será «El amor es nuestra misión. La familia plenamente viva «. Lo anuncia el Papa -que confirma su participación en el evento- en una carta dirigida al obispo Vincenzo Paglia, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia.
»La misión de la familia cristiana, hoy como ayer -escribe el Pontífice- es anunciar al mundo, con la fuerza del Sacramento nupcial, el amor de Dios. A partir de este mismo anuncio nace y se constituye una familia viva cuyo dinamismo humano y espiritual tiene como fulcro el amor. Si, como decía San Ireneo: «Gloria Dei vivens homo», también una familia que, con la gracia del Señor, vive plenamente su vocación y su misión le da gloria».
Francisco recuerda que durante el reciente sínodo se individuaron las cuestiones más urgentes que interpelan a la familia en la actualidad y subraya que no se puede »calificar a una familia con conceptos ideológicos, ni hablar de familia conservadora y familia progresista ¡La familia es la familia!» ya que »sus valores y virtudes, sus verdades esenciales, son los puntos fuertes sobre los que se apoya el núcleo familiar y no pueden ponerse en discusión». A lo que estamos llamados es, en cambio, a »revisar nuestro estilo de vida que siempre está expuesto al riesgo de contagiarse con una mentalidad mundana – individualista, consumista, hedonista – y a reencontrar siempre de nuevo el camino maestro para vivir y proponer la grandeza y la belleza del matrimonio y la alegría de ser familia y de hacer familia».
Tanto las indicaciones de la Relación Final del Sínodo como las directrices de la próxima asamblea de 2015 »invitan a proseguir el anuncio del Evangelio del matrimonio y de la familia y a experimentar las propuestas pastorales en el contexto social y cultural en que vivimos. Los desafíos de este contexto, nos llevan a ampliar el espacio del amor fiel, abierto a la vida, a la comunión, a la misericordia, a la división y la solidaridad», concluye Francisco, que exhorta a los cónyuges, a los sacerdotes, a las asociaciones a »dejarse guiar por la Palabra de Dios sobre la que se asientan los fundamentos del santo edificio de la familia Iglesia doméstica y familia de Dios».