En el continente africano se registra el mayor número de sacerdotes, religiosos, catequistas, también laicos, asesinados en 2023, en muchos casos víctimas de secuestros o actos de terrorismo, implicados en tiroteos o violencia de diversa índole.
Ciudad del Vaticano, 30 de diciembre 2023.- No llevaron a cabo acciones llamativas ni hazañas extraordinarias. Lo que caracteriza a los 20 misioneros asesinados en 2023 es su normalidad de vida, en contextos de pobreza económica y cultural, de degradación moral y ambiental, donde no hay respeto por la vida y los derechos humanos, sino que la norma suele ser sólo la opresión y la violencia.
Normalidad de vida y testimonio evangélico
Un año más, los datos publicados por el número especial de la Agencia Fides dirigido por Stefano Lodigiani presentan fotografías de vidas ordinarias truncadas en la oferta cotidiana del sencillo testimonio evangélico de pastores, catequistas, agentes sanitarios, animadores de la liturgia, de la caridad. La lista incluye 1 obispo, 8 sacerdotes, 2 religiosos no sacerdotes, 1 seminarista, 1 novicio y 7 laicos.
2 misioneros más asesinados en comparación con 2022
En comparación con el año pasado, han sido asesinados 2 misioneros más, pero como recuerda la Agencia, los datos recopilados siguen abiertos a actualizaciones y correcciones. El número más alto se registra de nuevo en África, donde han sido asesinados 9 (5 sacerdotes, 2 religiosos, 1 seminarista, 1 novicio). Le siguen América, con 6 víctimas (1 obispo, 3 sacerdotes, 2 laicas), Asia, con 4 laicos asesinados, y Europa, con un misionero laico asesinado.
Encontrarse con la muerte por causas ajenas a su voluntad
Todos han muerto por causas ajenas a su voluntad: víctimas de secuestros o actos de terrorismo, implicados en tiroteos o actos de violencia de diversa índole. Desde sacerdotes que se dirigían a celebrar misa y realizar actividades pastorales en alguna comunidad lejana, como el padre Jacques Yaro Zerbo, asesinado por pistoleros no identificados en la región de Boucle du Mouhoun, en Burkina Faso; hasta asaltos a mano armada perpetrados en carreteras muy transitadas o asaltos a rectorías y conventos donde los misioneros se dedicaban a la evangelización, la caridad y la promoción humana. Es lo que le ocurrió al padre Stephen Gutgsell, asesinado a tiros en la rectoría de la iglesia de Fort Cahloun, en Nebraska (Estados Unidos).
De México llega el testimonio de las jóvenes catequistas Gertrudis Cruz de Jesús y Gliserina Cruz Merino, asesinadas en el Estado de Oaxaca durante una emboscada cuando se dirigían a una procesión eucarística. De Palestina llegó el de Samar Kamal Anton, y su madre, Nahida Khalil Anton, tiroteadas por francotiradores cuando se dirigían al convento de monjas de la Madre Teresa en Gaza. Junto con otras mujeres católicas y ortodoxas, estaban comprometidas en un camino de fe y apostolado, especialmente en favor de los pobres y los discapacitados. El dossier de Fides abarca también Europa, donde en España Diego Valencia, laico, sacristán de la parroquia de Nuestra Señora de La Palma, en Algeciras, provincia de Cádiz, fue asesinado por un joven marroquí armado con un machete, que hirió a otras personas además de a él.
Testigos de fe y esperanza
Se trata de mujeres y hombres de fe que podrían haber evitado la muerte trasladándose a lugares más seguros o desistiendo de sus compromisos cristianos. Eligieron de otro modo a sabiendas del riesgo que corrían cada día. Ingenuos a los ojos del mundo, pero auténticos testigos de fraternidad y esperanza gracias a los cuales la Iglesia y el mundo avanzan.
Concretamente en 2023 en África los misioneros asesinados fueron en Nigeria (4), Burkina Faso (2) y Tanzania; en América: en México (4) y EE.UU. (2); en Asia: en Filipinas (2) y Palestina (2); en Europa: en España (1).
Frutos maduros de la viña del Señor
Según la Agencia Fides, entre 2001 y 2022 fueron asesinados 544 agentes pastorales. Unos 115 en el decenio 1980-1989; 604 entre 1990 y 2000, década en la que tuvo lugar el genocidio en Ruanda, que causó al menos 248 víctimas entre el personal eclesiástico. «Los mártires -dijo el Papa- no deben ser vistos como héroes que actuaron individualmente, como flores que brotan en un desierto, sino como frutos maduros y excelentes de la viña del Señor, que es la Iglesia».
El dossier de Fides no se refiere sólo a los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino que toma en consideración a todos los bautizados involucrados en la vida de la Iglesia que han muerto de forma violenta, incluso cuando esto sucede no expresamente «por odio a la fe». «Por esta razón, preferimos no utilizar el término mártires, salvo en su acepción etimológica de testigos, para no entrar en el juicio que la Iglesia pueda eventualmente dar sobre algunos de ellos proponiéndolos, tras un atento examen, para su beatificación o canonización», aclaran.
Instrumentos del plan salvífico de Dios
El reporte de Fides utiliza el término «misionero» para referirse a cada bautizado porque, como escribió Francisco en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, «cada bautizado es un sujeto activo de la evangelización». «También hoy -dijo el Papa en el Ángelus del pasado 26 de diciembre, en la fiesta de San Esteban Protomártir- hay, y son muchos, quienes sufren y mueren por dar testimonio de Jesús». «La semilla de sus sacrificios, que parecía morir, brota y da fruto, porque Dios, a través de ellos, sigue obrando maravillas (cf. Hch 18,9-10), para cambiar los corazones y salvar a los hombres», añadió el Papa.
PAOLO ONDARZA
Imagen: Son mujeres y hombres de fe que podrían haber evitado la muerte trasladándose a lugares más seguros o desistiendo de sus compromisos cristianos. Eligieron de otro modo a sabiendas del riesgo que corrían cada día. Ingenuos a los ojos del mundo, pero auténticos testigos de fraternidad y esperanza gracias a los cuales la Iglesia y el mundo avanzan.