Acto en la Puerta del Sol en el Día de la Comunidad de Madrid.
La dirigente del Gobierno regional preside el homenaje que la Comunidad de Madrid hace a todos los efectivos que han trabajado durante la pandemia del coronavirus.
Desde SUMMA, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Guardia Real a bomberos, servicios de Limpieza y trabajadores de Metro, Canal e IMIDRA.
“Cada uno se ve llamado a cumplir sus deberes para con el bien común y de cada uno depende que salgamos adelante”, ha indicado la presidenta madrileña.
Dos sanitarios han portado una corona de laurel hasta la placa dedicada a los Héroes del 2 de mayo en la fachada de la Real Casa de Correos.
2 de mayo de 2020.- La presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, ha rendido homenaje hoy, Día de la Comunidad de Madrid, a los “nuevos héroes” de Madrid y España, todas las personas y colectivos que han estado en primera línea durante estas semanas de pandemia por el COVID-19. “Con orgullo, dolor y esperanza, os digo: Hemos resistido; gracias y salgamos adelante”, ha exclamado la presidenta en una Puerta del Sol que ha servido de escenario para recordar a todos los protagonistas de este Dos de Mayo.
En su intervención durante el solemne acto, la presidenta madrileña se ha referido a la crisis del COVID-19 como “una guerra, una nueva invasión” y como “en toda guerra, debemos nuestras vidas a muchos héroes cuyos nombres nunca se sabrán”. “A estos nuevos héroes queremos rendir homenaje este Dos de Mayo, en nombre del pueblo de Madrid, y decir que ellos son nuestra salvación y nuestra esperanza para luchar por el futuro”, ha indicado.
Son los “héroes de Madrid y de España”, ha subrayado Díaz Ayuso, para recordar a los miembros del SUMMA 112, del SAMUR, de la Policía Municipal de Madrid, de las policías locales de otros municipios, de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de la Guardia Real, del Ejército y la UME, de Protección Civil, de los sanitarios de los hospitales de Madrid, de enfermería, de Atención Primaria, del IFEMA, de los Bomberos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid”.
También ha destacado al personal de Seguridad de la Puerta del Sol, de la Cruz Roja, de los vigilantes de Metro de Madrid, de los operarios del Canal de Isabel II, de los agentes forestales, del personal de limpieza de los ayuntamientos, los hospitales y centros de salud, de los gestores del 112, voluntarios de Protección Civil, taxistas, transportistas, agricultores y ganaderos, farmacéuticos, empleados de supermercados, administradores de fincas, cocineros, sacerdotes y monjas, medios de comunicación y funcionarios de la Comunidad.
“Nadie puede creerse que no le concierne”
La presidenta madrileña ha puesto nombres y apellidos a los nueve sanitarios fallecidos durante la pandemia así como a los agentes de Policía y Guardia Civil que se han dejado la vida. También ha tenido especial mención para los directores del hospital de campaña en IFEMA, “nuestros Daoíz y Velarde” de 2020, y para la ministra de Defensa, Margarita Robles, “la nueva Manuela Malasaña”, haciendo, de nuevo, un guiño, a otras de las protagonistas de la Historia de Madrid.
“Todos aquellos que han actuado pensando solo en salvaguardar el bien común, y no sus propias vidas”, ha resumido la presidenta madrileña, quien ha parafraseado a Benito Pérez Galdós para señalar que todos, “movidos por la inspiración de cada uno”, lucharon contra el “invasor”. “Algunas veces, durante esta batalla contra el virus, os ha faltado con qué protegeros y habéis salido a luchar con lo que teníais: os digo que no volverá a pasar; con imaginación e iniciativa hemos hecho frente a lo peor, colaborando juntos, sin colores, ideologías, ni prejuicios”, les ha asegurado a los presentes.
Díaz Ayuso ha continuado señalando que, “como en toda guerra, nadie puede creerse que no le concierne”. “Cuando hay un invasor, cada uno se ve llamado a cumplir sus deberes para con el bien común y de cada uno depende que salgamos adelante. Nadie puede fingir que esto no pasa. Nada es más patriótico y solidario que la lucha común”, ha manifestado la presidenta.
Acto en la Puerta del Sol
Al comienzo del homenaje, la presidenta madrileña, junto con dos sanitarios, en representación de todos los profesionales de los hospitales madrileños, han portado una corona de laurel hasta la placa dedicada a los Héroes del 2 de mayo, mientras sonaba una pieza musical a cargo de un músico ubicado a pie de calle con su piano de cola.
Durante el acto también se ha guardado el minuto de silencio que se celebra todos los días desde el pasado 30 de marzo, cuando la presidenta madrileña decretó luto oficial por todas las víctimas fallecidas por COVID. Como suele ser habitual, ha sonado el Adagio for Strings, de Samuel Barber, y, después, el Himno Nacional.
El broche final del acto ha corrido a cargo de la cantante Ainhoa Arteta, que ha interpretado el Ave María de Gounod. A continuación, han sonado las sirenas de las ambulancias, coches de bomberos y Policías presentes en la Puerta del Sol durante un minuto. Todo el acto se ha desarrollado en la misma Puerta del Sol, a pie de calle.
Al acto han asistido los miembros del Gobierno regional, el presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad, que también ha intervenido, los portavoces de los grupos parlamentarios; los expresidentes de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Ángel Garrido y Pedro Rollán; el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida y el delegado de Gobierno, José Manuel Franco, entre otros.
INTERVENCIÓN DE ISABEL DÍAZ AYUSO,
PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID,
EN EL HOMENAJE DEL 2 DE MAYO
2 de mayo de 2020
LA VIDA Y LA LIBERTAD
Autoridades, homenajeados, señoras y señores.
Buenos días.
Ojalá pudiera decir, uno a uno, los nombres de todos los que se nos han muerto, ver su imagen, vidas y recuerdos.
Abuelos y abuelas inolvidables; padres y madres insustituibles; compañeros y amigos a los que añorar siempre. Son las víctimas.
Por ellas estamos de luto. Junto a ellos, con todos, han estado nuestros héroes.
Quisiera también pronunciar sus nombres uno a uno, decirlos bien alto, y tener el honor de estrecharles la mano, ponerles una medalla al cuello, darles las gracias en nombre de Madrid y de España, en presencia de sus familias y amigos, para que todos compartan el orgullo que sentimos, el agradecimiento por sus sacrificios contra este nuevo invasor.
De los que se ha llevado el virus, recordamos algunos nombres conocidos de todos y que tuvieron un papel destacado en la vida pública en nuestra región: políticos, como Enrique Múgica y Pepe Folgado; deportistas, como Goyo Benito, Santiago Llorente Fernández o Daniel Yuste; periodistas, como José María Calleja; intelectuales, como el historiador Carlos Seco Serrano; artistas, como el Príncipe gitano o Lucía Bosé; empresarios, como Carlos Falcó, Lorenzo Sanz, Alfonso Cortina y Santiago Martín Marcos…
Estos nombres se unen a los que muchos llevamos en nuestros corazones, por los que guardamos un minuto de silencio cada día a las 12, y por los que pedimos a los creyentes una oración.
Son héroes y víctimas los nueve sanitarios que hasta hoy han muerto en la región. Como hiciera el teniente Ruiz, en el Madrid invadido de 1808, han dado su vida, frente a este virus invasor, profesionales como Luis Pérez Suárez, médico del SUMMA, la primera baja entre los sanitarios madrileños; o Joaquín Díaz Domínguez, jefe de cirugía de La Paz. Con ellos, Manuel Garrido Fernández, en atención primaria; Nuria García Casado, médico jubilada; Antonio Iniesta Álvarez, especialista de medicina del trabajo; Alberto Olarte Daita, traumatólogo; Ángel Oso Cantero, pediatra jubilado; Julio García Paredes, fundador y director de la Unidad de enfermedad intestinal inflamatoria del hospital Clínico; Emilio Úcar Corral, director médico del Hospital Santa Cristina; y el Dr. Jesús Vaquero, jefe de neurocirugía del Hospital Puerta del Hierro, pionero en el tratamiento de lesión medular.
En Madrid no tenemos policía regional, pero la Policía Nacional y la Guardia Civil las sentimos tan propias como las cercanas policías locales o municipales. Ellos también han perdido a algunos de sus compañeros: en Cuatrovientos, el subteniente Palencia; en Alcorcón, el jovencísimo guardia civil Pedro Alameda; en Valdemoro, Manuel Matías y en Aranjuez, Juan Antonio Redondo Fernández, también guardias civiles; en Vicálvaro, el policía municipal Juan Sánchez; en la delegación de gobierno, el policía nacional Francisco Redondo Mancer, entre otros.
Todos ellos, los fallecidos y los que siguen luchando, son nuestros nuevos héroes de este 2 de mayo.
Este 2020, nuestros Daoíz y Velarde se llaman Antonio Zapatero y Javier Marco, artífices de IFEMA, reconvertido en hospital en pocos días con ayuda de las Fuerzas Armadas, hospital que es símbolo de un Madrid punta de lanza en el combate contra la enfermedad, un Madrid que despertó a España, con sus 82.000 profesionales sanitarios a la cabeza con el equipo de Salud Pública. Como la directora de Atención Primaria al frente del equipo del IFEMA, Marta Sánchez-Celaya, y el doctor Jesús Vázquez, y Verónica Real, la directora de Enfermería, y tantas doctoras y doctores que vienen a tomar el puesto de heroínas como Clara del Rey.
Y, en mitad de esta guerra contra el virus, el tiempo y la incertidumbre, Chloe, la niña de año y medio operada en el hospital Gregorio Marañón, de un trasplante de corazón llevado a cabo por su Área del Corazón Infantil en colaboración con otros tres hospitales, es símbolo de la calidad técnica, organizativa y, sobre todo, humana de nuestros sanitarios.
El sistema hospitalario, ahora volcado en combatir la epidemia, ha seguido funcionando. No hemos dejado atrás a nadie, ni a nuestros mayores, a quienes les debemos todo, ni a nuestros niños, que ahora llevan con admirable entereza el encierro obligado, y a quienes tanto queremos.
Hay historias sencillas y magníficas, que nos recuerdan que cuando nos jugamos la supervivencia, más que de triunfadores es tiempo de héroes. ¿Y qué es un héroe? El que sabe que, si acude, seguramente perderá la vida o la salud, pero, aún así, va.
Una de esas historias es la de José María, el taxista de Alcorcón que llevaba a los enfermos al Ramón y Cajal sin cobrarles nada, y al que un día los sanitarios del centro de salud recibieron con un homenaje y le entregaron en un sobre dinero que ellos mismos habían donado en una colecta.
¿Qué, si no heroísmo, define a esos sanitarios que además de jornadas agotadoras, embutidos en equipos de protección mientras se jugaban la vida, aún tenían tiempo y afán de acercarles una pantalla a los enfermos para que pudieran conectarse con sus familias?
¿Y los grupos de voluntarios y vecinos que no han dejado a nadie solo?: haciéndoles la compra, dando conversación aunque fuera al teléfono, o de balcón a balcón, felicitando a los vecinos más ancianos.
O las patrullas de policía que han normalizado el gesto de ir a visitar a niños que tenían más problemas para llevar su encierro, llevarles regalos, cantarles, o hacer sonar las sirenas.
Las muchas empresas que han colaborado, donando o preparando alimentos, cediendo hoteles; o los artistas que han cedido los derechos de sus obras.
Historias como la del matrimonio de farmacéuticos de Leganés, Tomás y María del Carmen, novios desde la facultad, que no quisieron abandonar la farmacia que habían fundado para atender a sus vecinos y clientes; se contagiaron y murieron con una diferencia de tres días.
Historias de responsables políticos que han cobrado nueva dimensión en los pueblos pequeños, como el caso del alcalde de Garganta de los Montes, Juan Carlos Carretero, que dio su número de teléfono en un bando y sus vecinos ancianos lo llaman para encargarle la compra y las medicinas. O Eduardo Burgos, alcalde de Torrelaguna, que les hace la compra, desinfecta las viviendas y hace material de protección para ellos.
La ministra Margarita Robles ha sido una nueva Manuela Malasaña, y le agradecemos la fabulosa operación Balmis y cómo nuestros militares y la Guardia Real nunca dejaron solos a nuestros seres queridos que descansaban en la morgue del Palacio de Hielo de Madrid, de la pista de hielo de Majadahonda o de la Ciudad de la Justicia donde los velaron en nombre de sus familiares y amigos, con el debido cariño y respeto.
Hay quien no comparte comparar esta lucha contra el virus con una guerra, pero en cierto modo, lo es. No solo se le parece por la épica de las batallas, por los muertos, por las armas que tenemos y las que aún nos faltan, la angustia por sobrevivir y la crisis económica que nos amenaza, sino también por dos razones más que quiero subrayar:
En esta, como en toda guerra, nadie puede creerse que no le concierne. Cuando hay un invasor, cada uno se ve llamado a cumplir sus deberes para con el bien común y de cada uno depende que salgamos adelante. Nadie puede fingir que esto no pasa. Nada es más patriótico y solidario que la lucha común.
Como escribió Galdós en su relato del ‘2 de Mayo’ de 1808, “todos fueron actores”: quedarse en casa, cuidar de los vecinos, sacar adelante pequeños negocios y a las familias…, todo suma.
Y es una guerra, una nueva invasión, porque como en toda guerra, debemos nuestras vidas a muchos héroes cuyos nombres nunca se sabrán. A estos nuevos héroes queremos rendir homenaje este 2 de Mayo, en nombre del pueblo de Madrid, y decir que ellos son nuestra salvación y nuestra esperanza para luchar por el futuro.
Héroes de Madrid y de España: miembros del SUMMA 112, del SAMUR, de la Policía Municipal de Madrid, de las policías locales de otros municipios, de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de la Guardia Real, del Ejército y la UME, de Protección Civil, de los sanitarios de los hospitales de Madrid, de enfermería, de Atención Primaria, del IFEMA, de los Bomberos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, del personal de Seguridad de la Puerta del Sol, de la Cruz Roja, de los vigilantes de Metro de Madrid, de los operarios del Canal de Isabel II, de los agentes forestales, personal de las residencias, del personal de limpieza de los ayuntamientos, los hospitales y centros de salud, de los gestores del 112, voluntarios de Protección Civil, taxistas, transportistas, agricultores y ganaderos, farmacéuticos, empleados de supermercados, administradores de fincas, cocineros, sacerdotes y monjas, medios de Comunicación y funcionarios de la Comunidad de Madrid.
… Todos aquellos que han actuado pensando solo en salvaguardar el bien común, y no sus propias vidas.
Con lo que tenían, “movidos por la inspiración de cada uno”, nos dice Galdós que lucharon los madrileños contra el invasor. Algunas veces, durante esta batalla contra el virus, os ha faltado con qué protegeros y habéis salido a luchar con lo que teníais: os digo que no volverá a pasar; con imaginación e iniciativa hemos hecho frente a lo peor, colaborando juntos, sin colores, ideologías, ni prejuicios.
Porque si el 2 de mayo de 1808 aquel pueblo estuvo solo, este no lo está: su Rey, sus fuerzas y cuerpos de seguridad, su ejército y su sistema sanitario, las empresas grandes y pequeñas, los artistas… todos juntos estamos en esta lucha por la vida y la libertad; una lucha que, como entonces, ganaremos.
Terminamos este homenaje de la Comunidad de Madrid a los héroes del 2 de mayo de 1808 y a los héroes del 2 de mayo de 2020.
Con orgullo, dolor y esperanza, os digo: Hemos resistido; gracias y salgamos adelante.
¡Viva Madrid! ¡Viva España!