La Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo autonómico, ha sido hoy escenario de la conmemoración del 46º aniversario de su aprobación.
La presidenta a celebrar y defender la Carta Magna frente a la amenaza del desánimo: “Aquí estará Madrid para asegurarse de que España siga siendo España”.
Asegura que este texto se convirtió en el primero que no fue “de media España contra la otra media”, demostrando “mucho más aguante de lo que sus enemigos creían”.
Subraya la indisoluble unidad de la Nación y apela al espíritu de la Transición como uno de los mejores momentos de la Historia.
3 de diciembre 2024.- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha reivindicado hoy a todas las personas que hicieron posible la Constitución Española de 1978, donde se entendieron los que pensaban diferente recordando que no se puede “gobernar a cualquier precio”. “O se respeta la ley y la Ley de leyes, o nada sirve. Solo desde el respeto a la ley, la historia y la verdad podremos dejar en herencia a las generaciones venideras esta España que tanto bueno nos ha dado”, ha subrayado.
“Aquí estará siempre Madrid para asegurarse de que España sigue siendo España, abierta a quien nos necesite y al servicio de nuestra Constitución y de todos los españoles, vivan donde vivan”, ha subrayado Díaz Ayuso en el acto de conmemoración del 46º aniversario de la aprobación de la Carta Magna, celebrado en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autonómico.
La presidenta ha constatado que el texto constitucional se convirtió en el primero que no fue “de media España a pesar de la otra media”, que defiende a todos los ciudadanos, “también los más débiles”, “sin permitir la dictadura de las identidades y la ideología, ni la imposición de la minoría a costa del hundimiento de la mayoría”.
La jefa del Ejecutivo autonómico ha llamado a celebrar y defender el texto constitucional frente a la “amenaza del desánimo” y quienes han ido “socavándolo desde dentro”, de manera que en la actualidad cada vez más instituciones están en entredicho. Frente a ello, ha enfatizado, “la Ley de leyes ha resultado tener mucho más aguante de lo que sus enemigos creían”.
Estado presente en las Comunidades Autónomas
Díaz Ayuso ha reiterado la necesidad de que el Estado siga presente en las comunidades autónomas en competencias “clave” como la inmigración, preservando la unidad de la Administración de Hacienda y la del Poder Judicial. “No se nos olvide que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de los españoles”, ha recordado.
A su juicio, el espíritu de la Transición fue uno de los “mejores momentos de nuestra Historia”, que posteriormente se renovó en el espíritu de Ermua y en grandes ocasiones como la pandemia y el reciente desastre de la DANA en Valencia. En este sentido, se ha mostrado convencida de que los españoles viven mucho más en la concordia de la Transición, el orgullo de España, la Hispanidad y ser occidentales.
Héroes cotidianos y políticos admirables
Díaz Ayuso ha agradecido la presencia de todas las personas que han participado en este homenaje a la Carta Magna, entre ellos “héroes cotidianos y políticos admirables”. En primer lugar, a Javier Pulido, cuya hija fue acosada por los independentistas por “reclamar algo tan justo y legal como respetar su derecho a estudiar español en Cataluña”. “Su ejemplo fue un grito de libertad en una región donde la minoría nacionalista se impone de manera totalitaria vulnerando la Constitución”.
Díaz Ayuso ha elogiado la “trayectoria absolutamente ejemplar” de Francisco Vázquez, alcalde socialista de La Coruña durante más de 23 años y embajador de España ante la Santa Sede. También la Orquesta sinfónica Carlos Cruz Díaz de exiliados venezolanos y el dúo peruano formado por Alejandro y María Laura, afectados por la DANA de Valencia, y con cuya actuación musical hoy en sede de la Presidencia madrileña se ha rendido un homenaje a todas las víctimas de esta catástrofe.
Coincidiendo además con el Día de las Personas con Discapacidad que se celebra hoy, ha debutado la banda de Rock A la Par, integrada por los músicos con discapacidad intelectual Pablo, Álvaro C, Ignacio, Enrique, Laura, Dani, Álvaro L, Daniel y Rodrigo.
Palabras de la Presidenta con motivo de la celebración del Día de la Constitución Española
Señoras y señores:
Bienvenidos a la Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, en un día tan importante como hoy.
Celebramos que nuestra Constitución cumple 46 años.
Se dice que es la edad de la madurez política en una persona. Y, efectivamente, la nueva generación de dirigentes en España, en todos los ámbitos, cumplimos más o menos los mismos años que nuestra Ley de leyes, nacimos con ella.
Hace cuarenta y seis años, nuestros padres y abuelos, los bisabuelos de los jóvenes de hoy, supieron imaginar y, no se olvide, poner en pie con éxito, una España unida y en libertad. Lograron que, en poco tiempo, todo lo que parecía imposible fuera posible, que incluso pareciera fácil.
Imaginaron una España que conservara todo lo bueno de siglos de Historia, y que estuviera a la altura de uno de los países más avanzados, que entonces, en 1978, aún mirábamos con fascinación, como objetivos lejanos.
España, que lo había sido todo a la vanguardia de Occidente, llevaba demasiado tiempo sintiéndose de segunda división.
Gracias a nuestros mayores y a la Constitución que nos legaron, España durante este medio siglo ha sacado lo mejor de sí misma. Y Madrid vive uno de los momentos más atractivos y prestigiosos, desde un aspecto nacional e internacional, de toda su Historia.
Los que ocupen las más altas responsabilidades dentro de unos años habrán crecido sintiéndose entre iguales con los jóvenes de cualquier otro país del mundo; de hecho, habrán vivido temporadas fuera.
Nuestra misión es legarles una España tan llena de posibilidades como la que tuvimos la suerte de heredar nosotros; que puedan sentirse igual de agradecidos. ¿Cómo no va a merecer la pena un empeño así?
Por eso quiero ser hoy, como escribió Savater hace no mucho, “la voz del ciudadano corriente, la de quien sabe poco de los intríngulis de la Carta Magna, pero está seguro de necesitarla y se siente dispuesto a defenderla contra quienes pretenden (…) pasarla por alto, abolirla sin miramientos, destruirla como un obstáculo para sus ambiciones”. Y así dirigirme especialmente, si me lo permiten, a los jóvenes.
Tenemos mucho que celebrar y defender. La primera amenaza es el desánimo. Han ido socavando la Constitución desde dentro, y ahora nos encontramos que cada vez más instituciones están en entredicho. Sin embargo, siguen en pie. Nos amparan. La Ley de leyes ha resultado tener mucho más aguante de lo que sus enemigos creían.
Hagamos un poco de Historia: una banda terrorista quiso hacer una limpieza ideológica en una región entera; quiso destruir la democracia y la convivencia; mató a casi mil personas, torturó, extorsionó, desplazó a decenas de miles. Pero España y la democracia resistieron.
Pudimos con ellos cuando mataban. Y lo hicimos con las herramientas constitucionales, con todas las garantías legales del artículo 24, con la labor heroica y eficaz de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, reguladas en el 104, y de los jueces y fiscales, como se recoge en el 117.
Pero la Constitución, gracias a sus artículos 6 y 22, permite la Ley de Partidos, y en ésta tenemos las herramientas para cuestionar su legalidad y su papel decisivo en el deterioro de la democracia, la Transición y el Estado de Derecho. De hecho, se asientan y deciden gracias a un pacto indigno e inmoral.
En 1981 hubo un intento de golpe de Estado en las propias Cortes Generales. Nuestro Rey constitucional acabó con el golpe en horas, gracias al mando supremo de las Fuerzas Armadas que la Carta Magna, en su artículo 62, le otorga. En esos días, los españoles salieron a la calle, masivamente, a defender y celebrar su democracia y el Estado de Derecho.
34 años más tarde, hubo otro intento de golpe de Estado, de mano de los independentistas en Cataluña, y un 3 de octubre de 2017, en otro instante crítico, su Majestad, el Rey Felipe VI, aseguró que “Son momentos difíciles, pero los superaremos”.
Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos.
Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación”.
De nuevo, el Rey como símbolo de la unidad y permanencia del Estado, como dice el artículo 56, fue decisivo.
Como lo fueron los cuerpos de funcionarios, elegidos por mérito y capacidad, que nos regala la Constitución en el artículo 103. Porque ellos aplicaron un artículo fabuloso de la Ley de leyes, el 155. Los desanimadores profesionales llevaban décadas diciendo que no se podría aplicar nunca, pero se hizo, y la crisis se superó: se restauraron la convivencia y la legalidad.
Gracias al artículo 94 de la Constitución, nuestras Fuerzas Armadas son parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN, la alianza defensiva del mundo libre, de la que tantas naciones amenazadas por el totalitarismo quieren formar parte. Estamos defendidos de las mayores amenazas. Y nuestros soldados (artículo 8 de la Constitución) están desplegados en misiones por el mundo entero.
Además, somos miembros de la Unión Europea, gracias al artículo 93. Y muchos se dejan la vida cada día, en guerras contra el totalitarismo, o queriendo llegar a nuestras costas, por algo que damos por hecho: que somos ciudadanos de la Unión Europea, la unión de países más libre, segura y próspera del mundo.
La Constitución se ha ocupado de las más altas instituciones públicas y de las más personales, en la que cada persona encuentra amparo, como la familia, que se reconoce en el artículo 39. O de la educación, que también está en el 27, junto con la potestad de los padres para elegir la educación moral y religiosa de sus hijos.
Y celebramos que en España hay libertad de prensa, de expresión y de cátedra, reconocidas en el artículo 20, junto con la libertad de pensamiento, y de creación artística y científica.
Nuestra lengua como españoles es el castellano o español, como recoge el artículo 3; y así lo ha defendido hoy aquí quien luchando por sus derechos fundamentales y los de su hija, lo hace por los de todos.
Quizá no sea mal sitio, esta Puerta del Sol, para recordar que, como dice el artículo 5, Madrid es la capital del Estado; y que, por lo tanto, descapitalizar España no solo es una insensatez y no beneficia a nadie. Es que igual es inconstitucional.
O que la Comunidad Autónoma de Madrid tiene, como todas las demás, autonomía financiera: artículo 156…
Aunque a veces se nos olvide, tiene consecuencias especialmente beneficiosas para todos, y por eso cada día nuestros constituyentes optaron por una democracia liberal, en una economía social de mercado.
Ambas concepciones se afirman desde el mismo artículo 1 de la Constitución, cuando dice que “España se constituye en un Estado social y democrático de derecho”, y por numerosos preceptos, a lo largo de todo el texto.
Eso significa respeto a la propiedad, a la libertad de empresa y también a los mejores servicios públicos, en especial a los que son los más vulnerables.
Pocas veces la sociedad, las asociaciones (del artículo 22), y colegios profesionales (del artículo 36), han sabido estar a la altura como en estos últimos años. Se han opuesto a los peores abusos, como la amnistía, o ahora al cupo catalán, que es un simple intento de secesión fiscal. Este cupo va en contra el principio de solidaridad entre regiones, como mandan los artículos 138, 139 y el 2.
Va también contra la igualdad de los españoles ante la ley, el artículo 14.
Debemos seguir velando por la presencia del Estado en las comunidades autónomas, en competencias nacionales clave, como la inmigración, preservando la unidad de la Administración de Hacienda, y la del Poder Judicial en la Nación, hoy todos cuestionados, si no perseguidos.
No se nos olvide nunca que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles»”: es decir, los que vivimos en este maravilloso Reino de España.
Señoras y señores:
La segunda amenaza en nuestra misión con la España de hoy y del mañana es el desconocimiento.
Como hemos dicho alguna vez, muchos de los que claman cambiarla persiguen fines no confesables.
Pero basta un repaso a nuestra Constitución, frecuentarla, para darse cuenta de que casi todo lo que se pide, las herramientas para construir el futuro, están ahí. Y que es fruto de la democracia liberal, nunca suplantada por la popular.
Mingote dibujó un chiste en el que espantaba a los nacionalistas enseñándoles un libro de España. A los totalitarios, a los que abusan de esa autoridad, les enseñamos nosotros el texto de nuestra Constitución.
El Espíritu de la Transición fue uno de los mejores momentos de nuestra Historia. Se renovó en el Espíritu de Ermua, y lo hace en las grandes ocasiones, como en la pandemia o el desastre de la DANA en Valencia.
Es más, en nuestra vida cotidiana, los españoles vivimos mucho más en la concordia de la Transición, en el orgullo de España, de la Hispanidad, y de ser Occidentales, de lo que quieren hacernos creer.
Y por eso hoy celebramos la Constitución con alegría y normalidad, con héroes cotidianos, políticos admirables sin importar su color político, con música, con quienes buscan la libertad perdida y quienes nos recuerdan la dignidad de cada vida, puesto que cada persona es única e insustituible.
No hay herramienta más valiosa para una nación que una Constitución que cimente el suelo que pisamos, donde perseguimos nuestros sueños, formamos un proyecto personal y seguimos con la aventura de vivir, mientras lo que de verdad importa, nuestra libertad, está firmemente consolidada.
Son logros y son conquistas que no pueden entenderse sin las personas que dieron su vida, literalmente, o todas las horas que tenían de esfuerzo y entrega diaria. Sin la abnegación de tantos españoles que nos precedieron y de quienes siguen luchando a diario por todos los demás.
Quiero dar las gracias a Javier Pulido, cuya hija fue acosada por los independentistas por querer reclamar algo tan justo y legal, como respetar su derecho a estudiar en español en Cataluña. Su ejemplo fue un grito de libertad en una región donde la minoría nacionalista se impone de manera totalitaria vulnerando la Constitución.
Y también quiero dar las gracias a Francisco Vázquez, Paco Vázquez, alcalde de La Coruña por el Partido Socialista durante más de 23 años y Embajador de España ante la Santa Sede. La suya ha sido una trayectoria absolutamente ejemplar.
Como él mismo ha dicho en alguna ocasión, “un Estado es democrático en la medida en que se respeta la Constitución, la separación de podres, se garantiza la independencia del Poder Judicial y se cumplen los programas electorales”.
Gracias además a Alejandro y a María Laura.
Gracias por estar hoy aquí, en la que también es vuestra casa. Después de venir a España desde el Perú buscando un futuro más próspero en Paiporta, la vida os ha vuelto a enseñar su cara más dura.
Hace apenas un mes, perdieron vuestro hogar con la tragedia de la DANA. A pesar de esta desgracia, han sido un ejemplo de entereza, de generosidad y de coraje. No están solos, no estáis solos. Nadie va a olvidar tanto dolor. Tenéis a vuestro lado a España entera.
Por su parte, la Orquesta Filarmónica de exiliados venezolanos nos recuerda el valor de la música y a nuestros hermanos forzados a dejar atrás su país en busca de libertad. En su otra casa, Madrid, nos recuerdan cada día la importancia del respeto a la Ley.
Y coincidiendo, además, con el Día de las Personas con Discapacidad, debuta la banda de Rock a la Par, integrada por músicos como Pablo, Álvaro C, Ignacio, Enrique, Laura, Dani, Álvaro L, Daniel y Rodrigo, bajo la batuta de David Summers.
Queridos amigos:
Si queremos seguir siendo una nación sin la que no se entiende la Historia universal, atractiva, innovadora, una potencia cultural, humana y natural. Un pueblo en el que la igualdad ante la ley y las oportunidades se vive como algo normal, lleno de contrastes pero identificable en cualquier lugar del mundo. Y uno de los más humanos y solidarios del mundo, tenemos que esforzarnos y levantarnos cada día con la ilusión y el trabajo de mantener todo lo que tanto costó lograr, empezando por la libertad.
Todos los que la hicieron posible son el mejor ejemplo a seguir.
Personas que dejaron de lado sus diferencias para buscar sus lugares de encuentro.
Entendiéndose con el que piensa diferente.
En defensa de todos, también el más débil. Sin permitir la dictadura de las identidades y ideología, y la imposición de la minoría a costa del hundimiento de la mayoría.
Recordando que no se puede estar gobernando a cualquier precio. O se respeta la ley y la ley de leyes, o nada sirve.
La Constitución de 1978 fue la primera que no fue de parte, de media España a pesar de la otra media. Fue la de consenso, de nadie en particular, de todos en general.
Nació “de la ley a la ley, pasando por la ley”. Y solo desde el respeto a la ley, a la Historia, a la verdad, y a las generaciones venideras, así es como podremos dejarles en herencia esta España constitucional que tanto bueno nos ha dado.
La mejor garantía de que así sea es la Princesa Leonor, quien tras jurar la Constitución, recordó las palabras que le dijo un día su padre: “Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola, servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional”.
Termino:
Aquí estará siempre Madrid para asegurarse de que España siga siendo España, abierta a quien nos necesite, al servicio de nuestra Constitución y de todos los españoles, vivan donde vivan.
Lo tenemos todo para superar las amenazas a nuestra convivencia, para vivir en libertad y prosperidad.
¿Qué no debe faltarnos en esta empresa?
La alegría; el decoro institucional; el amor, empezando por el amor propio; el valor; la lealtad; la tolerancia; ser justos; esforzarnos y trabajar duro; el afán de verdad; el respeto por la realidad, al tiempo que nos permitimos soñar.
Y, como dijo el Rey en la apertura de las Cortes Constituyentes: “estar movidos por un solo espíritu: el amor a España.”
¡Viva la Constitución!
¡Viva el Rey!
¡Viva España!
Real Casa de Correos, 3 de diciembre de 2024
Fotos: Comunidad de Madrid