Ramón de Mesoneros Romanos fue un cronista madrileño que compiló la historia de nuestra ciudad, es muy conocido por sus libros costumbristas e históricos. Sin duda el primero que ideó la creación de un panteón de figuras ilustradas, así en el año 1837 escogió la iglesia de San Francisco el Grande como el espacio idóneo para albergar a los grandes de España. Su idea fue asumida por el Gobierno liberal que imbuido en los ideales ilustrados quería recordar a los personajes más significativos de nuestro pasado; eso sí, figuras escogidas, las que ellos consideraban dignas de ser recordadas y que llevaban muertas más de cincuenta años. La Real Academia de la Historia debería proponer la lista de personajes que merecían ser llevados al nuevo panteón y para ello creó una comisión de expertos. Se buscaron los restos de Lope de Vega, Velázquez, Cervantes…, aunque sin éxito. Finalmente el 20 de junio del año 1869 llegaron a la iglesia de San Francisco Juan de Mena, Garcilaso de la Vega, Calderón de la Barca… y fueron depositados en una capilla. La iglesia había sido escogida no solo por su suntuosidad sino porque había sido desamortizada en 1836 cerrada a culto y los franciscanos expulsados y dependía, y depende, del Estado. Resulta sorprendente que estos mismos ilustres que defendían la importancia de recordar nuestro pasado glorioso no se opusieron, sino que animaron, al derribo de los iglesias y conventos del antiguo Madrid tales como Santa María (1869), el convento de Santo Domingo (1869), la iglesia del Buen Suceso (1837), San Felipe el Real (1838), el convento de Nuestra Señora de la Victorias (1838), el convento del Espíritu Santo (1841), la iglesia de la Santa Cruz (1868)… El proyecto de nuevo panteón se estancó y los ilustres depositados en la capilla volvieron a su lugar de origen.
Años más tarde, la reina María Cristina regente decidió crear un verdadero panteón junto a una nueva basílica de Atocha dado que la antigua amenazaba ruina y en ella estaban ya enterrados Antonio Ríos Rosas o el general Palafox entre otros. Así, tras un concurso fue elegido Fernando Arbós como arquitecto aunque solo construyó el panteón en estilo neobizantino. Hoy día es un lugar emblemático donde se encuentran enterrados políticos de finales del siglo XIX y principios del XX, y un espacio monumental donde contemplar fantásticos mausoleos realizados por Querol o Benlliure entre otros.
Cristina Tarrero
(Foto: Maya Balanya)