Los amantes de Chesterton y los amantes de la Navidad estamos de enhorabuena. La editorial Renacimiento, en su sello Espuela de Plata acaba de sacar un volumen esplendoroso, titulado El espíritu de la Navidad, que recoge todos los escritos del autor inglés relacionados con esta época del calendario. Si no lo tienen, corran a por él.
En su magnífica biografía de san Francisco de Asís ya había dejado escrito Chesterton que «todas las cosas parecen mejores si parecen regalos». En algunos de los artículos que se incluyen en este libro, su autor se ve obligado a defender la costumbre de hacer regalos en estas fechas de los ataques de los que (¡ya entonces!) defendían unas Navidades puramente espirituales, algo que no termina de casar con el acontecimiento que celebramos, la Encarnación. «Los Reyes acuden a Belén trayendo oro, incienso y mirra. Si hubieran traído verdad, pureza y amor no existiría el arte cristiano, ni tampoco la civilización cristiana».
Poemas, artículos y cuentos –además de una curiosa obrita teatral, un sainete– integran un volumen precioso, en el fondo y en la forma. Qué decir de la cubierta diseñada por Marie-Christine del Castillo, sobre los frescos de Los ángeles músicos del altar mayor de la catedral de Valencia… O del prologuista, José Julio Cabanillas, que para introducir la obra escribe un cuento… Todo en este libro es disfrute, como en Navidad. Y no solo para los niños: precisamente Chesterton deshace el tópico de que los niños disfrutan la Navidad más que los adultos, cuando afirma que los niños «no disfrutan de tiempo alguno, porque disfrutan de todos». Somos nosotros, los adultos, los que valoramos este tiempo especial por encima del ordinario.
La humildad, requisito fundamental para entender algo estos días –es preciso hacerse un poco niños para encontrar al Niño–, la expresará en un poema dedicado a los Reyes Magos: «Tan fácil es el camino / que podríamos salirnos de él». Dicen allí los Reyes de sí mismos: «A escudriñar los cielos y al estudio / de los más tortuosos enigmas nos hemos dedicado, / desde nuestra juventud conocemos todos los laberintos del saber, / somos los tres antiguos y sabios,/ y lo sabemos todo, excepto la verdad».
De la Verdad encarnada, del «Niño que existía antes de que existieran los mundos», que jugaba con la luna y el sol y ahora juega con un poco de paja, habla este libro. Que es un regalo de Navidad.
Ana Rodríguez de Agüero y Delgado
Directora de CEU Ediciones