“Seamos custodios de la creación”.
(ZENIT).- La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha manifestado, a través de un comunicado publicado el 22 de agosto de 2019, su preocupación por los incendios “que consumen grandes porciones de la flora y fauna en Alaska, Groenlandia, Siberia, Islas Canarias, y de manera particular de la Amazonía”, una “tragedia” cuyo impacto presenta “proporciones planetarias”.
Incendios en la Amazonía
Hace más de 15 días, los incendios forestales en Brasil están afectando a miles de hectáreas de la Amazonía. Según los datos ofrecidos por el Gobierno de Brasil, procedentes del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, a principios de semana, Brasil registró un total de 66,9 mil puntos calientes (hotspots).
El bioma más perjudicado, efectivamente, es el Amazonas, con el 51,9% de los casos. En números absolutos, Mato Grosso es el primer estado con 13.109 puntos de quema, seguido por Pará con 7.975, Corumbá, por su parte, es el municipio que ostenta la mayor cifra de focos.
En Bolivia, de acuerdo a los datos oficiales, se han calcinado ya casi medio millón de hectáreas en el departamento de Santa Cruz, situado al este del país, en la frontera con Brasil y Paraguay, hacia donde se dirigen las llamas. El gobernador de dicha región ha solicitado la ayuda del Estado y ha declarado la situación de desastre.
En Perú, el dióxido de carbono podría estar afectando a la provincia de Tahuamanu, en la región Madre de Dios, zona fronteriza con Brasil y Bolivia.
Por este motivo, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología y las instituciones competentes, analizan la calidad del aire para prevenir los efectos que puedan causar en la población.
No obstante, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre declaró que dicho incendio de Santa Cruz, por el momento, no representa peligro para Perú.
Mensaje del CELAM
Los obispos describen en su mensaje que “la esperanza por la cercanía del sínodo Amazónico, convocado por el Papa Francisco, se ve ahora empañada por el dolor de esta tragedia natural”, al mismo tiempo que transmiten su solidaridad a los habitantes de la región, los “hermanos pueblos indígenas”. Y añaden: “Unimos nuestra voz a la suya para gritar al mundo por la solidaridad y la pronta atención para detener esta devastación”.
Por otro lado, remiten al preámbulo del Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía que “advierte proféticamente”: “En la selva amazónica, de vital importancia para el planeta, se desencadenó una profunda crisis por causa de una prolongada intervención humana, donde predomina una ‘cultura del descarte’ (LS 16) y una mentalidad extractivista. La Amazonía es una región con una rica biodiversidad, es multiétnica, pluricultural y plurirreligiosa, un espejo de toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los Estados y de la Iglesia. Esta realidad supera el ámbito estrictamente eclesial amazónico, porque se enfoca en la Iglesia universal y también al futuro de todo el planeta” .
“Seamos custodios de la creación”
Ante todo ello, los miembros de este consejo latinoamericano urgen a los gobiernos de los países amazónicos, especialmente a los de Brasil y Bolivia, a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional “a tomar serias medidas para salvar al pulmón del mundo”, pues “lo que le pasa al Amazonas no es un asunto solo local sino de alcance global. Si el Amazonas sufre, el mundo sufre”.
Finalmente, rememoran las palabras del Papa Francisco, que pidió “por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político, social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: [que] seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro” (Homilía del inicio del ministerio Petrino, Marzo 19, 2013)”.
Aumento de los fuegos en la Amazonía
El Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM) difundió el pasado martes 20 de agosto una nota donde informa que el número de los focos de calor de los incendios registrados en la Amazonía ya es un 60% más alto que en los tres años anteriores.
Una de las hipótesis para explicar este aumento sería una sequía intensa, pero no se ha podido confirmar, ya que actualmente hay más humedad en la Amazonía que en los últimos tres años.
De este modo, la deforestación y las quemas se convierten en las dos posibles causas de estos fuegos.
LARISSA I. LÓPEZ
Imagen: Incendio en la Amazonía
(Foto: © CELAM)