No corren buenos tiempos para la lírica sanchista del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.
La semana pasada comenzó para el hombre cuya máxima responsabilidad es interpretar la Constitución con un esclarecedor y demoledor artículo (¡Oh qué tiempos, don Cándido!) del que fue juez de la Audiencia Nacional y ahora brillante abogado, Javier Gómez de Liaño; en él, en tono amable y coleguil, se destroza la deriva sanchista de un profesional de la Justicia que ha demostrado no tener categoría para impartirla.

Pero lo más gordo, al margen de derivas familiares (todo indica que también utiliza su posición para ayudar judicialmente a su hijo), para el futuro inmediato de Conde-Pumpido es la rebelión en toda la regla que encabeza la Audiencia de Sevilla contra la decisión del Constitucional de anular parte de las sentencias de los ERE. Europa espera que esos jueces, agraviados en grado sumo por las decisiones de Conde-Pumpido, sustancien sus gravísimas acusaciones contra el TC sanchista y se muestran prestos a tomar una decisión que pondría en un principio del fin al más sumiso de los intérpretes del sanchismo.
Es claro que aquella decisión de decir que no hubo corrupción en el asunto de los ERE andaluces no sólo va contra el sentido común y las evidencias, sino que entra en colisión flagrante con la doctrina europea en materia de persecución de la corrupción. ¡Mal asunto, don Cándido! Tal es así, que presto y dispuesto, el otrora respetado jurista hasta que decidió entrar a formar parte de la red zapaterista/sanchista, ha decidido que lo mejor es recurrir al «ordeno y mando», tratando de cercenar a los jueces y fiscales la posibilidad de recurrir a las más altas instancias europeas en busca de justicia.
¡Este hombre se ha vuelto tan loco como su jefe político!
Ya se habla en el endogámico mundo judicial que Pumpido puede acabar sin toga y procesado, respondiendo ante el Tribunal Supremo por sus abusos de poder y por haber dejado al Tribunal intérprete de la Constitución como una baratija de feria.
¡Ay, don Cándido! Esas comidas en el Santo Mauro con personas de las que debería huir. Ex presidentes convertidos en muletilla de genocidas (Venezuela) y abrasadores de intereses en China donde, como todo el mundo sabe, se esmeran en respetar los Derechos Humanos.

GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 29.3 2025