“Esperanza para un futuro mejor”
Hemos venido a Tierra Santa para encontrar a sus jóvenes, escuchar su voz y rezar por la justicia y la paz. A pesar de la continuidad de este destructivo conflicto y los enfoques de tantos poderosos que dividen, nuestra fe en Dios da esperanza para ese futuro mejor que desean los jóvenes de esta tierra. Durante esta semana hemos sido testigos y hemos conocido su lucha por alcanzar su sueño.
Los jóvenes de Gaza ven robadas las oportunidades de sus vidas por el alargamiento del bloqueo que, indiscriminadamente, les niega la oportunidad de desarrollarse. Los jóvenes de Cisjordania continúan sufriendo en su vida cotidiana la violación de su dignidad, algo que se ve inaceptablemente normalizado por la ocupación.
La vida de los jóvenes en los territorios de Palestina está arruinada por el desempleo. El papa Francisco ha denunciado reiteradamente que el desempleo es una de las mayores barreras que impiden a los jóvenes de hoy desarrollar todo su potencial.
También muchos jóvenes israelíes, con los que nos hemos encontrado en escuelas y universidades, reconocen que están viviendo a la sombra de un conflicto que ellos no han creado y que no desean. Hemos escuchado a jóvenes de ambos lados que comparten la misma aspiración por una coexistencia pacífica, aunque encaran realidades completamente diferentes, con pocas oportunidades incluso para encontrarse o comprender las esperanzas y temores de unos y de otros.
Para toda una generación la expectativa de la paz se ha alejado todavía más por decisiones inaceptables desde el punto de vista moral o legal, en particular por el reciente agravio al estatus de Jerusalén, reconocido internacionalmente, que es una ciudad sagrada para judíos, cristianos y musulmanes.
Los jóvenes de Tierra Santa han sido fuertemente decepcionados por sus propios líderes y por la comunidad internacional. Su desencanto, del que hemos sido testigos, está completamente justificado, lo cual es una señal de que ellos conservan su convicción de luchar por un cambio.
En Cisjordania, Gaza e Israel, los jóvenes mantienen viva su esperanza a través de su resiliencia y su coraje. La comunidad cristiana local, a pesar de ser pequeña en número, es parte integrante de esta tierra, no sólo por la contribución de los propios jóvenes, sino también a través de su servicio a todos los jóvenes.
Son los jóvenes quienes se atreven a promover la justicia y a desafiar las divisiones que les han sido impuestas. Son las escuelas y los proyectos para los jóvenes los que están derribando las barreras y preparando a las personas para construir tolerancia. Son los voluntarios, como los que trabajan en Belén, con El Arca de Jean Vanier, en Beit Emaus en Qubeibeh, y con las órdenes religiosas en Gaza, los que están demostrando humanidad en esta sociedad herida.
Compartimos la esperanza de los jóvenes de Tierra Santa y reconocemos sus papel esencial en la promoción de la paz. Son ellos quienes nos han ayudado a mirar a través de sus ojos realidades duras. Y por eso invitamos a las comunidades de nuestros países para que actúen en solidaridad con ellos:
– Apoyando a las organizaciones que ayudan a crear trabajo, promueven vivienda y facilitan el diálogo.
– Orando y promoviendo peregrinaciones que vayan al encuentro y den apoyo a las comunidades cristianas en Tierra Santa.
– Sensibilizando a nuestros líderes políticos o poniéndose resueltamente contra todos aquellos que buscan crear una mayor división.
Por encima de todo mantenemos en nuestras oraciones a los jóvenes de esta tierra e, inspirados por el papa Francisco, nos comprometemos, con la gracia de Dios, a poner nuestra parte para hacer de esta tierra un lugar más humano y más digno para los jóvenes de hoy y del futuro.
Obispo Declan Lang, presidente de la Coordinadora para Tierra Santa
Obispo Udo Bentz, Alemania
Arzobispo Stephen Brislin, Sudáfrica
Obispo Peter Bürcher, Escandinavia, Finlandia e Islandia
Obispo Óscar Cantú, Estados Unidos
Obispo Cristopher Chessun, Iglesia de Inglaterra
Arzobispo Riccardo Fontana, Italia
Obispo Lionel Gendron, Canadá
Obispo Nicholas Hudson, Comision de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE)
Obispo William Kenney, Inglaterra y Gales
Obispo Donal McKeown, Irlanda
Obispo William Nolan, Escocia
Arzobispo Joan-Enric Vives, España y Andorra
Mons. Duarte da Cunha, Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE)