Recibir una educación en diferentes idiomas desde los primeros años académicos es, cada vez, un requisito más demandado por las familias a la hora de buscar el primer colegio de sus hijos. Hace unos años, era impensable anteponer la enseñanza de idiomas a requisitos que han pasado cada vez más a un segundo plano, como, por ejemplo, la distancia de casa al centro educativo. ¿A qué se debe esto? ¿Qué ha cambiado exactamente en la perspectiva de los padres?.
El conocimiento de idiomas aumenta un 37% las posibilidades de acceder a un empleo, según un estudio realizado por Randstad Professionals, empresa líder de recursos humanos. En el análisis, también se muestra que hasta un 26% de las ofertas actuales en el mercado laboral exige conocimiento de algún idioma extranjero, y este porcentaje crece exponencialmente cada año. Para cuando los niños de hoy en día lleguen al mercado laboral, posiblemente hablar idiomas ya no sea solo un valor añadido, sino un requisito.
El dominio de una segunda lengua se ha posicionado como un elemento diferenciador clave en un proceso de selección. Además, acorde al estudio mencionado con anterioridad, se estima que el 70% de los puestos de perfiles de responsabilidad y directivos exigen a los candidatos la capacidad de desarrollar su actividad en otro idioma.
Estas cifras reflejan, sin duda, una realidad cada vez más cercana: El conocimiento de idiomas ya no es un plus en la enseñanza, sino un requisito indispensable, y solo aquellos alumnos que crezcan y se eduquen en un ambiente lingüísticamente plural podrán diferenciarse en el mercado laboral.
Es indiscutible que el mercado laboral se orienta, cada vez más, hacia un entorno internacional. Vivimos en una sociedad globalizada e informatizada, y, además, la pandemia nos ha enseñado a desenvolvernos en entornos de trabajo telemáticos, lo que facilita aún más esta “internacionalidad” laboral. Es decir, demostrar nuestras habilidades ya no se queda reducido únicamente en las empresas nacionales, sino en organizaciones de todo el mundo.
Hoy en día, es de vital importancia que los alumnos se incorporen al mercado laboral con una identidad y un potencial propios y se diferencien del resto. Esto solo se consigue prestando atención desde el inicio de la educación, potenciando las habilidades con más valor diferencial que realmente les facilitará el camino a la hora de encontrar trabajo. Por ejemplo, la aplicación de un programa para el aprendizaje de idiomas desde la infancia favorece la predisposición futura para el mejoramiento y la rápida integración e inmersión lingüística de cada una de las lenguas estudiadas.
El aprendizaje en idiomas no solo es extremadamente útil a largo plazo, sino durante la misma etapa educativa del alumno desde su inicio hasta los últimos años de Bachillerato. Además, ayuda a ejercitar la memoria y refuerza los niveles de concentración y atención en los primeros años, como beneficios más prácticos. A su vez, se ha demostrado que los niños que hablan más de un idioma tienen muchas menos dificultades a la hora de socializar con el resto, ya que son conscientes de que hay otras lenguas, culturas y formas de vivir diferentes a la que aprenden en casa.
Por otro lado, los padres y docentes somos la figura más importante en la vida de un pequeño, y, sin duda, modelos a seguir y referentes de los que aprender. Por ello, en nuestra mano está que los niños entiendan la importancia de empaparse de los idiomas como una herramienta útil y divertida y no como una tarea obligada que realizar.
Como conclusión, podemos observar que, innegablemente, los niños desde sus primeros pasos en la enseñanza tienen una gran ventaja sobre el resto de etapas educativas. El aprendizaje resultará más sencillo, natural y espontáneo que forzando una educación lingüística en la adolescencia. Nosotros, como padres y docentes, debemos desempeñar un papel de guías en este largo camino que les acompañará durante toda su educación.
Este conjunto de razones demuestran por qué la enseñanza en idiomas es vital desde los primeros años educativos, tanto a corto como a largo plazo. Por ello, los profesionales del sector insistimos en la importancia de hacer al alumno partícipe de este currículo desde su más temprana educación, pues es, sin lugar a dudas, la mejor forma de invertir en su futuro y desarrollar al máximo su potencial.
Sara Rodríguez
Coordinadora de Idiomas en primaria del Colegio Europeo de Madrid