Colau destaca la trayectoria humanitaria de Solá pero obvia que era misionera de la Iglesia Católica.
“Solá es un ejemplo para todos y por ello su ciudad debería homenajearla”, afirma el presidente de Enraizados.
El Ayuntamiento de Barcelona ha contestado a la Asociación Enraizados sobre la petición que realizó de dedicar una calle en la ciudad condal a la misionera barcelonesa Isabel Solá, asesinada el pasado mes de septiembre en Haití.
El Consistorio alega razones administrativas para negarle la calle a esta misionera que permaneció al lado de los pobres hasta el último momento de su vida. “Entre otros criterios de menor importancia cabe destacar que para poder dedicar una calle a un personaje, deben haber pasado cinco años, como mínimo, desde su muerte. La única excepción a este criterio es que en vida se le hubiera otorgado la Medalla de Oro de la Ciudad”, explica el Ayuntamiento en la respuesta a Enraizados.
La Alcaldesa Ada Colau destaca en esta carta dirigida a la Asociación Enraizados “la trayectoria humanitaria de Isabel” Solá y agrega que el Pleno del Consistorio aprobó el 29 de septiembre que se distinga a esta barcelonesa “a título póstumo por toda una vida dedicada a los más desfavorecidos”.
Colau, en ninguna parte de la respuesta, hace referencia a que Isabel Solá era misionera y que estaba en Haití ayudando a los que más lo necesitaban porque era religiosa de la Iglesia Católica.
José Castro Velarde, presidente de Enraizados, afirma que desde la Asociación “seguiremos trabajando para que, desde el Ayuntamiento de Barcelona, se reconozca el trabajo de Solá, no solo con una declaración institucional, como se ha hecho hasta ahora”. “Isabel Solá se merece el reconocimiento de sus conciudadanos por su generosidad y entrega: lo dejó todo para irse a Haití y se mantuvo allí a pesar de las dificultades, como puede ser el terremoto que asoló el país. Es un ejemplo para todos y por ello su ciudad debería homenajearla”, concluye Castro Velarde.