Conferencia de prensa.
(zenit – 17 julio 2020).- Caritas Internationalis presentó su Informe Anual 2019 en una rueda de prensa celebrada ayer, 16 de julio de 2020.
En ella participaron el presidente de Caritas Internationalis, cardenal Luis Antonio Gokim Tagle; el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John; el cardenal Wilfrid Fox Napier, presidente de Caritas Sudáfrica y Rita Rhayem, directora de Cáritas Líbano.
A lo largo de un encuentro con los medios, realizado a través de la plataforma Zoom, la organización caritativa de la Iglesia realizó un llamamiento a cancelar la deuda de los países pobres y revisar las sanciones que afectan a los civiles sin aportar otros frutos, informa Vatican News.
Mensaje de esperanza
El cardenal Tagle envió un mensaje de esperanza, con la convicción de que “los muchos cambios que hemos experimentado y estamos experimentando sean una oportunidad para el futuro” para construir una “nueva conexión de solidaridad”.
Somos “una sola familia humana y el sentimiento de cercanía que ha despertado la pandemia, que afecta a todos, no puede olvidarse sin dejar una señal: y esa señal debe ser la capacidad de dar nuevas respuestas”.
El mensaje del cardenal Tagle se refirió a la capacidad de luchar con fuerza contra condiciones dramáticas como el hambre en el mundo, las guerras, las violencias que pisotean las vidas humanas y la dignidad de las personas. Esto significa recuperar la mirada inclusiva del Papa Francisco en la Laudato si’ y trabajar por acciones concretas como la de “un cese al fuego global”, indica el medio vaticano.
Oriente Medio
Para ofrecer un panorama sobre el Informe de Caritas Internationalis 2019, el secretario general de la organización, Aloysius John, señaló que “la situación en el Oriente Medio ha empeorado drásticamente en los últimos seis meses y las sanciones económicas y el embargo a Siria han contribuido a agravar la tendencia”.
En este sentido, para John, “las sanciones unilaterales sin diálogo ni negociación nunca han servido a su propósito, al contrario, han sido contraproducentes”, describiendo que los efectos de las mismas como instrumento político no tuvieron los efectos esperados y demostraron más bien un enorme poder para destruir la vida de los más vulnerables.
Los precios se han disparado, la gente no tiene medios para comprar alimentos, la desnutrición se está extendiendo y surge una creciente ira contra la comunidad internacional. Efectivamente, la peor parte se la llevan los más vulnerables, especialmente los niños, las mujeres y los ancianos, ya profundamente afectados por las guerras, las tensiones, el fundamentalismo y la COVID-19.
“Los más pobres son los que siempre pagan el precio más alto”. En estos días “todos miramos con especial preocupación al Líbano, que siempre ha sido un modelo de equilibrio para todo el Oriente Medio”, apuntó el secrerario.
Un país que siempre ha sido un “mensaje de libertad y un ejemplo de pluralismo para Oriente y Occidente”, como decía san Juan Pablo II.
Líbano
Sobre la situación en el Líbano Rita Rhayem, directora de Cáritas en país, subrayó que el 75 por ciento de la población necesita ayuda y que la moneda local ha perdido el 80 por ciento de su valor.
“Pero esta no es la única razón por la que estamos muy preocupados por la crisis libanesa: el Líbano siempre ha sido un centro esencial para el envío de ayuda humanitaria a países como Siria e Irak, y si la situación no mejora, las consecuencias para toda la región serán catastróficas”, añadió.
Demandas concretas
De acuerdo a la citada fuente, en el encuentro con los medios, John apuntó que resultan esenciales las palabras del Papa, que ha invitado varias veces a las naciones ricas a reconsiderar la cancelación de la deuda de las naciones más pobres.
Aloysius destacó que la deuda de las naciones más pobres se paga a menudo con el sudor y el esfuerzo de los más pobres. Es por ello que Cáritas pide el alivio de la deuda de las naciones más pobres y la reasignación de fondos a organizaciones fiables que trabajen con estas comunidades.
“Solo el alivio de la deuda y su reasignación para el desarrollo desde la base – permitirá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar la dignidad de los más pobres”, aclara el secretario.
“Es inconcebible que las medidas precipitadas aplicadas sin ningún tipo de diálogo con los agentes regionales sean fatales para los más pobres”. Por lo tanto, los representantes de Cáritas se suman a la petición del Santo Padre a detener toda la violencia y conflicto, y para pedir la suspensión inmediata de las sanciones.
Las sanciones, medidas injustas
Aloysius John reiteró que las sanciones oprimen a los más pobres y son, en esencia, herramientas para la “matanza pasiva de civiles inocentes”. Estas constituyen “medidas injustas que afectan a las personas más vulnerables, especialmente en estos tiempos de COVID-19” y remarca que “están creando un terreno fértil para el terrorismo”.
“Las personas que huyen de situaciones difíciles se convierten en migrantes ilegales que son rechazados por los países vecinos y Europa”. Esencialmente, el secretario resaltó que “la lucha contra el hambre, la pobreza y la injusticia son el objetivo principal de la confederación, ya que garantizan el bienestar y la dignidad humana de los más vulnerables”.
Compromiso durante la pandemia
Por otro lado, se informó que, para la emergencia de coronavirus, Caritas Internationalis ha financiado 23 proyectos y otros 14 ya han sido aprobados. A través de los mismos, se ha ayudado a las familias con asistencia alimentaria básica, kits de higiene, jabón, pañales y asistencia en efectivo para pagar el alquiler y otras necesidades urgentes.
En la actualidad, la organización eclesial está ayudando a casi 9 millones de personas en 14 países, entre ellos Ecuador, India, Palestina, Bangladesh, Líbano y Burkina Faso.
Además, unos 2 millones de personas participan en programas de financiación por un total de 9 millones de euros en diferentes partes del mundo. Desgraciadamente, los responsables de Cáritas son conscientes que hay cientos de miles de personas más que necesitan ayuda.
Alarma del Fondo Monetario Internacional
Asimismo, se comentó que el bloqueo de diversas maneras ha paralizado la economía mundial, con fuertes repercusiones en Europa, Estados Unidos, China y Japón. Cáritas está llamando a todos a la concienciación de enfrentarse a una emergencia atípica en la que los países que normalmente se encuentran entre los principales donantes son también los más afectados por el virus.
También por esta razón, el empleo de las ayudas internacionales para responder a las necesidades nacionales “no constituye la solución correcta”, no puede ser suficiente.
La incertidumbre sigue siendo alta incluso si hay algunos signos de recuperación, según afirma el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el documento preparado para el G20 de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, que tendrá lugar virtualmente el 18 de julio.
Es por ello que el Fondo hace un llamamiento al G-20 para que se realicen “esfuerzos colectivos”: “Son esenciales para poner fin a la crisis financiera y relanzar el crecimiento”.
Europarlamento
Por su parte, el Europarlamento también demanda un nuevo enfoque. En el comunicado publicado la semana pasada durante la sesión plenaria, se afirma que, en Siria, tras una década de conflicto, ha llegado el momento de que Europa se replantee sus intereses y su política.
Además de apoyar la renovación del mecanismo de las Naciones Unidas (que proporciona ayuda transfronteriza a Siria), “Europa debería desarrollar políticas paralelas que puedan ir gradualmente más allá de la mera prestación de ayuda humanitaria”.
Y esto “podría consistir en permitir que los actores locales ejecuten proyectos de recuperación mediante el apoyo directo, utilizando instituciones de microfinanciación para proporcionar préstamos a los agricultores y cooperativas agrícolas, o apoyando la capacidad de las pequeñas empresas farmacéuticas para satisfacer las necesidades locales”.
El problema del hambre
Finalmente, Vatican News indica que, de acuerdo a los datos del Programa Mundial de Alimentos, el número de personas que se enfrentan al hambre en el mundo como resultado de la pandemia podría duplicarse hasta alcanzar los 230 millones. África presenta escasez de alimentos alimentos y las inundaciones, sequías, invasiones de langostas y malas cosechas en muchos países se suman a esto.
En algunos estados de Oriente Medio, América Latina y Asia, la desnutrición infantil y el número de adultos que padecen hambre ya está aumentando. Entre los que corren mayor riesgo se encuentran los migrantes, los desplazados internos, los refugiados y los repatriados, como los de Venezuela.
La situación de los migrantes irregulares es particularmente crítica porque no computan en ninguna de las categorías que tienen derecho a la ayuda.
LARISSA I. LÓPEZ
Trabajo de Cáritas en Niger
(Foto: (C) Caritas Internationalis)