En la segunda jornada de la conferencia celebrada en Grado, en la provincia de Gorizia, se analizó el papel de la organización en el contexto europeo. El presidente de Cáritas Europa, monseñor Michael Landau, abrió los trabajos: «Nuestra fuerza es dar esperanza a la gente, día tras día», dijo.
10 de abril 2024.- «Una Europa sin fronteras». Esta es la esperanza del presidente de Cáritas Europa, monseñor Michael Landau, ponente invitado ayer por la mañana en la segunda jornada de la 44ª conferencia diocesana de Cáritas organizada en Grado, en la provincia italiana de Gorizia. Una esperanza que pasa, según Landau, por el papel de las organizaciones territoriales en todo el continente europeo:
«Lo que hace Cáritas es un fuerte trabajo diario, en muchos lugares: a nivel parroquial, a nivel diocesano, pero también a nivel nacional. Cáritas Europa tiene cuarenta y nueve miembros en cuarenta y seis países europeos, incluso va más allá de la Unión Europea. Cáritas Italia es un pilar importante en esta labor. Es un trabajo muy importante para los pobres, empezando por los que están cerca de nosotros: las personas sin hogar, las familias en situaciones difíciles, los niños”.
El apoyo de Europa
En este contexto, el papel de la Unión Europea resulta crucial: «Estoy convencido de que para los grandes retos sólo hay respuestas que podemos dar juntos, a nivel europeo», explicó monseñor Landau:
“Necesitamos más Europa, no menos, y juntos más Cáritas en Europa”
“También hay signos que dan esperanza: durante la crisis de COVID, por ejemplo, organizaciones como Cáritas fueron un ancla para muchas personas. Tenemos que poner a las organizaciones en condiciones de seguir desarrollando este trabajo, un trabajo que debe ser más reconocido a nivel europeo». A continuación, monseñor Landau abordó la situación de conflicto en Europa del Este:
«En Ucrania, por ejemplo, veo lo que se puede hacer juntos. Las organizaciones locales de Cáritas hacen un trabajo increíble: salen, ayudan a los ancianos, apoyan a los necesitados. Junto con las redes nacionales, europeas e internacionales de Cáritas, hemos podido ayudar a más de cuatro millones de personas en los países limítrofes con Ucrania. Encontrar soluciones sostenibles para el futuro es una tarea que tenemos que afrontar. Espero que llegue la paz, como siempre espera el Santo Padre en sus llamamientos».
El papel en las guerras
Ettore Fusaro, miembro de la Oficina Europa de Cáritas Italia, habló sobre el trabajo de Cáritas en Ucrania: «Desde mi punto de vista, la frontera es la que separa Ucrania de Rusia: una frontera que en este momento, además de causar un sufrimiento sinfín, nos pregunta qué significa hoy hablar de paz, hablar de derechos humanos y de resolución de las disputas ya no sólo por la fuerza».
Fusaro afirmó que Cáritas ha estado presente desde el principio para apoyar a las dos organizaciones nacionales locales: «En estos momentos, nos dedicamos principalmente a la ayuda de emergencia en las zonas oriental y meridional del país, que son las que se encuentran en la línea de conflicto, y luego a programas de rehabilitación tanto mental como física en diversas partes de Ucrania, donde estamos creando lugares para la recuperación de las personas afectadas por las consecuencias de la guerra”.
GIANMARCO MURRONI