Este domingo, 22 de junio, la Iglesia celebra la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, con el lema “Comparte, por amor de Dios”. Con este motivo, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, ha hecho pública una carta en la que señala que “el Papa Francisco nos recordaba recientemente que nuestra forma de vivir la Eucaristía es un indicador de cómo nos relacionamos con los demás. ‘A Jesús le gustaba estar con la gente –decía el Santo Padre-, compartir sus anhelos, los problemas y preocupaciones. En la Santa Misa nos encontramos con muchas personas, pero ¿las vemos en verdad como hermanos y hermanas? ¿La Eucaristía nos lleva a salir al encuentro de los pobres, de los enfermos, de los marginados, viendo en ellos el rostro de Jesús?’”. “Nos alentaba el Papa a reconocernos pecadores y a vivir de forma coherente con nuestra fe: ‘La Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos de Jesús. Es la obra y el don de Cristo presente allí, que sale a nuestro encuentro y nos alimenta con su Palabra y con su vida’”.
“Desearía, dice el Cardenal, que estas tres consideraciones –el sentido de la fraternidad y de la caridad; el reconocernos pecadores, que nos lleva al sacramento de la Penitencia; y la acción evangelizadora, que nace del encuentro con Jesucristo- fueran las tres líneas esenciales de la celebración del Corpus Christi de este año 2014”.
“Estamos viviendo un año de gracia, que ha contemplado la canonización de dos Pontífices: san Juan XXIII y san Juan Pablo II y aguarda la pronta beatificación de Pablo VI. A ellos me encomiendo para que intercedan especialmente por el pueblo de Madrid, y para que la celebración del Corpus Christi –fiesta del amor fraterno- nos lleve a vivir más intensamente la caridad; a compartir por amor de Dios todo lo nuestro con los necesitados; nos ayude a convertirnos de nuevo gracias al sacramento de la Reconciliación; y a ser testigos de Cristo en el seno de nuestra sociedad. Hoy más que nunca el mundo necesita de nuestra fe, vivida con alegría y con esperanza; de nuestra palabra, que les acerque a la salvación que nos trae Jesucristo; y de nuestra actuación enraizada en el Evangelio, en la vida familiar, profesional y social”.
“La celebración de la Eucaristía, fiesta del Amor de Dios, debe llevarnos a realizar obras de fe, a actuar en todo momento con la coherencia propia de un cristiano. Esas obras de fe darán a los que nos rodean las razones de nuestra esperanza en un momento histórico en el que, por muy diversas causas –sociales, culturales y económicas- tantos de nuestros conciudadanos viven en la incertidumbre, la falta de futuro y el desasosiego”.
“Encontraremos en la Eucaristía, asegura, la fuerza y la razón de nuestra esperanza, porque en ella se nos da la Esperanza misma: Jesucristo nuestro Señor realmente presente en las Especies Eucarísticas”.
Invita a todos los diocesanos a participar el domingo en la Santa Misa que se celebrará en la Plaza de la Catedral, y a acompañar al Señor “en su recorrido por las calles de nuestra ciudad”; “para unos será la ocasión de adorar públicamente a Jesús Sacramentado; para otros, quizás sin fe, o con la fe debilitada, esta fiesta puede ser el medio para un encuentro con Cristo”.
Concluye pidiendo a la Virgen “que nos aliente y nos bendiga en esta tarea”.