El presidente de la Conferencia Episcopal asegura en COPE que el problema de los abusos requiere «colaboración con el Estado» y una respuesta «penal».
«Hay que escuchar a las víctimas el tiempo que sea necesario». En el futuro, «nada de encubrimientos ni de silencios cómplices». Y «protocolos» claros. No simples «orientaciones, sino normas» sobre cómo proceder ante una denuncia. Que incluyan la «colaboración con el Estado». Porque el problema de los abusos tiene una dimensión espiritual, remite «al misterio del mal», pero requiere también una respuesta «penal».
Esta valoración hacía este lunes en El Espejo de COPE el cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), a su regreso a España tras participar en Roma en la cumbre contra los abusos a los que el Papa convocó a cardenales y presidentes de los episcopados de todo el mundo. El también arzobispo de Valladolid participa los días 26 y 27 de febrero en la Comisión Permanente de la CEE, durante la que informará a los demás obispos sobre su participación en este encuentro. Está previsto que, al término de la reunión, ofrezca una rueda de prensa.
El purpurado reconoce haber vuelto impactado por algún testimonio que pudo escuchar en Roma que «a mí me hizo llorar». Víctimas que durante mucho tiempo se culparon a sí mismas de los abusos que sufrieron y no encontraron a nadie que quisiera creerlas, ni en la Iglesia ni en sus propias familias. «Hemos pedido perdón a Dios por todo esto», dijo, «y también han sido escuchadas las víctimas». «Es la única única organización internacional que yo conozca» que ha llevado a cabo públicamente una reflexión de este tipo, repensando «esta cuestión ante Dios y ante todos, ante ellas [las víctimas] en primer lugar».
En el futuro, dijo, «la Iglesia quiere estar y además inequívocamente al lado de las víctimas, acogiéndolas, defendiéndolas, escuchándolas… Que sepan que en la Iglesia tienen un hogar y una familia, aunque hayan recibido una experiencia durísima» que haya podido «matar su fe». «Que sepan que en la Iglesia tenemos las puertas abiertas», prosiguió.
Preguntado acerca de los abusos en otros contextos, tema que abordó el Papa en su discurso final, Blázquez se mostró de acuerdo en que «no podemos poner solo el dedo acusatorio en uno de los lugares», y explicó que este es «un problema sobre todo de las familias», que se da «en todos los países y en todos los marcos religiosos». «No queremos defendernos, pero este es un problema no solo de la Iglesia, sino de toda la sociedad», resaltó.
Ricardo Benjumea
(Foto: COPE)