27 de noviembre. DOMINGO I DE ADVIENTO. “CICLO A”.
- Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
- Salmo 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
- Rom 13, 11-13ª. La salvación está más cerca de nosotros.
- Mt 24, 37-44. Estad en vela para estar preparados.
El Adviento es un tiempo de alegre esperanza ante la venida del Señor. Al mismo tiempo que nos preparamos para preparar su primera venida, miramos hacia su última venida en gloria y majestad al fin de los tiempos. En este primer domingo los textos litúrgicos subrayan este segundo aspecto. Nuestra salvación está cerca, nos dice san Pablo, , una salvación en el reino eterno de Dios a la que están llamados todos los pueblos de la tierra. Debemos estar en vela para estar preparados ante la venida del Señor, pues no sabemos el día y la hora. Una preparación que nos lleva a dejar las obras del pecado y a vivir la luz del Evangelio
28 de noviembre. LUNES de la PRIMERA SEMANA de ADVIENTO.
- Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
- Salmo 121. Vamos alegres a la casa del Señor. .
- Mt 8, 5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos. .
29 de noviembre. MARTES de la PRIMERA SEMANA de ADVIENTO.
- Is 11, 1-10. Sobre él se posará el espíritu del Señor.
- Salmo 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. .
- Lc 10, 21-24. Jesús, lleno de alegría en el Espíritu Santo.
30 de noviembre. MIÉRCOLES. SAN ANDRÉS, apóstol.
- Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
- Salmo 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
- Mt 4, 18-22. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
1 de diciembre. JUEVES de la PRIMERA SEMANA de ADVIENTO.
- Is 26, 1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la libertad.
- Salmo 117. Bendito el que viene en el nombre del Señor. .
- Mt 7, 21. 24-27. El que hace la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos.
2 de diciembre. VIERNES de la PRIMERA SEMANA de ADVIENTO.
- Is 29, 17-24. Aquel día verán los ojos de los ciegos.
- Salmo 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Mt 9, 27-31. Jesús cura a dos ciegos que creen en él.
3 de diciembre. SAN FRANCISCO JAVIER, presbítero.
- Is 30, 19-21. 23-26. Se apiadará de ti al oír tu gemido.
- Salmo 146. Dichosos los que esperan en el Señor.
- Mt 9, 35 __ 10, 1-8. Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas.
Texto evangélico: Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abriera un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
Comentario bíblico
Si aceptamos que Mateo sigue en su evangelio una estructura en torno al número cinco, en una clara coincidencia con los cinco libros de la Ley de Moisés, podemos afirmar que estamos que estamos este domingo ante el quinto libro dentro del evangelio de Mateo, el discurso apocalíptico. Mateo se sierve de imágenes y lenguajes propios de este género bíblico: tiempos duros de decisión y de angustia, la figura dl Hijo del hombre. Sus oyentes conocen la historia de Noé: la gente vivía despreocupada, y el diluvio marca un punto de reflexión; después del diluvio hay un nuevo comienzo.
Caemos en la cuenta de que somos finitos y tenemos que vivir nuestra vida de forma consciente. No se trata de una descripción autorizada de cómo serán los últimos tiempos, sino de una llamada a vivir vigilantes. La actitud no es el pánico, ni el derrotismo, sino la vigilancia en esperanza. En un lenguaje humano y religioso Jesús nos pide que no seamos necios, torpes, incautos. ¡Vigilad!
Oración
Señor ¿Por qué no nos despiertas tú que sueñas siempre? ¿Por qué tu salvación no sabemos decirla y expresarla para redimir a tanta gente de eternas dormideras sin sentido y sin mañana? ¡Muéstranos un amanecer radiante y contagioso!
¡Despiértanos de tanto sueño artificioso, tonto y atontecedor! Dinos, como tú sabes, palabras que, además de despertar, nos convoquen a hacer un mundo humano, digno, cercano al que tú piensas para nosotros! ¡Amén!
JOSÉ FERNANDO LÓPEZ DE HARO
Sacerdote Diocesano