«Celebrar a los mártires es celebrar el amor de Dios», ha dicho el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, durante la beatificación de 60 mártires de la familia vicenciana que ha tenido lugar este sábado en el palacio de Vistalegre, en Madrid
«En España se realizan con frecuencia beatificaciones de mártires», ha recordado el cardenal Amato. «La Iglesia hace esto con un doble propósito: invitar a los fieles a permanecer firmes en la fe, y animar a todos a evitar el terror de esos años oscuros». Por eso, los mártires «son una oportunidad para ensalzar la fuerza del bien que vence al mal».
«En aquellos años no se respetaba ni la vida ni las ideas de los demás», continuó el prefecto de Causas de los Santos, «y parecía que el único objetivo era aniquilar a la Iglesia católica. Fue un vandalismo ciego e ignorante, una tormenta que asoló violentamente la nación, cubriéndola de cadáveres». En este contexto, los mártires «fueron asesinados por la única razón de ser católicos. El tesoro de la caridad de estos testigos provocó el enojo de los partidarios del mal, falsos profetas que animaban a destruir la Iglesia y a matar, pero ellos respondieron con generosidad y sacrificio».
Para el cardenal Amato, hoy su testimonio «nos invita a nosotros a seguir su ejemplo de fe y caridad en la vida cotidiana, y a orar por sus verdugos, ofreciendo también nosotros el regalo precioso del perdón». «No podemos ni debemos olvidar a estos mártires, porque son un testimonio de vida cristiana. Y no debemos ni podemos olvidar esta trágica historia para que no se repita nunca esta oleada de odio fraticida», ha concluido el cardenal Amato.
En este sentido, el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, ha destacado al final de la ceremonia que «la Iglesia no puede olvidarse de estos hijos suyos que unieron su sangre a la sangre de Cristo». Ha subrayado asimismo que «Madrid es una Iglesia de mártires, en la que se veneran los restos de 440 santos y beatos mártires del siglo XX cuyos restos reposan en el territorio de nuestra Provincia Eclesiástica», y pidió a todos ellos interceder «por la concordia, la paz y el progreso de toda España».
Finalmente, el superior general de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, el padre Tomás Mavric, ha ensalzado el testimonio de sus hermanos declarando que «estos miembros de la familia vicenciana llevaron con fidelidad dos experiencias decisivas iniciadas por san Vicente de Paúl: la caridad y la misión. Que su beatificación sea para todos nosotros un estímulo para crecer en la fidelidad a nuestra vocación».
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Además del cardenal Amato y el cardenal Osoro, han concelebrado otros cinco cardenales, el nuncio de Su Santidad en España, obispos, vicarios episcopales y numerosos presbíteros. Y han participado más de 3.000 personas en la ceremonia. La celebraciones continúan este mismo sábado y este domingo, con una Misa de acción de gracias en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, a las 10:30 horas, presidida por el arzobispo de Madrid.
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Imagen: El palacio de Vistalegre (Madrid) durante la beatificación de 60 mártires vicencianos
(Foto: José Luis Bonaño)