El obispo Yazlovetskiy habla de las consecuencias del mayor ataque ruso con misiles contra la capital, de la ayuda de Cáritas Spes a los necesitados y comparte sus consideraciones sobre el apoyo de obispos, sacerdotes y religiosos al pueblo ucraniano, que a su vez inspira al clero.
2 de enero 2024.- Las festividades de Navidad y Año Nuevo en Ucrania estuvieron marcadas por las trágicas consecuencias de un ataque aéreo masivo lanzado por las fuerzas rusas el 29 de diciembre, en el que participaron unos 160 aviones de guerra. En total, casi 120 ciudades y pueblos y cientos de estructuras civiles resultaron dañados en el ataque. El número total de muertos fue de 50. El mayor número de víctimas civiles se produjo en Kiev, donde el número de muertos por los misiles rusos ascendió a 28 después de que los equipos de rescate sacaran más cadáveres de entre los escombros en la mañana del domingo 31 de diciembre y el lunes 1 de enero. Según el alcalde, Vitali Klytschko, el ataque del 29 de diciembre en la capital ucraniana fue el mayor en cuanto a víctimas civiles desde el comienzo de la guerra. El 1 de enero en Kiev ha sido declarado día de luto.
Monseñor Yazlovetskiy: es difícil incluso hablar de ello
De aquella trágica mañana del viernes habla en una entrevista con Radio Vaticano – Vatican News, monseñor Oleksandr Yazlovetskiy, obispo auxiliar de los latinos de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr. «Mucha gente aquí se despertó con explosiones muy potentes», afirma, señalando que normalmente no todo el mundo acude a los refugios durante un aviso de ataque aéreo, algo habitual en la capital, pero esta vez «todo el mundo se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no se producía un bombardeo tan potente, y entonces los medios de comunicación empezaron a informar de las cifras y quedó claro que este bombardeo era realmente masivo.» El obispo señala que, según las estimaciones de los medios de comunicación ucranianos, Rusia gastó 1.270 millones de dólares en estos bombardeos. «Así que imagínense cuánto dinero se gastó. ¿Y para qué? Para aterrorizar, intimidar y oprimir a la gente de aquí», señala. Tras el atentado, en Kiev aparecieron imágenes de sus consecuencias y el número de muertos y heridos empezó a aumentar. «Como saben, en Ucrania oficialmente sólo se registran víctimas civiles, pero también muere personal militar, personas que trabajan en empresas militares. Hay víctimas en toda Ucrania. Es difícil siquiera hablar de ello», señala el obispo.
Cáritas: una gota en el océano, pero importante
Monseñor Yazlovetsky, que también es presidente de Caritas Spes, habla de las principales actividades durante este periodo. «En lo que respecta a este bombardeo, no ha sido necesaria ninguna acción especial por nuestra parte. En general, como Cáritas, tanto de la Iglesia católica romana como de la greco-católica, seguimos llevando a cabo los proyectos ya iniciados y trabajando en otros nuevos. Nos complace poder participar en la reconstrucción de casas para las víctimas en algunas localidades junto a grandes organizaciones estatales o caritativas. Por supuesto, esto no es más que una gota en el océano y la destrucción se repite una y otra vez, como pueden ver. Pero, gota a gota, seguimos apoyando a estas personas y dándoles esperanza. Hoy (sábado 30 de diciembre, ed.) por la tarde iré a Vasylkiv, cerca de Kiev, para visitar a casi treinta desplazados internos que viven en una casa de Cáritas. Vienen del este y a la mayoría no les queda nada. Me quedaré con ellos un tiempo, para hablar con ellos, celebrar la Santa Misa y rezar con ellos».
La ayuda de Caritas Spes
Monseñor Yazlovetsky explica que, además de las actividades de reconstrucción, Cáritas Spes sigue proporcionando paquetes de alimentos a los necesitados, apoya las actividades de los comedores sociales en varias localidades, proporciona a la gente vales para medicamentos, etc. «Hay muchos proyectos y estoy especialmente agradecido a la red Cáritas, sobre todo en Europa y Estados Unidos, que nos ayuda, sin ellos no podríamos hacer todo esto, no nos abandonan. Si hablamos del apoyo general a Ucrania, muchas organizaciones se han cansado y han centrado su atención en otras cosas. Mis amigos del extranjero no paran de decirme: «Cada vez oímos hablar menos de Ucrania. Ciertamente, no faltan personas generosas y sensibles, especialmente entre los cristianos, pero si no hablan de nosotros, dirigen su atención a otras regiones». El presidente de Cáritas Spes señala el hecho de que la ayuda humanitaria, que antes llegaba en grandes camiones, ahora escasea porque también hay problemas con las fronteras. «En el caso de Cáritas u otras organizaciones, veo que se centran más en proyectos en los que reciben apoyo financiero y compran lo necesario aquí, sobre el terreno, y lo distribuyen a los necesitados. Se trata, pues, de una ayuda basada en proyectos. Por supuesto, esta actividad se controla y se contabiliza con gran detalle, así que todo es mucho más complicado. Es necesario contar con personal que pueda gestionar todo esto desde el punto de vista administrativo.
El clero apoya a la gente y la gente inspira al clero
Al embarcarnos en un nuevo año, y dejar atrás el 2023 que trajo mucho sufrimiento al pueblo ucraniano, el obispo auxiliar de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr comparte sus pensamientos sobre la fuerza que a él personalmente, pero también al clero en general, le da estar al lado de la gente para ayudarla. «El papel de los obispos y del clero en general es muy importante en estos tiempos difíciles, porque la gente necesita una buena palabra y especialmente la palabra de Dios, porque de Dios podemos obtener el verdadero consuelo», afirma el prelado. «Esto sucede de dos maneras: el clero apoya a los que quieren ser apoyados, porque tenemos muchos creyentes en Ucrania, pero por otro lado, la gente también apoya al clero, porque siendo personas comunes, a pesar de las dificultades y el dolor que la guerra ha traído a sus familias, siguen creyendo, rezando, ayudando y apoyando a los militares. Por eso nosotros también nos inspiramos en el ejemplo de estas personas y, a veces, contamos estas historias que vemos».
La gente sigue confiando en Dios y aferrándose a Él
Durante la Navidad, muchos pastores tuvieron dificultades para encontrar la palabra adecuada para dirigirse a los fieles en un momento tan difícil. «Han sido casi dos años de guerra…. ¿De qué hablar en Navidad? ¿En qué debemos centrarnos? Para mí, personalmente, fue un gran consuelo pensar que Dios no olvida a su pueblo, no olvida a la humanidad en general, no olvida al pueblo elegido al que prometió el Mesías. Hablé de esto mismo: Dios no se ha olvidado de nosotros, viendo nuestro dolor, porque ya ha venido a ayudarnos. Dios ya ha planeado el día de la victoria, de la paz, que llegará. Muchos ucranianos rezan, muchas personas en el extranjero nos aseguran que rezan por nosotros. Este mensaje de que Dios no se ha olvidado de nosotros es importante.
Afortunadamente, muchos cristianos son conscientes de ello y no se desaniman, creen y siguen rezando. Una clara muestra de ello es que la gente de nuestro país sigue aferrándose a Dios. ¿De dónde podemos esperar ayuda si no es de Él?».
También ortodoxos en la misa de Navidad
El joven obispo relata que siempre en Navidad, según le han contado muchos sacerdotes, las iglesias estaban llenas de gente. «Los párrocos se sorprendían y decían que antes de la guerra no había tanta gente en las iglesias como ahora. Luego se dieron cuenta de que también venían muchos ortodoxos, sobre todo de la Iglesia que no celebra la Navidad el 25 de diciembre. El hecho de que las iglesias estén llenas indica que nuestra gente sigue confiando en Dios, sigue aferrada a Él y sigue rezando. Y eso es lo más importante. Porque todos reconstruiremos poco a poco Ucrania, pero si se pierde a Dios, es muy difícil encontrar el camino de nuevo hacia Él».
SVITLANA DUKHOVYCH
Imagen: Las consecuencias del ataque a Kiev
(Foto: ANSA)