Mons. Pedro Hernández, Vicario Apostólico del Darién, afirmó que la Iglesia ayuda en todo lo que puede a los migrantes venidos de África, Asia, de Cuba, y de América del Sur que atraviesan la selva, pero es una ayuda muy limitada.
20 de diciembre 2023.- En entrevista a Vatican News, Mons. Pedro Hernández, Vicario Apostólico del Darién (Panamá), dijo que la Iglesia hace todo lo que sea necesario para ayudar a los migrantes que van cruzando la selva a pie, les dan alimentos, lo necesario para asearse. Trata de concientizarlos, diciéndoles lo difícil que es este camino y al llegar a la frontera entre México con Estados Unidos. Pero son palabras que se las lleva el viento, no quieren entender, dijo el obispo, siguen y continúan su viaje constantemente.
“Mucha gente viene con solo lo que anda puesto, y vamos tratando de conseguirle alguna ropa a esta gente para que puedan seguir su camino y llegar hasta donde Dios les lleve, esa es la realidad y esa es la situación actual”.
Un acuciante llamado del Papa Francisco
El domingo pasado, después de su rezo mariano del Ángelus, el Papa Francisco hizo un acuciante llamamiento pidiendo una respuesta humanitaria para los migrantes que atraviesan el Darién.
Un preocupado pensamiento dirigido a los miles de personas que cruzan la selva entre Colombia y Panamá para intentar llegar a Estados Unidos y tener un futuro más digno. Francisco pidió a los países afectados una acción conjunta ante un drama que no debe permanecer en silencio.
«A menudo se trata de familias con niños que se aventuran por caminos peligrosos -dijo el Pontífice-, engañados por quienes les prometen falsamente una ruta corta y segura, maltratados y robados».
«No son pocos los que pierden la vida en esa jungla. Es necesario el esfuerzo conjunto de los países más directamente afectados y de la comunidad internacional para evitar que esta trágica realidad pase desapercibida y dar juntos una respuesta humanitaria».
Más de medio millón de migrantes a través del Darién
Un récord de más de medio millón de migrantes con destino a Estados Unidos han cruzado este año la peligrosa selva del Darién desde Colombia a Panamá, según cifras publicadas a principios de diciembre por el gobierno de Panamá. Esta cifra duplica la registrada en 2022. A lo largo del viaje, los migrantes también se topan con bandas criminales que roban o exigen dinero para guiarles a través de la selva. A pesar de los peligros, el Paso del Darién, de 265 kilómetros de longitud, se ha convertido en un corredor clave para los emigrantes que se dirigen a Estados Unidos desde Sudamérica a través de Centroamérica y México. La mayoría de las personas que se aventuran en este camino en busca de un futuro mejor son venezolanos, pero también ecuatorianos, haitianos, chinos, vietnamitas, afganos y personas procedentes de países africanos. El flujo es tan grande que Panamá, con la ayuda de organizaciones internacionales, ha creado centros de ayuda a los emigrantes en distintas partes del país.
Hernández: «La gente que atraviesa esa selva sufre mucho»
Mons. Pedro Hernández habló del llamado del Papa, muy importante -dijo-. El Darién es un lugar de paso, no hay carretera, es una selva y existen muchos peligros, la gente que viene por esa selva sufre mucho y hay que darles todo el apoyo posible, afirmó.
En el Darién, los ríos son muy caudalosos y allí, señaló el obispo, ha muerto mucha gente debido a que se lanzan hacia los ríos sin pensar en que pueden ahogarse ahí mismo y perder todo.
“Uno trata de dialogar con ellos, pero el sueño de llegar a Norte América nadie se los quita y es difícil convencerlos para que no vivan esa terrible aventura. Cuando ellos llegan a la parte más civilizada se les trata de acoger, pero siempre hay gente que se aprovecha de la inocencia con que ellos han emprendido esa aventura. Es duro y difícil poder controlar la situación, aparte que las autoridades gubernamentales no permiten que uno de mucho apoyo a esta gente. Se hace lo que se puede, pero nuestra incidencia es muy limitada”, dijo.
Un calvario que comenzó en el 2009
El prelado afirmó además que “este calvario” comenzó desde el 2009, pasan migrantes venidos de África, Asia, de Cuba, de América del Sur. De ellos se encargan sobre todo el Servicio Nacional de Fronteras y la Oficina de Migración, y permiten poco movimiento a la Iglesia. El plan es que pasan por la región, están hasta tres días, antes de seguir su camino hacia la frontera con Costa Rica y ahí se les “deposita” para que sigan su camino por todo Centroamérica hasta llegar a Estados Unidos. Todos los días afirma, salen de la región, hasta 20 buses transportando migrantes con rumbo a la frontera con Costa Rica.
«La situación se presenta difícil porque el Servicio Nacional de Fronteras y la Oficina de Migración son los encargados de ellos y la incidencia por parte de la Iglesia es muy limitada, ya que solo logramos conseguir víveres y algunos enseres de aseo para las mujeres y para los niños de corta edad, que se les consigue leche, compotas y algunos alimentos propios para niños porque ellos no dan ese tipo de alimentos», señaló.
PATRICIA YNESTROZA
Vatican News
Imagen: Migrantes atravesando el Darién.
(Foto: AFP).