La Autoridad de Supervisión e Información Financiera publica su informe anual: aumento de las notificaciones de actividades sospechosas, participación activa en los programas Moneyval y Egmont, intercambio internacional de información para evitar la evasión fiscal, cooperación «intensa» con la Oficina del Promotor de Justicia y la Gendarmería. El año pasado se firmaron acuerdos con Macedonia del Norte y las Islas Caimán.
10 de mayo 2023.- Ciento veintiocho casos de informes de actividades sospechosas recibidos en 2022, 124 sólo del IOR, algunos de los cuales dieron lugar a cinco suspensiones. Diecinueve informes remitidos a la Oficina del Promotor de Justicia. Sesenta y siete acuerdos internacionales firmados hasta la fecha, el último, el año pasado, con Macedonia del Norte y las Islas Caimán.
La acción de ASIF, la Autoridad de Inteligencia y Supervisión Financiera (ex-FIA) creada por Benedicto XVI en 2010 para luchar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo y para la inteligencia financiera, ha procedido y procede de manera «incisiva». El organismo ha publicado hoy su informe anual 2022, en el que hace un recorrido por las actividades llevadas a cabo por la autoridad en los últimos doce meses, las contribuciones realizadas «internamente» y «externamente», y la participación «sin interrupciones ni vacilaciones» en los programas de foros internacionales como Egmont y Moneyval.
El informe se abre con una carta del Presidente Carmelo Barbagallo, quien se detiene en el «largo y doloroso» paréntesis de la pandemia: «2022 debería haber sido un punto de inflexión, marcando una regresión decisiva en la propagación del virus y una fuerte recuperación de la economía mundial»; en lugar de ello, la pandemia, aunque menos virulenta, marcó también el año siguiente. A ello se sumó el conflicto en Ucrania y la aparición de varias crisis bancarias. «En este difícil contexto, la acción internacional para prevenir y combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo no ha dejado de ser incisiva», asegura Barbagallo. «Los programas de los foros internacionales en los que participa la ASIF (Moneyval y Egmont) han continuado sin interrupción ni vacilaciones. Sin embargo, es innegable que, para ser plenamente eficaz, la lucha contra el blanqueo de capitales y el terrorismo, que es necesariamente transnacional, necesita un mundo cohesionado y plenamente cooperativo». Se espera que «pronto se restablezca un clima de cooperación mundial».
Más concretamente, la jurisdicción vaticana ha seguido empeñada en la «acción de perfeccionamiento de las medidas de prevención y lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo», afirma el Presidente de la ASIF. Se han perfeccionado los mecanismos de gasto y se han reforzado los órganos de control, así como «el conocimiento de posibles amenazas externas y las correspondientes garantías de procedimiento y organización». Todo ello persiguiendo «los objetivos más amplios de integridad y transparencia financiera».
Por su parte, el Director Giuseppe Schlitzer señala la mayor «proyección exterior» de la ASIF en 2022: en las relaciones con las demás Autoridades de la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano; en los intercambios de experiencias con autoridades homólogas de otros Estados; en la participación en foros y organismos internacionales de referencia. Mención especial merecen el Comité de Seguridad Financiera (Co.Si.Fi.); el «Comité Mixto» para la aplicación de la Convención Monetaria con la Unión Europea; la Oficina del Auditor General, la Oficina del Promotor de Justicia y el Cuerpo de Gendarmería. A ello hay que añadir los intercambios de formación con el Banco de Italia y el Bundesbank y la participación activa en los plenos del Grupo Egmont y de Moneyval, así como la asistencia por primera vez a la Conferencia anual sobre Regulación y Supervisión Financiera Europea, en diciembre de 2022 en Bruselas.
En el ámbito de la supervisión prudencial, de nuevo Schlitzer destaca que la Oficina de Supervisión de la ASIF llevó a cabo regularmente la verificación de los perfiles relevantes para la «gestión prudente, sana y sostenible del IOR», actualmente la única institución autorizada a ejercer actividades financieras de forma profesional en la jurisdicción. Así pues, se realizó un seguimiento constante de la aplicación del «Plan corrector» que el Instituto elaboró tras la Inspección General realizada por la ASIF en 2020.
En 2022, como se ha mencionado, se recibieron 128 avisos de actividades sospechosas. Cabe recordar que la recepción y el análisis de las denominadas SAS se encuentran entre las funciones primordiales de la Autoridad, que analiza cada informe para evaluar si existen «sospechas razonables» de blanqueo de capitales, financiación del terrorismo o un delito subyacente, remitiendo un informe a la Oficina del Promotor de Justicia en caso de que dichas sospechas sean fundadas. En 2022 se recibieron 24 informes más que los 104 recibidos en 2021. Además de las del IOR, dos fueron enviadas por autoridades vaticanas, una por una organización sin ánimo de lucro y otra por otras entidades. El de 2022 -se lee en el documento- confirma la tendencia hacia una «mayor calidad» de los informes, lograda gracias a «la estabilización y normalización del sistema de informes y la intensificación de las medidas preventivas emprendidas por el IOR» y a los «indicadores de anomalías más detallados». Entre ellos figuran «las actividades innecesariamente complejas o ilógicas, el uso de dinero en efectivo y los comportamientos poco cooperativos o sospechosos».
Los informes de actividades sospechosas recibidos por la ASIF dieron lugar a cinco suspensiones, por un total de 829.050 euros. No hubo medidas de congelación de cuentas o fondos, pero, en general, el año pasado -en comparación con el anterior- aumentó el número de casos en los que la ASIF tuvo que intervenir en virtud del artículo 48 de la Ley nº XVIII, que prevé precisamente la posibilidad de suspender la ejecución de una operación o congelar activos durante un máximo de cinco días hábiles en caso de sospecha de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo.
La cooperación interna siguió siendo «intensa y productiva»: la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la ASIF envió 39 solicitudes de cooperación y recibió 33. La interacción entre la UIF, el Promotor de Justicia y la Sección Eco-Fin de la Gendarmería también fue «intensa». En cuanto a la cooperación internacional, la UIF envió 30 solicitudes de información o comunicaciones espontáneas a las oficinas homólogas y recibió 11 comunicaciones de éstas. La cooperación internacional resultó muy valiosa para adquirir información relevante durante la fase de análisis operativo, preparatoria de la transmisión de un informe a la UPG», señala el informe.
El informe subraya también el «fuerte compromiso» de la Santa Sede para garantizar la colaboración y el intercambio de información a nivel internacional «con el fin de prevenir la evasión fiscal y favorecer el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los ciudadanos y personas jurídicas extranjeras que tienen relaciones con el IOR». Sobre la base de un Acuerdo específico, la ASIF ha sido delegada por la Secretaría de Economía para supervisar la adopción de los procedimientos del IOR para cumplir con las disposiciones del Acuerdo con los EE.UU. sobre Obligaciones Fiscales e implementar la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (Acuerdo FATCA) de 10 de junio de 2015.
En materia de acuerdos, en 2022 la ASIF también firmó un acuerdo con las Oficinas de Inteligencia Financiera de Macedonia del Norte y de las Islas Caimán. Así, desde 2012 se han firmado un total de 67 memorandos.
Por último, en lo que respecta a las declaraciones transfronterizas de transporte de fondos, en 2022 la ASIF registró 154 declaraciones de entrada (por un importe total de 14.725.989 euros) y 410 declaraciones de salida (6.273.198 euros).
REDACCIÓN DE VATICAN NEWS
Imagen: Torreón de Nicolò V, sede de IOR.