Ciudad del Vaticano (VIS).-La lucha contra las formas contemporáneas de esclavitud fue el tema del discurso del arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra durante la XXVII sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos (9 septiembre).
El arzobispo se refirió a algunas trágicas formas de esclavitud contemporánea que han atraído en los últimos tiempos la atención de los medios de comunicación y de la comunidad internacional como los secuestros masivos y la venta de mujeres jóvenes basados en »falsas premisas de enseñanzas religiosas como ha sido el caso del grupo Boko Haram en Nigeria o el llamado Estado islámico en el norte de Iraq».
»Aproximadamente 250.000 niños -continuó- se reclutan por la fuerza y se utilizan incluso como »escudos humanos» en las primeras líneas de los conflictos armados» .Pero también hay otras formas más sutiles de esclavitud que merecen una atención específica como los 5.7 millones de niños que son víctimas del trabajo forzoso u obligatorio, de la servidumbre doméstica, de los matrimonios precoces, forzados y serviles… de la esclavitud basada en castas, que afectan las vidas de muchos y »no se limitan a los países pobres y en desarrollo». Y, entre los factores que favorecen de alguna forma este tipo de esclavitud están » la pobreza absoluta de las muchas familias afectadas por la crisis económica , la falta de educación y el analfabetismo, el desempleo, a largo plazo y aparentemente irreversible que obliga a tantas personas a trabajar en condiciones precarias, sin recibir ni remuneración adecuada ni protección social, la migración involuntaria y la trata de seres humanos».
Si bien la comunidad internacional cuenta ya con acuerdos y convenios para enfrentarse a la lacra de la esclavitud moderna, el observador de la Santa Sede señaló que es necesaria una mayor voluntad política para hacerlos eficaces y una mayor sensibilización de la opinión pública. »Hay que romper el silencio sobre esta »llaga» en el cuerpo de la humanidad contemporánea y «motivar a los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren gritar Basta!», afirmó Tomasi, recordando que el Papa Francisco aprovecha cualquier oportunidad para denunciar los múltiples «rostros abominables de la esclavitud» en el mundo de hoy y está unido a los jefes de las principales tradiciones religiosas para promover los ideales de fe y los valores humanos compartidos con el fin de erradicar la esclavitud moderna y la trata de personas… para siempre..