(ZENIT – Roma).- El pasado sábado 16 de abril, poco antes de las 19 horas locales un terremoto de 7,8 grados Richter golpeó con violencia a Ecuador. ZENIT pudo contactar telefónicamente a Mons. Lorenzo Voltolini Esti, 69 años, enviado como sacerdote a Ecuador hace 37 años. El arzobispo de Portoviejo que en su escudo tiene el lema “Ut vitam habeant” nos indicó la dramática situación que se vive y la dificultad de retomar una vida normal. Señala también el esfuerzo de la Iglesia para estar en primera línea y muy cerca de la gente, así como de la religiosidad del pueblo que pide la bendición a los muertos antes que otro tipo de ayuda. Y que las palabras del Papa y sus oraciones fueron recibidas con gran alegría.
¿Cuál es la actual situación en su arquidiócesis?
— Mons. Voltolini Esti: La situación es dramática, la destrucción es enorme, nadie estaba preparado para una catástrofe tan grande, similar a la que sufrió Haití, porque según los expertos el terremoto fue de 7,8 grados de la escala Richter, pero la fuerza desprendida debido a otros factores fue mucho mayor. La destrucción es grande y hay gente aún debajo de los escombros. Los muertos acertados son casi 600, la zona más golpeada es la región de Manabí, cuya capital es Portoviejo. No se puede estimar aún el valor de los daños, sí que son enormes.
¿La Iglesia logra estar en primera línea junto a la gente en este momento?
— Mons. Voltolini Esti: Seguramente sí, porque todo lo que recibimos lo entregamos a los más necesitados. Estamos cerca de nuestra gente, sufrimos nosotros como ellos. Claro se ve más lo que hace el gobierno porque está acompañado de la publicidad del sistema.
El Papa en dos oportunidades dijo que reza por ustedes y les está cerca. ¿Cómo sienten esto?
— Mons. Voltolini Esti: Sí, y desde el primer domingo en el Regina Coeli cuando el Papa anunció lo que había pasado en Ecuador. Esto nos conforta mucho y nos sostiene. Se reciben con alegría las palabras del Papa. He tratado de de difundirlas lo más posible porque la radio y televisión encuentran dificultad en llegar, pero el día después fueron puestas en primera página.
¿Cómo se está enfrentando la catástrofe?
— Mons. Voltolini Esti: El gobierno ha hecho su parte bastante bien, porque se ha movido la defensa civil, la protección civil, el ejército y están llegando las cosas. Entretanto muchos recurren a la Iglesia. En el consorcio o centro de recolección Pablo VI estamos recibiendo las donaciones que distribuimos sea en Portoviejo que en la ciudad portuaria de Manta y en Pedernales. La entrega se hace a través de las parroquias que tienen sus unidades Cáritas las cuales hacen llegar la ayuda a los más necesitados. Porque si ninguno controla, alguno recibe tres veces y otro nada.
¿Han sentido la solidaridad del resto del país y de las naciones vecinas?
— Mons. Voltolini Esti: Sí, muchos obispos me han llamado indicando que están organizando a sus Cáritas, muchas son las organizaciones que están ofreciendo su ayuda. En el momento de la necesidad, si bien de un lado se desarrollan la caridad y el voluntariado, de otro lado se producen movimientos de desesperación que no favorecen esta situación y la rebelión se hace sentir, porque a veces hay una distribución que no es equitativa.
¿Cómo explicarle a la gente esta catástrofe?
— Mons. Voltolini Esti: Aquí hay terremotos con frecuencia, nuestra gente es muy religiosa y la primera cosa que hacen cuando hay terremotos es rezarle al Señor. Lo que nos pedían antes de todo, no eran alimentos sino la bendición. Ahora en cambio inicia el momento de volver a la normalidad y esto lo estamos sintiendo difícil.
Sergio Mora