A principios de abril, monseñor Mykhailo Bubniy bendijo tres lugares de culto en centros médicos de las regiones de Odessa y Mykolaiv: «Vimos esperanza en los rostros de médicos y pacientes, comprendieron que no están solos, que cuentan con el apoyo de la Iglesia».
12 de abril 2024.- La presencia de capellanes y espacios para la oración en los centros sanitarios siempre ha sido muy importante, pero lo es aún más en tiempos de guerra, cuando hay tantos heridos, tanto psicológica como físicamente. La presencia de un capellán en un hospital es necesaria porque las personas que sufren corren el riesgo de perder la esperanza en una mejora, en una vida sana.
Estas reflexiones fueron compartidas por monseñor Mykhailo Bubniy, exarca de Odessa de la Iglesia greco-católica ucraniana, quien en una entrevista con Radio Vaticano – Vatican News habló de la inauguración de capillas en los hospitales de Liubashivka, Vradiyivka y Yuzhnoukrainsk, situados en el territorio de su exarcado. El acontecimiento, que tuvo lugar los días 3 y 4 de abril, fue precedido por considerables esfuerzos de la Comisión para la pastoral de la salud y el apoyo de los Caballeros de Colón y la Comisión católica internacional para las migraciones.
La Iglesia junto al pueblo también en los hospitales
El exarcado de Odessa es una de las zonas de Ucrania que más sufre los constantes ataques rusos. Sólo el 10 de abril, al atardecer de un nuevo ataque con cohetes, murieron cuatro personas, entre ellas una niña de 10 años, y otras catorce resultaron heridas, entre ellas un niño de 4 años.
«Los hospitales de varias ciudades y pueblos de nuestro exarcado están saturados – subraya monseñor Bubniy – a menudo ni siquiera disponen de productos y medicamentos básicos. Por eso, la presencia de la Iglesia en la sanidad es muy importante».
El exarcado cuenta con diez capellanes hospitalarios, y hay planes para abrir capillas en otros centros médicos en los que prestan su servicio. Durante la bendición de las capillas, el exarca de Odessa tuvo ocasión de reunirse con médicos, personal sanitario, autoridades locales y pacientes, y de hablar de los retos y necesidades de estos hospitales.
“Durante estas conversaciones vimos la esperanza en sus rostros: comprendieron que no están solos, que cuentan con el apoyo de la Iglesia”
Las primeras capillas hospitalarias del exarcado
La idea de abrir capillas en los hospitales del exarcado de Odessa es del padre Oleksandr Bilskyi, responsable de la Comisión para la pastoral de la salud del exarcado y párroco de la comunidad greco-católica de la ciudad de Beryslav, constantemente castigada por los bombardeos rusos. El sacerdote explica que la puesta en marcha de este proyecto comenzó en septiembre del año pasado, y que se tardó unos siete meses en organizar y comprar todo lo necesario.
«Las capillas están totalmente equipadas para que nuestros capellanes dispongan de todo lo necesario para celebrar misa y también para poder prestar apoyo psicológico a los pacientes que reciben tratamiento en estos hospitales – subraya – hemos inaugurado las tres primeras capillas, pronto abriremos otra, y en el futuro tenemos previsto abrir seis más».
El padre Oleksandr destaca también la actitud positiva de los médicos y el personal sanitario ante la presencia de los capellanes en los centros sanitarios.
“Gracias a esta presencia, a la ayuda que prestamos y, en general, al apoyo de toda nuestra Iglesia, la actitud de los médicos y del personal sanitario hacia nuestra Iglesia cambia constantemente para mejor”
El sacerdote subraya a continuación que la renovación de las capillas fue financiada en parte por la Comisión católica internacional para las migraciones (ICCM) y en parte por los propios hospitales.
Una red católica para ayudar a Ucrania
El secretario general de la ICCM, monseñor Roberto Vitillo, participó personalmente en la inauguración de capillas en hospitales. En Radio Vaticano – Vatican News explica que la Comisión católica internacional para las migraciones está implicada en Ucrania de dos maneras.
«En primer lugar – dice – inmediatamente después de la invasión del 2022, el Vaticano convocó a todas las organizaciones humanitarias internacionales de la Iglesia católica en Roma y planeamos establecer un grupo de trabajo llamado La respuesta católica a Ucrania. A mí, como secretario general de la CICM, se me pidió que coordinara este grupo».
“Además, cada semana se prepara un informe sobre la situación en Ucrania, se intercambian informes sobre las distintas actividades en el país devastado por la guerra y, después, entre todos, se identifican las necesidades que aún no están cubiertas. Por lo que respecta a nuestra organización – continúa – siguiendo el consejo del nuncio apostólico en Ucrania, hemos decidido asociarnos con las diócesis que no reciben mucho dinero de las grandes organizaciones”.
“También nos hemos centrado en la salud mental y la atención psicosocial, y colaboramos con muchas diócesis, tanto de la Iglesia católica romana como de la Iglesia greco-católica, y pagamos los sueldos a los psicólogos”
“Además – añade – tenemos algunos programas humanitarios, especialmente para discapacitados y desplazados en Ucrania”.
“Nos asociamos con el exarcado greco-católico de Odessa para ayudar a abrir capillas en los hospitales públicos que estén dispuestos a tener capillas y también salas de asesoramiento psicosocial”
Cuidar también de los capellanes
La hermana Sevastiana Karvatska, presidenta de la Comisión para la pastoral de la salud de la Iglesia greco-católica ucraniana, cuenta que desde el comienzo de la guerra a gran escala han enviado varias ambulancias a los hospitales del territorio del exarcado de Odessa, ambulancias que lamentablemente fueron destruidas en los bombardeos rusos.
“Actualmente se están preparando los documentos para trasladar otra ambulancia a la región de Mykolaiv. La Comisión también ha comprado un vehículo para la evacuación de personas discapacitadas y ha suministrado otros artículos de primera necesidad, como ropa adaptable para los heridos, medicamentos y equipos médicos, entre ellos un electrocardiógrafo, medidores de glucosa, sillas de ruedas y un ecógrafo portátil”
“La Comisión para la pastoral de la salud – subraya la religiosa – también trata de cuidar a los propios capellanes, puesto que cada día se enfrentan al dolor de la gente, se encuentran con los heridos, les prestan ayuda y dejan que todo ese dolor pase por su corazón». Por esta razón, la Comisión organiza períodos de retiro espiritual y breves vacaciones para los sacerdotes lejos de las zonas más afectadas.
La incansable ayuda de los Caballeros de Colón
El proyecto de apertura de capillas hospitalarias en el exarcado de Odessa demuestra la eficacia de la cooperación entre las diferentes estructuras y comunidades de la Iglesia católica. Los Caballeros de Colón han contribuido significativamente a este proyecto. «Estamos vinculados al exarcado de Odessa por el hecho de que el obispo Mykhailo Bubniy es nuestro capellán nacional en Ucrania – son las palabras de Yuriy Maletskyi, delegado nacional de los Caballeros de Colón en Ucrania – por lo que mantenemos estrechas relaciones con el exarcado, pero éste no es el factor principal”.
“Entendemos que los sacerdotes que ahora sirven en el sur y el este del país necesitan apoyo». Yuriy Maletskyi añade que no se detendrán en el exarcado de Odessa, sino que también extenderán su apoyo a otras eparquías y exarcas de Ucrania, para apoyar a los capellanes médicos, así como a los capellanes militares.
«Durante nuestras visitas a estos hospitales, hemos comprobado que no sólo los pacientes necesitan el apoyo de los capellanes, sino también los médicos y el personal sanitario. Esta situación estresante en la que trabajan, bajo un bombardeo constante, necesita realmente consuelo y apoyo, tanto psicológico como espiritual».
SVITLANA DUKHOVYCH