«Las familias deberían recibir un Premio Nobel como sostén de la sociedad». Según diversas investigaciones sus miembros son más longevos, producen más y tienen una mayor estabilidad emocional. Pero muchas veces la política las desatiende o directamente, las abandona. Así lo cree Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano. De ahí su decisión de crear un Observatorio Internacional sobre la Familia. Una institución de alto nivel que produzca análisis científicos sistemáticos sobre la importancia de esa institución en el mundo. Un proyecto ambicioso, construido sobre un eje que pasa por España: Murcia-Milán-Roma
Los españoles tendrán un papel protagonista en esta iniciativa, gestada ya desde hace varios meses pero que acaba de ser lanzada oficialmente, apenas hace unos días, en la sala de prensa del Vaticano. Como explicó aquí José Luis Mendoza Pérez, presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, esa institución asumirá casi todos los gastos del observatorio, que tendrá su domicilio legal en su sede. Pero la operación será global, con especialistas en diversos países del mundo.
«Los grandes especialistas se van a contratar por la universidad; a los traductores ya los tenemos, están haciendo una labor muy importante para presentar los contenidos en cinco idiomas. Es un acontecimiento histórico, un servicio importante para la Iglesia pero también para toda la humanidad, en comunión con todas las religiones», agregó Mendoza.
El observatorio –explicó– ha sido concebido el observatorio: como un centro internacional de análisis, investigación y formación sobre la familia, que pretende prestar servicio en los cinco continentes, especialmente en «los países más pobres de la tierra», siguiendo el llamamiento del Papa Francisco a una «Iglesia en salida».
Será la Facultad de Ciencias Humanas, Canónicas y Religiosas de la universidad murciana la que coordine los esfuerzos por realizar una investigación científica adecuada sobre la situación de la familia en el mundo actual, según un enfoque disciplinario muy amplio: económico, jurídico, pastoral, sociológico y psicológico.
«Se realizará en coordinación con centros de alta especialización universitaria y de investigación en todo el mundo, siempre manteniendo fidelidad y adhesión total al magisterio del Papa», precisó Mendoza.
Por su parte Paglia, también gran canciller del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para los Estudios sobre la Familia y el Matrimonio, anticipó que el observatorio deberá impulsar una reflexión «que no resulte autorreferencial» y que vaya más allá de los lugares comunes. «Debemos tener los pies en la tierra, estar en contacto con la realidad concreta de las familias para ayudarlas a crecer», insistió.
Una mundial red de universidades católicas y no católicas
El nuevo observatorio estará constituido por una red de académicos en diversos países que conducirán estudios científicos sobre el impacto de problemáticas actuales en las familias y producirán informes con sus conclusiones. Entre las instituciones que ya adhirieron a la iniciativa destacan católicas y no católicas, como la Florida State University de Estados Unidos o las pontificias universidades de Argentina y de Valparaíso, en Chile. Además de participantes de Benin, Kenia, Finlandia, Eslovaquia, República Checa, México y Hong Kong. Al mismo tiempo, contará con el apoyo de una red para estar en contacto con todos los continentes y todas las realidades: la organización católica de ayuda humanitaria Caritas Internacional.
Según Paglia, la idea del observatorio surgió gracias a algunas investigaciones ya realizadas en Italia, España, Polonia, Estados Unidos o México, las cuales «han mostrado cómo la familia (padre, madre, hijos, nietos), es el sujeto que sostiene con mayor fuerza a una sociedad».
«No solo estas familias viven más tiempo, tienen menos problemas en cuanto al equilibrio psíquico, producen económicamente más, tienen una capacidad de relación incomparable frente, por ejemplo, a quien está solo. Este tipo de familia hace menos líquida y más estable la sociedad», continuó. Y advirtió de que el objetivo no es de presentar los resultados con un «color confesional», sino con las características científicas y sociológicas.
El método de trabajo será muy sencillo: las instituciones involucradas (unas 20 procedentes de 15 naciones distintas) obtendrán los datos de cada uno de sus países y emitirán informes preliminares. En la sede de Milán del Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF por sus siglas en italiano), Francesco Belleti y otros investigadores procesarán las informaciones recibidas, según un esquema científico común. A partir de todo ello se compilará un informe final.
«El valor agregado de estas investigaciones está en la pregunta: cuestiona cosas que, hasta ahora, otros estudios no preguntan, como: ¿Qué impacto tiene la familia y cómo fortalece la sociedad?», aclaró Belleti.
Se trata –prosiguió–de superar los indicadores meramente estadísticos, porque si la observación de la realidad no considera a la familia como un lugar potencial de recursos, no encontrará jamás ni siquiera las respuestas. Y apuntó: «Nosotros avanzamos una pregunta de investigación y vamos a verificarla, por ahí encontraremos algunas variables contrarias a las que habíamos planteado en ciertos casos».
Belleti reconoce que, en ciertas situaciones, la familia puede convertirse «en un infierno», sobre todo cuando pierde sus cualidades esenciales y se anidan, en ella, actitudes de maltrato y abuso. «Eso es parte de lo que sucede, pero nosotros queremos desafiar al mundo científico a nivel mundial con este cuestionamiento: ¿Están seguros de que basta leer las tendencias económicas, del trabajo, los procesos individuales de las personas para comprender la sociedad? Nosotros decimos: si analizamos a la familia… entenderemos más», precisó.
El flamante Observatorio Internacional sobre la Familia pretende superar el mero enfoque cuantitativo, ya presente en los estudios realizados por entes internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según aclara este experto, el nuevo organismo aspira a promover una lectura sociológica de los fenómenos, tanto cuantitativa como cualitativa. Y anticipa que la idea es construir un sistema estable que permita la recopilación de datos y su seguimiento a largo plazo. En este contexto se le prestará especial atención al rol de la mujer, al rol de los niños y al impacto de la tecnología. Pensando que estos tres indicadores hacen la diferencia, a favor o contra, en el bienestar de las familias.
«Se trata de un recorrido ambicioso, el objetivo es insertar en el debate público a nivel mundial (con las instituciones, con los medios, con el mundo de la universidad), un contenido que se base en evidencia, a partir de datos de investigación, pero que vea a la familia como un recurso precioso para el bien de las personas y de la sociedad».
Andrés Beltramo Álvarez, Ciudad del Vaticano
Imagen::Una familia numerosa,en la plaza de San Pedro del Vaticano,
espera para rezar el ángelus,con el Papa Francisco, el 8 de diciembre.
(Foto: CNS)
Informe sobre pobrezas
Durante el lanzamiento del observatorio, se dio a conocer un plan trienal de trabajo con el primer tema de investigación: familia y pobreza. Estará dedicado a estudiar el impacto de la pobreza en las familias, no solo la de tipo económico sino también la pobreza afectiva y de relaciones. Por eso, para mayo de 2020, se editará un primer informe con los resultados. Ese estará dedicado a la pobreza relacional y analizará la importancia de los vínculos cercanos en la estabilidad emocional de la persona. Para mayo de 2021, será lanzado un segundo informe dedicado a la pobreza económica.