El Santo Padre escribe el prólogo para un libro conmemorativo del 65º aniversario sacerdotal del papa emérito. El volumen consta de un conjunto de homilías sacerdotales de Benedicto XVI
“Cuando leo las obras de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI me resulta cada vez más claro que él ha hecho y hace «teología de rodillas»: de rodillas porque, antes incluso que ser un grandísimo teólogo y maestro de la fe, se ve que es un hombre que cree verdaderamente, que ora verdaderamente; se ve que es un hombre que personifica la santidad, un hombre de paz, un hombre de Dios”.
Así comienza el prefacio que el papa Francisco ha escrito para el libro “Enseñar y aprender el amor de Dios”, primer volumen de la serie: Joseph Ratzinger/Benedicto XIV, Textos selectos, que consta de 7 volúmenes que se publicarán anualmente, de 2016 a 2022, en España por la editorial BAC.
El Pontífice asegura en el prefacio que Benedicto XVI “encarna ejemplarmente el corazón de toda la acción sacerdotal”: ese profundo enraizamiento en Dios sin el cual toda la capacidad organizativa posible y toda la presunta superioridad intelectual, todo el dinero y el poder resultan inútiles. Él encarna –asegura Francisco– esa constante relación con el Señor Jesús sin la cual nada es ya verdadero, todo se convierte en rutina, los sacerdotes en asalariados, los obispos en burócratas y la Iglesia deja de ser la Iglesia de Cristo y se convierte en un producto nuestro, una ONG a fin de cuentas superflua.
Yo me permito decir –indica el Papa– que si alguno tuviera en algún momento dudas sobre el centro del propio ministerio, sobre su sentido, sobre su utilidad, si en algún momento le vinieran dudas sobre lo que los hombres esperan verdaderamente de nosotros, medite profundamente las páginas que se nos ofrecen en este libro, porque los hombres esperan de nosotros sobre todo lo que en este libro se encuentra escrito y testimoniado.
Por otro lado, asegura que leyendo este volumen se ve claramente como el papa emérito, en los sesenta y cinco años de sacerdocio que se celebran el 29 de junio próximo, “ha vivido y vive, ha testimoniado y testimonia ejemplarmente esta esencia del actuar sacerdotal”.
Tal y como explica el papa Francisco, el cardenal Ludwig Gerhard Müller ha afirmado con autoridad que la obra teológica de Joseph Ratzinger, antes, y de Benedicto XVI, después, “lo sitúa en esa serie de grandísimos teólogos que han ocupado la cátedra de Pedro; como, por ejemplo, el papa León Magno, santo y doctor de la Iglesia”.
Del mismo modo, asegura que Benedicto XVI sigue testimoniando, quizás ahora de un modo todavía más luminoso desde el monasterio Mater Ecclesiae, “ese íntimo núcleo del ministerio sacerdotal que los diáconos, los sacerdotes y los obispos nunca deben olvidar”. Es decir, que el primer y el más importante servicio no es la gestión de los ‘asuntos corrientes’, sino rezar por los demás, sin interrupción, con alma y cuerpo, precisamente como lo hace hoy el papa emérito.
Por otro lado, Francisco subraya que la oración, “nos dice en este libro y nos testimonia Benedicto XVI”, es el factor decisivo: es una intercesión de la que tienen más necesidad que nunca tanto la Iglesia como el mundo.Este volumen, explica Francisco en el prólogo, está dirigido en la misma medida a los sacerdotes y a los fieles laicos.
Rocío Lancho García (ZENIT – Roma)