El Santo Padre envía un vídeo mensaje como apoyo a la iniciativa “Sé la misericordia de Dios” organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada
(ZENIT – Roma).- “Quiero llamar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo a que en cada ciudad, en cada diócesis, en cada asociación, se haga una obra de misericordia”. Con esta claridad lo pide el Santo Padre en un vídeo mensaje realizado para la campaña “Sé la misericordia de Dios” organizada por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. La iniciativa para recoger fondos y que durará desde el 17 de junio al 4 de octubre, será para la realización de numerosas obras de misericordia en todo el mundo.
De este modo, en el vídeo del Santo Padre recuerda que “los hombres y las mujeres necesitamos de la misericordia de Dios pero también necesitamos de nuestra misericordia; necesitamos darnos la mano, acariciarnos, cuidarnos, y no hacer tantas guerras”.
Por otro lado invita a los promotores de la campaña a seguir adelante con “el espíritu que han heredado del padre Werenfried van Straaten, que en su momento tuvo la misión de hacer en el mundo estos gestos de cercanía, de aproximación, de bondad, de amor y de misericordia”.
Así que el Pontífice invita a todos a “hacer en cada lugar de todo el mundo una obra pero que quede, una obra fija de misericordia; una estructura para tantas necesidades que hoy hay en el mundo”.
La campaña ‘Sé la misericordia de Dios’ inicia con una donación del Santo Padre
Destinó cien mil dólares para un hospital en Erbil, en el Kurdistán iraquí, e invitó a todos a sumarse para realizar alguna obra duradera
“Sé la misericordia de Dios”, este es el lema de la campaña internacional de recaudación de fondos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), que cuenta con el apoyo del papa Francisco y que ha sido presentada en la Sala Marconi de la Radio Vaticano.
La campaña inició con el encuentro que tuvieron los directores de AIN con el papa Francisco, durante el cual el Pontífice grabó un pequeño vídeo mensaje, dirigido a los hombres y mujeres de buena voluntad, pidiendo que hagan ellos una obra de misericordia, una estructura fija en alguna parte del mundo, “sin tener miedo de la misericordia”, porque “la misericordia es la caricia de Dios”.
En la conferencia de prensa participaron el presidente internacional de AIN, el cardenal Mauro Piacenza, el secretario general Philipp Ozores, y un testimonio de excepción, monseñor Sebastián Shaw, arzobispo de Lahore.
El cardenal Piacenza señaló el trabajo de AIN desde el final de la Segunda Guerra Mundial y precisó que “en la fisionomía de la obra hay un sello claramente pastoral”, una fundación de derecho pontificio que cuenta incluso con un asistente eclesiástico, “que señala los problemas también bajo el perfil espiritual”.
El Papa nos señaló -dijo el cardenal Piacenza- que el Señor hace de AIN un instrumento con el cual abre los brazos y alivia a quien está herido, a quienes sufren persecuciones, éxodos y otras dificultades. Y que Jesús no acepta quedarse en un marco del pasado y quiere seguir haciéndolo a través de los cristianos. “O sea que a través de este tipo de instituciones debemos darle espacio para que Él pueda hacer lo que desea”, añadió. También precisó que poder colaborar de alguna manera es una gracia, en particular en el año de la Misericordia, “por ello debemos movilizar todo lo que se puede movilizar, para responder al llamamiento del Papa, porque con los bienes materiales podemos colaborar y con nuestra espiritualidad salvar”.
El secretario general, Philipp Ozores, señaló que el Papa les comentó en la audiencia de hoy que les conocía desde hace 30 años en su central en donde llegaban ayudas para la Iglesia argentina.
Añadió que “el Papa nos animó y sabe que en nuestro ADN está el hacer obras muy concretas. Para que la misericordia se haga realidad”. La campaña que durará cuatro meses, con cuatro temas principales, concluirá el día de San Francisco. “Y entonces lo recaudado será entregado al papa Francisco”.
Asimismo, anunció que el papa Francisco donó 100 mil euros para un proyecto en la clínica San José, en la ciudad de Erbil, en el Kurdistán iraquí, la cual no hace distinción entre credos o religiones cuando atiende a las personas. Se trata de uno de los seis mil proyectos que AIN lleva adelante, algunos de los cuales en América Latina.
Mons. Sebastian de Pakistán, narró también las dificultades y sufrimientos de la comunidad cristiana en su país, como el 27 de marzo pasado, cuando un terrorista se hizo explotar en un parque donde los cristianos festejaban la Pascua, asesinando 76 personas de las cuales 30 eran niños. Del mismo modo, reflexionó sobre sobre la necesidad que tienen de este tipo de ayudas para que la comunidad cristiana no desaparezca en estos países.
Sergio Mora (Zenit-Ciudad del Vaticano)