Tras el anuncio sobre la declaración de Venerable a Antoni Gaudí, el Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona destaca el valor espiritual y humano del célebre arquitecto catalán en una entrevista exclusiva para Vatican News: “La obra de Gaudí nos sitúa en la grandeza de la trascendencia de Dios pues con su profesión él logra plasmar la fe tan fuerte que tiene”.
Ciudad del Vaticano, 15 de abril 2025.- La reciente declaración de Venerable a Antoni Gaudí por parte del Papa Francisco ha resonado con fuerza en Barcelona, la ciudad española que acoge su obra más emblemática: la Basílica de la Sagrada Familia. El arzobispo de Barcelona, el Cardenal Juan José Omella, expresa su felicidad ante la noticia y destaca que no solo es una alegría para la Iglesia, sino también para toda la ciudad de Barcelona ya que Gaudí es una figura muy querida y admirada: “Es una alegría porque Antoni Gaudí es muy querido como persona y como arquitecto, sobre todo por la obra famosa y maravillosa de la Sagrada Familia. Pero creo que también es una alegría para tantos seguidores de Gaudí en todo el mundo, sean creyentes o no”.

Gaudí: arte con alma cristiana
Omella resalta como su profundo compromiso con la fe cristiana influyó decisivamente en su obra: «Gaudí – como todos en su tiempo – recibió desde niño una formación cristiana que se fue fortaleciendo a lo largo de su vida, primero con sus padres, luego en el colegio de los Escolapios y después en la parroquia». Para el cardenal, la fe de Gaudí no solo era una parte de su vida personal, sino que también se reflejaba en su trabajo profesional: “luego, cuando ya es arquitecto, en su profesión él trata de plasmar esa fe que él tiene y esto me parece impresionante”. Gaudí, no solo diseñó edificios, sino que integró su profunda espiritualidad en cada uno de ellos, especialmente en la Sagrada Familia, que sigue siendo una de las expresiones más significativas de su devoción. «Cada uno de nosotros, en nuestro trabajo puede vivir la fe que lleva en su corazón y plasmarla para ayudar a los demás. Y esto es lo que él nos ha dejado a nosotros” dice Omella para Vatican News..
Gaudí plasmó su fe en cada obra
Esa profunda espiritualidad del célebre arquitecto catalán, se puede ver claramente en la Sagrada Familia, donde podemos distinguir dos ámbitos, dice Omella: “Uno el de fuera, donde él muestra todo el Evangelio y toda la Biblia para que quien que no pueda o no quiera entrar, pueda leer, a través de esa plasmación en la piedra, los hechos de la biblia y del Evangelio (nacimiento, pasión, muerte, la creación del mundo)”. “Y dentro – continúa el arzobispo de Barcelona – nos sitúa en la grandeza de la trascendencia, en el silencio y en la grandeza de la admiración hacia arriba, con esas columnas que nos suben hacia arriba, en el silencio, la luz, la contemplación de la transcendencia de Dios”. Con lo cual – puntualiza Omella – “el ser humano que entra allí, primero ha estado tocado por lo de fuera, viendo el mensaje de Jesús, y luego dentro se encuentra con ese silencio, con esa paz, que produce el encuentro con el trascendente, que es Dios”.

La Sagrada Familia: un lugar donde incluso el no creyente se emociona
Por último, Omella habla del impacto profundo y espiritual que puede tener la arquitectura de Gaudí, más allá de lo religioso. Hay algo en sus obras —especialmente en la Sagrada Familia — que logra tocar algo íntimo en las personas, incluso en quienes no se consideran creyentes: “Cuánta gente que no es creyente y que admira la arquitectura nos ha dicho que al entrar en la Sagrada Familia les han entrado ganas de echarse al suelo, guardar silencio y contemplar la grandeza. Y luego me han dicho: ‘hemos salido con gran paz interior’. Omella cree que es precisamente este el “misterio” que nos ha plasmado y nos ha transmitido en su obra el arquitecto Antonio Gaudí.

MIREIA BONILLA